Entre los objetivos planteados por el gobierno local de Puebla –en el periodo 2019-2024—, se contempla una reducción en promedio de apenas el 1 por ciento en temas como población en situación de pobreza extrema, carencias de salud y de vivienda digna.
Las metas previstas para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos en el estado no son muy optimistas, pues de acuerdo con el Plan de Desarrollo Estatal (PDE), se buscará pasar de un porcentaje de 59.4 personas pobres a 58.8 por ciento, en tanto, que para aquellas en situación extrema el cambio sería de 9 a 8.9 por ciento.
Además, se prevé bajar de 14.5 por ciento de carencia de calidad en las viviendas poblanas a un 14.3 por ciento. También se espera reducir de 25.7 a 25.4 por ciento la población que no cuenta con servicios básicos en sus hogares (drenaje, luz, agua potable, entre otros).
El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) determinó que 20.1 por ciento de los pobladores en la entidad presentan carencias alimentarias, por lo que el gobierno estatal buscará que el porcentaje quedé en 19.8.
Respecto a la carencia de acceso a los servicios de salud bajaría en 2 puntos base, ya que pasaría de 17.4 a 17.2 por ciento.
Desarrollo humano y mortalidad materna
En el Índice de Desarrollo Humano del Programa para las Naciones Unidas para el Desarrollo (PUND) se es espera incrementar puntos para obtener una calificación de 0.724, pues se evalúa con valores entre 0 la calificación más baja y 1 la más alta.
Durante 2017, en Puebla se registró 25.3 defunciones de embarazadas por cada 100 mil habitantes, para el periodo 2019-2024 la reducción que se espera será de una tasa de 24.1.
También no se esperan grandes cambios respecto a la mortalidad de menores de cinco años pues se plantea pasar de 3.4 fallecimientos a 3.2.
La reducción en la población analfabeta
En el tema de la educación, se buscará que las personas con rezago educativo sea de 18.9 por ciento contra el 19.9 por ciento registrado por el Coneval en 2016.
La población analfabeta pasaría de 8.32 por ciento a 7.9 por ciento, además se prevé un incremento en la tasa de matriculación de educación media superior del 69.1 al 81.4.
Finalmente, se pretende una tasa de abandono escolar de educación superior del 7.9 por ciento contra la de 8.8 por ciento registrada durante 2018.
