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La cena en El Paraguas

Raymundo Riva Palacio en su columna Estrictamente Personal, publicada en El Financiero, indica que en el barrio de Salamanca, en Madrid, se encuentra el restaurante de moda El Paraguas, de excelente comida asturiana. Hace dos martes llegó un comensal mexicano que nadie conocía, aunque una de las personas en su mesa, Baltazar Garzón, un rock star de la justicia global, no pasaba desapercibido. El encuentro fue sugerente, en estos tiempos donde su sucesor, Andrés Manuel López Obrador, habla un día sí y el otro también de lo corrupto que fue el gobierno que lo precedió y del “tiradero” que le dejaron.

¿De qué hablaron? De acuerdo con uno de los presentes, fue un encuentro casual. Garzón participaba en el Congreso Mundial Jurídico y esa noche cenaba con varios de los asistentes. Otro asistente en el Congreso fue Juan Collado, que estaba con Peña Nieto. Nada trascendental salió de esa plática, dijo uno de los presentes. El expresidente había estado en Madrid de paseo con una modelo hace poco más de tres semanas. Unos siete días después regresó y lo único que se conoce de esa nueva visita fue el encuentro con Garzón.

Garzón llevó en la Audiencia Nacional española varios casos controversiales de violación a los derechos humanos durante la dictadura franquista. Su fama, sin embargo, detonó cuando logró una orden de arresto contra el general chileno Augusto Pinochet por la muerte de súbditos españoles y crímenes de lesa humanidad durante su dictadura. Este tipo de delitos es lo que abogados en México y Estados Unidos buscan imputarle a Peña Nieto y llevarlo a juicio por el crimen de los normalistas de Ayotzinapa en 2014.

Desde que era presidente Peña Nieto, un grupo de abogados trabajaron la eventual defensa cuando acabara el sexenio. Una de las conclusiones a las que llegaron era que no habría forma que una acusación por la desaparición de los normalistas lo alcanzara legalmente, y concluyeron que la línea de responsabilidad llegaría máximo a Tomás Zerón, jefe de la Agencia de Investigación Criminal en ese momento.

La idea de que pudiera juzgarse a Peña Nieto por delitos de lesa humanidad está en la mente de los abogados, aunque López Obrador, pese a acusar diariamente de corrupto a su gobierno, se ha comprometido con no perseguirlo. Eso no significa que metería las manos por él en otros casos, como el de Ayotzinapa, por el que varios miembros de su equipo sí quieren juzgarlo. Esto no es algo que haya estado ausente de la discusión pública en México. En agosto de 2016, se publicó en este espacio “¿Terminará Peña en La Haya?”, donde se apuntó:

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AMLO y el presidencialismo recargado

Leo Zuckermann en su columna Juegos de poder, publicada en Excélsior, señala que esta historia literalmente comenzó el primero de diciembre en la toma de posesión de López Obrador como Presidente. Al aire entró la “cadena nacional”, una de las peores costumbres del régimen autoritario priista, donde todos los medios tienen que encadenarse obligatoriamente para transmitir la misma imagen y sonido controlado por el gobierno. La periodista que narraba el traslado de AMLO de su hogar al Congreso informó que el nuevo mandatario había desayunado huevos. Parecía chiste, pero no lo era. Durante años, cuando los medios querían contrastar el cambio democrático en nuestro país, se rememoraba aquellos años en que los periodistas, en las cadenas nacionales, informaban qué había desayunado el señor presidente. Pues bien, ese viejo presidencialismo exacerbado, todo poderoso, imperial como bien lo calificó Enrique Krauze, estaba anunciando su intención de retornar de manera recargada.

No sorprende que López Obrador lo pretenda. Él siempre ha sido muy claro en su intención de reconcentrar el poder en la institución presidencial. Desde el primer día después de las elecciones ha hecho todo para que así sea. Lo interesante será la reacción de todos los actores políticos, económicos y sociales frente a este proyecto de presidencialismo recargado.

Cotidianamente vemos historias sobre este tema. Ahí está, por ejemplo, la de Guillermo García Alcocer. Al presidente de la Comisión Reguladora de Energía (CRE) se le ocurrió criticar veladamente a los candidatos a comisionados de esta institución que envió AMLO al Senado. Esto es incompatible con el presidencialismo recargado. El titular de una institución como la CRE no debe cuestionar al señor Presidente de la República. No, no, no. Por tanto, en una conferencia matutina, AMLO le solicitó a la secretaria de la Función Pública y al titular de la Unidad de Inteligencia Financiera que fulminantemente enjuiciaran a García Alcocer por posible conflicto de intereses, sin pruebas, con puras insinuaciones. En media hora hicieron pomada el prestigio profesional del presidente de la CRE.

¿Y qué hizo García Alcocer? Pedirle una audiencia a su verdugo, quien amablemente se la concedió. Humillado, entró a Palacio Nacional. Salió, eso sí, contentísimo. El Presidente había sido muy respetuoso, lo había escuchado y le había informado que no tenían la intención de perseguirlo. La antigua tradición del besamanos al señor todopoderoso que un día doblega y al siguiente perdona. Presidencialismo recargado.

Otro ejemplo: la comunidad empresarial. A la gran mayoría no le acaba de convencer López Obrador. Sin embargo, acuden a sus eventos y, en lugar de decir lo que piensan, le ofrecen todo su apoyo. Estamos con usted, Presidente. Diga hacia dónde vamos y nosotros lo seguiremos. Pura retórica porque los datos demuestran que no están invirtiendo más dinero desde que ganó AMLO.

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PRI, un viejo enfermo que cumple 90 años

La columna Bajo Reserva, publicada en El Universal, indica que hoy los priistas celebrarán los 90 años de existencia del partido y, nos hacen ver, el onomástico llega cuando el instituto político pasa por una crisis que lo tiene enfermo y con pronóstico reservado. En el ámbito legislativo ha sido relegado a tercera fuerza, y aunque aún es el partido con mayor número de gobernadores con 12, su crisis de imagen y credibilidad amenaza con perder el poder en varias entidades en las que hoy Morena ya es mayoría en los respectivos congresos locales. Y para muestra de lo profundo de la crisis en la víspera del aniversario y ante el inminente proceso de sucesión de la dirigencia nacional, un grupo de priistas repudió la llegada del expresidente Enrique Peña Nieto al Consejo Político Nacional, e incluso pide su expulsión del partido. Así, con las mismas fracturas y divisiones que les costó perder la Presidencia de la República, el viejo partido llega con la salud mermada a su cumpleaños nonagésimo.

Primero afectan y luego preguntan

La Secretaría de Bienestar le está agregando insulto al daño, nos comentan padres cuyo enojo va en aumento con la decisión cambiar la operación del programa de estancias infantiles. Dicen que la dependencia, a cargo de María Luisa Albores, primero canceló el programa de guarderías y ahora les están consultando su opinión sobre la calidad del servicio. Nos hacen llegar una copia del cuestionario que la gente de Morena ha realizado a los beneficiarios del programa, y una de las preguntas que más ha molestado a la población dice: “¿Cómo califica el cuidado que su hija o hijo recibe en la estancia infantil?”. Los padres de los menores beneficiados (quienes seguirán recibiendo el apoyo económico del gobierno federal), se sienten insultados, pues dicen que se dejó hasta el último su opinión, ya cuando parece no haber marcha atrás en la decisión del gobierno y varias estancias cerrarán sus puertas.

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La columna Trascendió, publicada en Milenio, señala que el gran ausente en la conmemoración de los 150 años de vida institucional de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo fue el presidente del Patronato, Gerardo Sosa Castelán, quien no acudió al máximo festejo universitario en el que el rector, Adolfo Pontigo Loyola, despotricó contra la información de la investigación por lavado de dinero y aseguró que irán sobre quienes difundieron una noticia, según él, “sin sustento”.

Al cumpleaños de la UAEH solo fue el hermano de Gerardo, Damián Sosa, quien se mostró cabizbajo y no dio declaraciones; tampoco acudieron el gobernador, Omar Fayad, ni ningún representante del gobierno federal o la Anuies, y solo llegó el presidente de la Junta de Gobierno del Congreso local, Ricardo Baptista.

QUE hablando de la UAEH, dicen las malas lenguas que Sosa Castelán no fue a la pachanga debido a que está fuera del país.

Así que, días después de darse a conocer la noticia de la investigación de Hacienda, y a una semana del asesinato de su hijo, el presidente del Patronato universitario no ha querido aparecer en público y solo expresó su agradecimiento por las condolencias mediante inserciones en medios impresos.

QUE el presidente de la Cámara de Diputados, Porfirio Muñoz Ledo, se mostró ayer muy complacido en la FIL del Palacio de Minería con la presentación del libro Semblanzas, en el que personalidades como Cuauhtémoc Cárdenas, Juan Ramón de la Fuente e Ifigenia Martínez, entre otras, relatan aspectos de la vida pública del ex candidato presidencial, dos veces secretario de Estado y ex embajador de México ante la ONU y la UE.

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