La integración en una sociedad que pone limitantes a personas con particularidades es el reto más grande al que se enfrentan los niños con Trastornos de Espectro Autista (TEA) y para ayudarlos en la BUAP se propuso darles un tratamiento individual.
En el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo –2 de abril–,Yulia Solovieva, coordinadora de la maestría en Diagnóstico y Rehabilitación Neuropsicológica de la BUAP, aseguró que los menores diagnosticados de los 0 a 4 años tienen más posibilidades de integrarse y alcanzar su desarrollo.
La especialista, quien también es miembro titular de la Sociedad Latinoamericana de Neuropsicología, aclaró que el TEA no tiene cura, ni tampoco existe un fármaco para superar esta condición, además de que sus causas aún no están definidas científicamente.
Enfatizó que este trastorno provocado por un daño cerebral, que puede encontrarse en distintos niveles del sistema nervioso central, causa principalmente dificultades comunicativas y debería tratarse de forma adecuada desde una perspectiva individual, que atienda las características del menor, por lo que en coordinación con Luis Quintanar desarrolló una metodología de evaluación y tratamiento.
Detectan nivel de TEA con juegos
La Evaluación del Desarrollo para Niños Preescolares Menores es un método que permite, a partir del juego con objetos, simbólico y de roles, detectar los mecanismos débiles y fuertes del niño desde las estructuras corticales, subcortical o córtico subcorticales, pero también valorar su edad psicológica, a fin de tratar cada caso de acuerdo con su nivel de autismo.
Para tener un diagnóstico adecuado, Solovieva recomendó acudir con un especialista a las sedes clínicas con las que cuenta la BUAP, una de ellas en el Hospital Universitario, y pidió tomar en cuenta el Instituto de Neuropsicología y Psicopedagogía de Puebla, ubicado en San José Mayorazgo, donde atienden médicos formados en la institución.
Aseguró que alrededor del autismo existe aún mucha desinformación; por ejemplo, señaló que no es posible que un niño autista tenga un coeficiente intelectual muy alto, como se maneja en algunos artículos que circulan en internet.
Entre los síntomas de alerta se encuentran no responder a su nombre (a los 12 meses); no señalar los objetos para demostrar su interés (a los 14); no jugar juegos de simulación (a los 18); evitar el contacto visual y querer estar solos; presentar retrasos en el habla y el lenguaje; repetir palabras o frases una y otra vez; dar respuestas no relacionadas con las preguntas; tener intereses obsesivos; y aletear las manos, mecerse o girar en círculos.
Finalmente, subrayó que entre más temprano sea diagnosticado el niño, se registrará un desgaste menor, ya que entre más grandes, más difícil resulta ayudarlos, aunque no es imposible.
Editado por Diana Lizeth Pérez Morales
