Aunque cueste reconocerlo, la crisis en la aprobación legislativa de la reforma educativa del gobierno de López Obrador está provocada porque los maestros de la Sección 22 de maestros sí tienen la razón.

El 12 de mayo de 2018 el candidato López Obrador presentó, en el simbólico lugar de Guelatao de Juárez, Oaxaca, lugar de nacimiento de Benito Juárez, su decálogo educativo. Y en el documento leído hubo una frase que explicaría la insurrección de los maestros de la 22 de Oaxaca: “¡nunca más una reforma educativa sin el magisterio”.

Lo que los maestros reclaman hoy en la Cámara de Diputados es su exclusión de la reforma presentada por el actual secretario de Educación Pública, Esteban Moctezuma Barragán, quien fue subsecretario de Educación en 1992 del secretario Ernesto Zedillo y desde ese nivel Moctezuma fue el responsable del proceso de descentralización educativa del presidente Salinas de Gortari que fortaleció a la 22.

Para lograr el apoyo de la militante Sección 22 de maestros de Oaxaca, el entonces gobernador priísta Heladio Ramírez López firmó una Minuta de compromisos formales para entregarle la educación oaxaqueña a la 22. De 1992 al 2015, la 22 ejerció ese poder político. Sin el apoyo de la SEP federal y del subsecretario Moctezuma, la 22 no hubiera adquirido el poder que tuvo sobre los maestros de su sección.

El candidato López Obrador en el 2018 asumió dos compromisos vitales entre los diez de su propuesta:

Punto 7.- Elaborar conjuntamente con los maestros, padres de familia, pedagogos y especialistas un plan educativo que mejore de verdad, en la realidad, la calidad de la enseñanza, sin afectar los derechos laborales del magisterio. Nunca más una reforma educativa sin el magisterio.

Punto 10.- (Se tomarán) las propuestas alternativas de educación que cada entidad ha impulsado, como el Plan para la Transformación Educativa del Estado de Oaxaca (PTEO).

Lo que los maestros protestan hoy es su exclusión de la elaboración de la ley que redactó el exfuncionario zedillista hoy encargado de la SEP lopezobradorista. En síntesis, la 22 exige, en función del compromiso de mayo de 2018 de López Obrador, tres cosas: restaurar la Minuta de 1992, incluir el PTEO en la reforma educativa y privilegiar el enfoque anti neoliberal de la educación pública.

La clave del PTEO que pelea hoy la 22 para incluirlo en la reforma educativa se localiza en dos puntos: primero, los maestros disminuyen su papel en el proceso educativo de acuerdo con los lineamientos de la educación federal y se asumen en “agentes del cambio social”, convirtiendo a las escuelas en centros comunitarios de adoctrinamiento; y segundo, como consecuencia, los niños no se educan para enfrentarlos a la vida con enfoques universales, sino que pasan a forma parte de colectivos educativos en condición de pioneros al estilo de la educación en Cuba: bases sociales, ideológicas y activos del proceso de cambio social.

El PTEO como eje de la política educativa de López Obrador tendría más contenido ideológico y anti sistémico que pedagógico:

–Se pretende (…) el impulso de una nueva escuela y un nuevo docente, fomentando cualidades, aptitudes y capacidades para adquirir una comprensión crítica; el desarrollo de una percepción distinta y alejada de la concepción utilitaria de la naturaleza.

–La fundamentación del programa expresa cómo es que la estructura y el crecimiento económico de los mercados ha acarreado graves consecuencias sociales.

–Toda esta problemática estructural de la dominación interna lleva a plantear las raíces históricas y el papel de la educación y la escuela para comprender el atraso y subdesarrollo que vivimos en Oaxaca y tiene relación con la concentración de la riqueza nacional en manos de grupos minoritarios o élites económicas que dominan a las masas y concentran también los beneficios sociales producidos por las riquezas de cada pueblo. Para que la población conserve su patrimonio y capital, se requiere cambiar y crear nuevas estructuras sociales, lo que implica un cambio en los contenidos de la conciencia, fenómeno posible en la medida que se transforme y dé sentido a la educación en las escuelas.

–El colectivo magisterial (no el Estado) será el que genere el proyecto educativo.

El problema no se está en las movilizaciones agresivas de la 22 para imponer su proyecto educativo, sino que se exige el cumplimiento de la propuesta educativa de campaña del candidato López Obrador que llevó a los aproximadamente 70 mil maestros de la 22 a votar por Morena. Y lo grave no es que algunos ex dirigentes de la 22 hayan obtenido diputaciones, sino que radica en el hecho de que la 22 no opera cono plataforma de lanzamiento de posiciones de poder de dirigentes, sino como colectivo sindical para lograr una nueva rectoría social y sindical de la educación.

Al final, la iniciativa de nueva ley de reforma educativa de Moctezuma reproduce el modelo Peña Nieto de educación apolítica.

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Periodista desde 1972, Mtro. en Ciencias Políticas (BUAP), autor de la columna “Indicador Político” desde 1990. Director de la Revista Indicador Político. Ha sido profesor universitario y coordinador...