Operadores priístas, la clave del triunfo electoral de Barbosa
Rodolfo Ruiz en su columna La Corte de los Milagros, publicada en E-consulta, indica que aunque ya se ha dicho, los números lo corroboran fehacientemente: Luis Miguel Barbosa Huerta ganó la gubernatura gracias al voto verde y a la operación de quienes no hace mucho militaban en el PRI, dirigían su comité estatal y sus sectores obrero, campesino y popular.
Los artífices de la victoria de Barbosa no fueron los cuadros y militantes de Morena, sino priístas o ex priístas como Javier López Zavala, Ardelio Vargas Fosado, José Luis Márquez Martínez, Jorge Estefan Chidiac, Maritza Marín Marcelo y Leobardo Soto Martínez, entre otros.
Todos ellos y muchos más concentraron sus esfuerzos en los distritos y regiones rurales, que son los que más aportaron a la causa del candidato de la coalición Juntos Haremos Historia y donde menos representantes generales y de casilla tuvieron los candidatos Enrique Cárdenas Sánchez y Alberto Jiménez Merino.
En el distrito de Ajalpan, la operación electoral de Barbosa estuvo a cargo del ex candidato del PRI a la gubernatura en 2010, Javier López Zavala, con la ayuda de un primo del candidato Julio Miguel Huerta Gómez y de la que fuera secretaria general del CDE del tricolor en la gestión de Fernando Morales Martínez, Fedrha Isabel Suriano Corrales.
Esta, la cuarta demarcación federal, fue la que más sufragios dio al candidato de la coalición formada por Morena, el PT y el PVEM. Según el PREP 60 mil 681.
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La reunión de Barbosa con directores de medios
La columna De boca e boca, publicada en Ángulo 7, señala que : Que la comida del lunes pasado del virtual gobernador Miguel Barbosa Huerta con directores de medios, no es más que la buena voluntad de respetar la libertad de expresión y mostrar pluralidad; sin embargo algunos de los representantes iban más en plan de ver si había algún comentario negativo hacia ellos, lo cual no pasó, pero que hay los antecedentes de cómo actuaron en la campaña pasada.
Al parecer esta reunión fue más que nada una cachetada con guante blanco para aquellos que medios que se prestaron a la guerra sucia en la elección de 2018 a favor de la panista Martha Erika Alonso Hidalgo y que no creían que fueran incluidos en el primer acercamiento con el próximo mandatario por los próximos cinco años y cinco años que restan al sexenio que se quedó trunco tras la muerte de quien era titular del Ejecutivo.
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Un golpe al nuevo partido confesional
Enrique Núñez en su columna Contracara, publicada en Intolerancia Diario, indica que la detención de Naasón Joaquín García, líder de la iglesia internacional La Luz del Mundo, por pornografía infantil y trata de personas en el estado americano de California no es un tema ajeno a Puebla, ya que los miembros de ésta organización estaban preparando las asambleas para crear un nuevo partido político, que se llamaría PAIS.
Quien encabeza el movimiento en Puebla es Pablo Flores Andrade, ex presidente municipal de Cuapiaxtla, quien además es líder de esa religión en la zona. Actualmente Flores Andrade se encuentra preparando las asambleas distritales que exige el INE para convertirse en partido político, las mismas las realizará sin problemas por los miles de seguidores que tiene.
La solicitud de registro se hizo presumiendo que sería un partido de izquierda, aunque los nombres de los líderes están relacionados con la organización religiosa.
Se puede presumir que el movimiento cuenta con bastos recursos económicos, sobra ver el templo que se ubica llegando a la Caseta de Amozoc, donde está una gran águila dorada.
PAN, Morena y PRI; los perdedores
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PRD ya camina a la extinción, de la mano de los hermanos Luna Porquillo
Fermín Alejandro García en su columna Cuitlatlán, publicada en La Jornada de Oriente, señala que en esta campaña electoral se materializó el sueño de los hermanos Vladimir y Roxana Luna Porquillo de convertirse en los dirigentes absolutos –o mejor dicho los dueños– del Partido de la Revolución Democrática, pero al mismo tiempo que consiguieron su propósito, lo único que provocaron fue arrimar más al PRD a un proceso de extinción.
No es exageración, solamente hay que revisar los siguientes números:
Hace tres años Roxana Luna Porquillo fue candidata del PRD a gubernatura de Puebla y obtuvo 68 mil 353 votos, ubicando a esta fuerza política en el tercer sitio de la contienda y dejando un índice de sufragios del 3.8 por ciento.
El mérito en esa ocasión –de Roxana Luna– es que el partido del sol azteca carecía de suficientes recursos económicos y luchaba contra el morenovallismo, que parecía en ese entonces ser un muro infranqueable por la oposición en su conjunto.
Ahora, en el proceso electoral extraordinario de este año, en que Roxana Luna Porquillo volvió a ser la protagonista central del PRD, ya que ella –junto a su hermano Vladimir– dirigió toda la actividad proselitista del partido, esta fuerza política obtuvo 43 mil 963 sufragios, lo que representó la pérdida de 24 mil 390 votos en comparación con la contienda de 2016.
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Bandera blanca electoral
Alejandro Mondragón en su columna Al Portador, publicada en Status Puebla, indica que lo extraordinario de la extraordinaria por la gubernatura de Puebla, es que al final de las elecciones no hubo fraude y cada actor asumió con madurez los resultados.
Se lee fácil, pero en realidad los poblanos hemos visto en los últimos comicios: trampas, uso de estructuras de gobierno, robo de urnas, violencia, árbitros parciales y ganadores manchados por la duda.
Ahora fue diferente, aunque el negro del arroz estuvo en el elevado abstencionismo, producto del hartazgo de haber registrado en el último año dos elecciones y tener 5 gobernadores. La locura, pues.
La elección se decantó desde su arranque con un puntero que siempre se mantuvo hasta el final: Luis Miguel Barbosa, quien -sin sus alianzas- sólo Morena no hubiera ganado.
Pero también el PAN mostró tener su fuerza en las clases medias de las zonas urbanas y renovar sus ánimos rumbo al 2021. Su candidato que por los números entregó más que buenas cuentas, Enrique Cárdenas, al término de la jornada exhibió madurez al negarse a impugnar los comicios.
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El ajuste de cuentas que viene
Valentín Varillas en su columna La Tempestad, publicada en Status Puebla, señala que no, no se vaya a confundir: la reconciliación que ofrece Miguel Barbosa como uno de los ejes centrales en el ejercicio de su gobierno no sugiere, ni de cerca, complicidad con aberraciones y delitos cometidos por quienes lo antecedieron en la gubernatura de Puebla.
De entrada, el candidato ganador de la contienda del domingo ha hecho pública su promesa de dar a conocer en los próximos días la realidad que vive el estado en materia de finanzas públicas.
Por fin se van a conocer los detalles de los famosos fideicomisos y de los Proyectos de Participación Social que operaron en el sexenio de Moreno Valle.
Y es que, en aquella administración, se ensayó una alquimia presupuestal que endeudó al estado a niveles históricos, siempre afirmando en el discurso que todo lo hecho en un sexenio fue “sin pedir un solo peso prestado”.
Qué bueno que se llegue a fondo en este tema, es un gran primer paso, pero no es suficiente.
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Abdala, ese gran cero a la izquierda de la 4T
Arturo Rueda en su columna Tiempos de Nigromante, publicada Diario Cambio, indica que si la campaña electoral es una guerra por el poder, el ‘superdelegado’ Rodrigo Abdala es un desaparecido en acción, lastre de la Cuarta Transformación. El hombre encargado de representar al gobierno federal en la entidad no sólo brilló por su ausencia para apoyar a los ejércitos de Morena, sino que se convirtió con el paso de las semanas en una razón para no votar por Luis Miguel Barbosa.
Los encuestadores que se equivocaron nuevamente en sus ejercicios preelectorales y en las encuestas de salida, tanto en la preferencia por el candidato de Morena, así como en el cálculo de participación, señalan al incumplimiento de las promesas de López Obrador como una de las razones que tuvieron los poblanos para quedarse en las urnas y no ir a las casillas, lo que detonó el altísimo abstencionismo. Los apoyos, dicen, no han bajado.
El culpable de no cumplir las promesas del presidente en Puebla tiene nombre y apellido: el ‘superdelegado’ Rodrigo Abdala, acusado de ser uno de los más incumplidos a la hora de terminar el censo del bienestar para hallar a los beneficiarios de los programas sociales de la 4T. Un gran cero a la izquierda.
Con pretexto de la veda, Abdala desapareció del mapa mediático, pero también lo hizo del mapa político: jamás acordó cómo apoyar al equipo de Luis Miguel Barbosa. Se sabe que el ‘superdelegado’ aborrece al virtual gobernador, pues le quitó la candidatura en 2017. Lo que no se sabía es que ese aborrecimiento se tradujera en jugarle las contras a Morena con una huelga de ‘brazos caídos’.
El entonces candidato lo dijo en campaña y no mintió: tiene un año que no me reúno con Rodrigo Abdala. Luego, en Ahuacatlán, al terminar un mitin, fue abordado por pobladores para reclamarle que los apoyos de López Obrador no habían llegado, a lo que Barbosa respondió que había que pedirle cuentas al ‘superdelegado’ sin llamarlo por su nombre.
