En lo que va del año, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) decomisó cerca de 11 mil productos de vida silvestre, de los cuales 109 son ejemplares de flora y 28 de fauna, algunos de ellos de la categoría de riesgo, según la NOM 059.
Para combatir el tráfico ilegal, la Profepa realiza operativos de inspección y vigilancia desde la extracción, transporte, acopio y comercialización, en coordinación con la Procuraduría General de la República (PGR), Policía Federal, y la Ministerial, además de policías estatales y municipales.
Detalló que ha desplegado más de 84 operativos sólo para tráfico ilegal de especies en distintos puntos del país, mantiene vigilancia constante en al menos 93 Áreas Naturales Protegidas y ha efectuado mil 687 inspecciones y verificaciones, así como 192 operativos de inspección y vigilancia en materia de recursos naturales.
Cabe destacar que entre los meses de marzo y abril, el organismo dependiente de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), en coordinación con la Policía Federal, decomisó 526 loros valorizados en 10 mil dólares, en un filtro de revisión instalado en la caseta de Chalco.
Denuncia ciudadana permite rescatar especies
Destacó que uno de los recursos fundamentales ha sido la denuncia ciudadana, que ha permitido rescatar y liberar en su hábitat ejemplares de distintas especies entre aves, reptiles y mamíferos como el zorro gris, aguililla cola roja, mono aullador, iguana verde y lechuza de campanario, entre otros.
Por otra parte, México posee entre el 10 y 12 por ciento de las especies biológicas del planeta, ocupa el primer lugar en reptiles, segundo en mamíferos, tercero en plantas, cuarto en anfibios y décimo en aves. Alrededor del 50 por ciento de las plantas son endémicas, y una proporción similar la tenemos en reptiles y anfibios.
Sin embargo, estas peculiaridades han hecho atractivo al territorio nacional para el comercio ilícito, por lo que la Profepa mantiene una estrecha colaboración a nivel internacional y trabaja activamente en las operaciones organizadas por la Interpol y la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (Cites).
Entre las especies más traficadas se encuentran los mono araña, aullador y aullador negro, el jaguar, ocelote, tigrillo, jaguarundi, puma, gato montés, 22 especies de psitácidos, como la guacamaya roja, verde y el loro cabeza amarilla; 443 de reptiles, como las lagartijas arborícolas y turipaches, iguanas, tortugas casquito, cocodrilos, monstruo de gila, serpientes de cascabel, entre otros.
Así como el águila real, halcón de Harris y cola roja, gavilán tirano, peces de agua dulce del género Cyprinodon o cachorritos, el pez totoaba, pepino de mar, caballito de mar, corales, pez clarión; además de orquídeas, peyote, palmas, sotol, biznaga barril y las maderas dalbergias (granadillo, palo de rosa, cocobolo), cedro y pino.
Editado por Diana Lizeth Pérez Morales
