Si se da por sentado que la Minuta sobre la Guardia Nacional saldrá planchadita de la negociación del senado morenista con el Cuarto Transitorio, las dudas en Palacio Nacional están focalizadas en la Cámara de Diputados por lo que decidan el diputado excomunista-experredista-neomorenista Pablo Gómez Álvarez y el diputado ebradista Mario Delgado, los responsables de borrar transitorio en la Minuta que los diputados mandaron al Senado.

El voto de Gómez es previsible por su filiación de izquierda marxista-leninista a veces refrescante ante tanto neoliberalismo y populismo, metido en lides parlamentarias desde 1988 por el Partido Socialista Unificado de México (ex PCM) y preso político de 1968 a 1971. Su posicionamiento antimilitarista es de sobra conocido, pero aún más reconocido es su autonomía de grupos y partidos.

Gómez fue el que borró de la Minuta de diputados al Senado del 16 de enero el Cuarto Transitorio con el argumento de que su contenido no sería aprobado por los demás partidos, aunque hay indicios que señalan que los demás partidos ya habían avalado ese texto que permitía la permanencia de las fuerzas armadas en labores de seguridad pública hasta que la Guardia Nacional estuviera ya profesionalizada y capacitada, es decir, cuando menos los próximos cinco años.

El diputado priísta Enrique Ochoa Reza, presidente del PRI en la primera parte de la campaña presidencial del 2018, se extrañó que Gómez hubiera borrado con tanta facilidad ese artículo y fue el que reveló la responsabilidad del diputado morenista. En todo caso, el corresponsable de ese desaguisado que rompió con el ritmo legislativo morenista a favor del Cuarto Transitorio fue el diputado morenista Mario Delgado, coordinador de la bancada de Morena en la Cámara.

Algunas suspicacias ven en el conflicto alrededor del Cuarto Transitorio un adelanto del choque de precandidatos presidenciales morenistas Ricardo Monreal Avila y Marcelo Ebrard Casaubón. El primero ha logrado consolidar en el Senado las principales iniciativas del presidente López Obrador, en tanto que el canciller sólo ha tenido en sus manos el caso Venezuela y las quejas diplomáticas por la austeridad, ambas mal encaminadas y resueltas.

El problema alrededor de la reinserción del Cuarto Transitorio en la nueva Minuta que se cocina en el Senado y luego en su debate posterior en la Cámara de Diputados no radica, por cierto, en la oposición, porque los votos del PRI y algunos panistas –ambos promotores de la participación de las fuerzas armadas en la seguridad pública durante los gobiernos de Calderón y Peña Nieto– estarían garantizados.

El problema radica en el voto de Gómez y en la posición que adopte Delgado a la hora de votar la nueva Minuta. Es posible que Delgado regrese al voto lopezobradorista a favor del Cuarto Transitorio después del regaño público del presidente López Obrador en una conferencia de prensa en Palacio Nacional al declararse insatisfecho con la Minuta mutilada.

Si los datos se confirman, Gómez cometió una indisciplina, pero la mayor preocupación radica en la posibilidad de que el legislador morenista hubiera realizado una falta mayor en las prácticas parlamentarias al mutilar en secreto un documento ya aprobado y enviarlo así, sin el apoyo de todos los partidos y legisladores, al Senado. El descuido involucra a las instancias parlamentarias que deben vigilar la inviolabilidad de los documentos del proceso constitucional de formación de leyes.

Hasta ahora no hay ninguna información sobre el posible voto del diputado Gómez sobre la Minuta corregida en el Senado, pero la lógica política diría que tendría que ir en contra. Y aunque es posible que la nueva Minuta tenga votos suficientes como para garantizar su aprobación, hay indicios de que algunos otros diputados de oposición e inclusive algunos de Morena voten en conciencia y por tanto en contra de la Minuta. Los datos recientes dejan entrever que han fracasado algunos intentos por “convencer” a Gómez de que vote a favor o, en el peor de los casos, se abstenga, pero que no lo haga en contra por los efectos políticos previsibles. Pero la memoria del 68 le ha regresado a Gómez medio siglo después.

Si Gómez abre el debate sobre el nuevo Cuarto Transitorio, salpicaría al diputado expriísta, experredista, expanista y morenista Porfirio Muñoz Ledo, quien aplaudió la represión del 68 de Díaz Ordaz contra estudiantes, entre los que se encontraba el hoy diputado Gómez.

No olvidar a Trump. Las informaciones llegadas de los EE. UU. después del cierre parcial del Congreso, del choque del presidente Trump con la líder legislativa demócrata Nancy Pelosi, el retraso en el informe a la nación y la negativa a financiar el muro han tenido un efecto contrario al esperado. El tracking de encuestas diarias de la empresa Rasmussen muestra que la aprobación total de Trump subió de 43 por ciento el 1 de febrero a 52 por ciento el 11 de febrero. Y que es mayor a la de Obama.

Política para dummies: La política es el arte de la conciliación de contrarios, pero el oficio de imponer el presidencialismo cuando las circunstancias lo ameriten.

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Periodista desde 1972, Mtro. en Ciencias Políticas (BUAP), autor de la columna “Indicador Político” desde 1990. Director de la Revista Indicador Político. Ha sido profesor universitario y coordinador...