México se ubicó en el último lugar en el Índice de Percepción de la Corrupción 2018, entre los 35 países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), posición que también repitió entre los 19 pertenecientes al G20.
De acuerdo con la organización Transparencia Mexicana en el ranking 2018, la nación mexicana cayó tres lugares respecto a la edición anterior, para ubicarse en el lugar 138 de 180 a nivel global.
El país obtuvo 28 puntos en la escala de 0 a 100 de Transparencia Internacional, por lo que lo colocan en el último lugar entre los miembros de la OCDE, quedando por debajo de países como Hungría y Grecia con 46 y 45 puntos, naciones que en años recientes enfrentaron problemas severos de gobernabilidad y viabilidad económica.
Según el análisis, en materia penal, de acuerdo con datos del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI), entre 2013 y 2016, sólo 2.9 por ciento de las acciones penales en territorio mexicano terminaron en condena.
El estudio apunta además que México carece de una política anticorrupción integral para todos los niveles y poderes de gobierno.
Señaló que la exigencia social contra la corrupción ha ido creciendo. Además de las movilizaciones cívicas de 2016 que condujeron a un conjunto de reformas anticorrupción, la sociedad mexicana se manifestó también a través de las urnas en la elección de 2018, donde por primera vez un gobierno de izquierda obtuvo el triunfo.
