Protestas de extrabajadores de Salud, porras y leves abucheos al gobernador Guillermo Pacheco Pulido y la alcaldesa Claudia Rivera Vivanco, en un Centro Expositor lleno, ocurrió la primera visita del presidente Andrés Manuel López Obrador a la capital poblana.
Desde temprana hora, miles de personas, principalmente de la Angelópolis, se dieron cita a dicho inmueble, lo que generó se abarrotara desde minutos antes que el mandatario de la nación llegara al recinto ubicado en los Fuertes de Loreto y Guadalupe.
Niños, menores de edad, personas con discapacidad y de la tercera edad acudieron a mostrar el afecto que le tienen al Ejecutivo federal, después de mes y medio que visitó la entidad por primera vez como presidente, solo que en aquella ocasión fue en la Sierra Norte.
Antes de comenzar el evento se pudo notar dos grupos de manifestantes, uno que exigía su reinstalación luego de que se les rescindió el contrato en el sector salud por recortes al programa Prospera y otro que acusaba a la compañía Thona Seguros de fraude por no querer pagar los ahorros a familiares de maestros pensionados que fallecieron
Al igual que en el evento de Huauchinango, no faltó quien buscó hacer su venta con los souvenirs del morenista, aunque en esta ocasión fueron más las personas que se postraron en la explanada de la entrada al inmueble.
Llaveros, lapiceros, playeras, gorras, sombreros, tazas, chalecos, bolsas, calendarios, cordones para credenciales o llaves, sombrillas y muñecos de peluche son de lo que se comercializaba en el lugar, cuyos precios oscilaban desde 10 hasta 150 pesos.
Estos accesorias tenían el logotipo de Morena, partido que él fundo, otras el acrónimo del presidente “AMLO” y algunas con frases que ha utilizado como “Me canso ganso”, “Al pueblo de México le voy a cumplir” o su rostro en forma de caricatura.
AMLO llegó acompañado de su esposa
En este evento de nueva cuenta se pudo notar que el acceso al Centro Expositor no estuvo tan desorganizado, pues las personas hacían fila para poder entrar sin poner desorden, y tampoco arcos de seguridad y las minuciosas revisiones como se hacían en el gobierno priista que concluyó en noviembre.
Cerca de la 1 de la tarde, López Obrador entró al recinto sin mayor seguridad que su ayudantía como ha sucedido en todos los eventos, siguiendo la misma rutina que ha hecho desde que inicio campaña, que mantiene en su gobierno, de acercarse con las personas, darles la mano, saludarlos y hasta tomarse una foto.
En su recorrido al presídium, todos los que estaban en la fila más cercana aprovecharon para expresar sus muestras de afecto coreando sus porras y darle un recuerdo, siendo al final de la fila cuando lo recibió el gobernador interino, Guillermo Pacheco Pulido.
Al ser presentado, la euforia de los presentes pudo notarse en todas las zonas del Centro Expositor en donde fue el evento, muchos corearon a una voz “es un honor estar con Obrador” y “presidente, presidente”, y con un ambiente de cordialidad entre autoridades federales y locales.
Al evento lo acompañaron su esposa Beatriz Gutiérrez Müller; la secretaria del Bienestar, María Luisa Albores González, y Leticia Ánimas Vargas, quien está al frente del Proyecto de Becas Benito Juárez implementado por el gobierno federal.
Rivera, única funcionaria local en el presídium
Al ser nombrado Pacheco Pulido, no recibió rechiflas o abucheos como lo vivieron mandatarios de otros estados donde ha acudido el presidente, sin embargo, se escucharon cuando tomó el micrófono para dar un discurso de apenas 2 minutos.
Aparte del gobernador, la alcaldesa Claudia Rivera Vivanco fue la única funcionaria local que estuvo sentada en el presídium, quien al ser nombrada en un principio recibió aplausos y porras de los asistentes que estaban sentados en las primeras filas, pero al final fue cuando se escuchó “fuera, fuera”.
El discurso del mandatario federal tardó alrededor de 55 minutos, tiempo en el que recibió entre 25 y 30 aplausos y porras, siendo el mayor de ellos cuando manifestó que en su gobierno deben trabajar 16 horas diarios los funcionarios para cumplir con las metas que tienen incluso los fines de semana, no como lo “hacían los otros”.
Al final del evento, López Obrador salió del mismo lado del recinto por donde llegó, pero lo hizo de la misma forma en que llegó, saludando a la gente, tomándose fotos con ellos y mostrando la humildad que lo ha caracterizado en sus primeros 100 días de gobierno.
Sin embargo, la euforia de la gente no paro ahí, ya que muchos lo siguieron incluso cuando estaba en su camioneta para agradecerle su visita, mientras que otros lo hicieron para decirle que no se olvide de ellos y de las necesidades que tienen, por lo que el personal de seguridad tuvo que pedirles que se hicieran a un lado para poder pasar.
