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Claudia Mijangos deja prisión a 30 años de asesinar a sus hijos
Claudia Mijangos deja prisión a 30 años de asesinar a sus hijos. Foto: andresestevez.mx
Claudia Mijangos deja prisión a 30 años de asesinar a sus hijos
Claudia Mijangos deja prisión a 30 años de asesinar a sus hijos. Foto: andresestevez.mx

Claudia Mijangos, conocida como “La Hiena de Querétaro”, cumplió su sentencia de 30 años de prisión por el asesinato de sus tres hijos: dos niñas de 11 y 9 años, así como de un niño de 6; su sobrina será quien se responsabilizará de ella.

Mijangos, quien fue sentenciada por el asesinato de sus tres hijos el 24 de abril de 1989, salió este miércoles del penal Centro Psiquiátrico de Tepepan, al sur de la Ciudad de México, a donde ingresó el 10 de septiembre de 1991.

Afuera del reclusorio la esperaban dos familiares que llegaron a bordo de una camioneta Mazda y ella, vestida de azul y con el cabello rubio, subió sus pertenencias a la cajuela y abordó el vehículo.

Las autoridades penitenciarias de la Ciudad de México deberán informar, el jueves, al Tribunal Superior de Justicia del estado sorbe la liberación, pues este miércoles por la mañana, el presidente Antonio Ortega Cerbón, señaló que por el diagnóstico de salud mental, deberá continuar con revisiones y un tratamiento médico.

El familiar puede tomar esa decisión de hacerse responsable, llevarla con ella y ya que la tiene ahí hacerse responsable de que se le suministre el medicamento y llevarla a los estudios, recalcó; este jueves se supone que será la sobrina de Mijangos quien la vigilará.

¿Qué sucedió hace 30 años?

La Mijangos”, como también se le recuerda, nació en Mazatlán, Sinaloa en 1956. Estudió comercio y fue coronada reina de belleza en su estado. Se casó con Alfredo Castaños, tuvieron tres hijos y, después de la muerte de sus padres, se mudaron a Querétaro. Ahí abrió una tienda de ropa de moda y de novedad.

Ella, quien era muy devota de la religión católica, matriculó a sus hijos en el Colegio Fray Luis de León, una escuela de frailes agustinos muy conservadora, donde consiguió dar clases de catecismo y conoció al padre Ramón.

Mijangos empezó a tener problemas en su matrimonio y hasta probó terapia de pareja con su esposo. Esta fracasó completamente hasta llegar al divorcio que la dejaría con la custodia completa de sus hijos.

Con el paso del tiempo, su estado mental se puso peor y empezó a escuchar voces en su cabeza.

El 23 de abril de 1989, Alfredo Castaños llevó a sus hijos a la kermés anual del colegio. Al dejarlos en su casa por la noche, tuvo una pelea con su exesposa. Se fue dejando a los niños con una Mijangos en crisis nerviosa y fuera de sí.

Alrededor de las 4 de la mañana, Mijangos presuntamente telefoneó a una amiga cercana para decirle que se sentía mal, que escuchaba voces y que todos estaban muertos. Su amiga sabía de las complicaciones que tenía y la mandó a dormir con la promesa de visitarla al día siguiente para ver cómo estaba. Su amiga cumplió su promesa, pero no sabía lo que le esperaba al llegar a la casa.

Al llegar vio a Mijangos dormida junto con sus hijos muertos. Su amiga, al ver la escena, llamó inmediatamente a la policía, pensando que también la su amiga estaba muerta.

Cuando llegaron los peritos descubrieron que, contrario a lo que se imaginaban, la madre de los hijos sí estaba viva y con apenas unas cortadas en las muñecas y en otras partes del cuerpo, pero sus tres hijos, Claudia María, Ana Belén y Alfredo, yacían apuñalados sin vida.

 

Fuente: Diario Querétaro/Infobae

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