Genética y sociedad construyen la personalidad: experta de BUAP
Genética y sociedad construyen la personalidad: experta de BUAP. Foto: Especial
Genética y sociedad construyen la personalidad: experta de BUAP
Genética y sociedad construyen la personalidad: experta de BUAP. Foto: Especial

El temperamento de una persona es algo innato, tiene un origen genético y es hereditario, por lo que no se modifica ni se controla; en tanto, el carácter es producto de los hábitos aprendidos de la educación, la cultura y las experiencias individuales.

Así lo señaló Aleidy Patricio Martínez, investigadora de la Facultad de Ciencias Biológicas de la BUAP, durante su conferencia “Temperamento, personalidad y cerebro”, en la que explicó que a diferencia del temperamento, el carácter es susceptible de ser modificado, además de ser controlable.

En el marco de la Semana Internacional del Cerebro, realizada en la Facultad de Ciencias Químicas, explicó que “la intersección entre el carácter y el temperamento da origen a lo que conocemos como personalidad, considerada como algo externo: es lo que una persona quiere que los demás vean de ella y es lo menos genuino para describir a alguien”.

Estos elementos conductuales tienen un origen a nivel del cerebro: el tálamo, la amígdala y la corteza prefrontal medial son los núcleos de este órgano que se encuentran involucrados.

Los químicos que definen la personalidad

De acuerdo con estudios sobre liberación de neurotransmisores, señaló que la dopamina, la serotonina y la noradrenalina se cuentan entre los principales que definen parte de la personalidad.

Asimismo, hay temperamentos más extrovertidos o menos introvertidos, lo cual está relacionado también con la liberación de dopamina y con la activación de los receptores dopaminérgicos.

“A menor liberación de dopamina, la gente generalmente busca actividades de riesgo que los hagan sentir bien, como saltar del bungee, y generalmente esas actividades las hará una persona que sea muy extrovertida”, afirmó.

Asimismo, Patricio Martínez señaló que los estudios demuestran que cada persona tiene algo de cada uno de los cuatro temperamentos, por lo que es posible tener diferentes combinaciones que describirán parte de las conductas del individuo.

Editado por Luis Alberto Palacios