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Por qué Rodríguez Almeida no fue gobernador interino

Rodolfo Ruiz en su columna La Corte de los Milagros, publicada en E-consulta, señala que la interrogante de por qué los diputados panistas del Congreso del estado no defendieron la nominación de Jesús Rodríguez Almeida como gobernador interino, y terminaron votando a favor de Guillermo Pacheco Pulido, a pesar de haber sido propuesto por los legisladores de Morena tiene nombre y apellido: José Antonio Gali Fayad.

Y eso lo saben los dirigentes de los partidos integrantes de la Coalición por Puebla al Frente y los diputados locales de este bloque que el domingo se reunieron a desayunar con el ex gobernador Gali.

Ellos mejor que nadie saben que Gali Fayad priorizó al que fuera su secretario de Desarrollo Social, Gerardo Islas Maldonado, por encima de Rodríguez Almeida, y que el mismo Gali instruyó a los diputados del frente a votar a favor de Pacheco Pulido después de que la Comisión de Gobernación eliminó de la terna para la gubernatura interina al titular de la Secretaría General de Gobierno y al diputado con licencia de Nueva Alianza por incumplir con los requisitos de ley para ocupar ese cargo.

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No deja de resultar cómico, por no decir otra cosa, cómo varios dirigentes y cuadros panistas se rasgan las vestiduras por la forma en que votaron sus diputados locales en el nombramiento del gobernador interino, pero se hacen de la vista gorda de la propuesta de su dirigente nacional, Marko Antonio Cortés Mendoza.

Es decir, critican a los diputados del PAN por no haber defendido ni respaldado la propuesta de Jesús Rodríguez Almeida como gobernador interino, pero fingen demencia sobre la inelegibilidad de éste, al no cumplir con uno de los requisitos para ocupar el cargo: acreditar la ciudadanía poblana o una residencia mínima ininterrumpida de cinco años en la entidad.

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Con maletas listas si no los quieren en gobierno y Genoveva Huerta se cura en salud

La columna De boca en boca, publicada en Ángulo 7, indica que : Con un pie adentro y otro afuera como se dice, así están varios funcionarios de primer hasta tercer nivel tras la llegada de Guillermo Pacheco Pulido como gobernador interino, ya que están conscientes de que en cualquier momento les digan “gracias”, porque saben que son del grupo de los fallecidos Martha Erika Alonso Hidalgo y su esposo Rafael Moreno Valle, y eso no ocurre en cualquier administración.

Aunque también otros de menor rango igual están optando por irse por su propia cuenta, no porque los tengan en la mira de despedirlos sino porque les bajaron el sueldo al asumir funciones en ese entonces Alonso Hidalgo y con la tragedia ocurrida, más se generó una incertidumbre en cuanto a su futuro, por ello van a empezar a salir en desbandada, de acuerdo a lo que contaron algunos que siguen en el gobierno estatal.

: A quien también parece que le pesó dejar de tener poder político es a Genoveva Huerta tras la muerte de la gobernadora poblana y su esposo el senador panista, ya que quienes forman parte del grupo opositor dentro del PAN, es decir, los yunquistas, la están criticando en su falta de capacidad para haber dado ordenes a su bancada en el Congreso local de no avalar a Pacheco Pulido.

Hay quienes consideran que su determinación de remover a Marcelo García Almaguer de la coordinación legislativa es “curarse en salud y mandar un mensaje de que aquí mando yo”, cuando la realidad, dicen panistas, es que quedó exhibida en su falta de capacidad para resolver una crisis política en su misma dirigencia.

: De momento Fernando Crisanto es quien le está organizando la agenda mediática al gobernador interino Guillermo Pacheco Pulido, ya que no ha sido nombrado oficialmente director de Comunicación Social, pero entre los reporteros ha generado comentarios contrarios, recordando algunos que cubrieron gobierno estatal en la era que estuvo con Rafael Moreno Valle, que no respetó la libertad de expresión y censuró a medios incómodos.

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Pacheco no habitará Casa Puebla

Jorge Rodríguez en su columna A Puerta Cerrada, publicada en El Sol de Puebla, señala que al fin ortodoxo en su estilo de ejercer el poder, Guillermo Pacheco Pulido pretende emular algunas de las decisiones políticas del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.

Así como el tabasqueño optó por no habitar la residencia oficial de Los Pinos, con los argumentos de sobra conocidos, Pacheco Pulido, en calidad de gobernador interino, tampoco planea trasladarse a Casa Puebla, para hacer de ese inmueble su sitio de habitación en los próximos cinco meses.

El nuevo mandatario ha decidido hacer a un lado la tentación de pasarse a vivir a la residencia oficial de Los Fuertes, cuya última remodelación corrió a cargo del finado Rafael Moreno Valle, en 2011, con un costo de 66.6 millones de pesos.

Si López Obrador desechó la opulencia para seguir viviendo como un supuesto simple mortal, Pacheco Pulido hará lo mismo.

Por eso es que al personal que labora en Casa Puebla no se la ha hecho ver al mandatario interino en los primeros dos días de su recién iniciada administración.

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Entra el morenovallismo en crisis de supervivencia

Fermín Alejandro García en su columna Cuitlatlán, publicada en La Jornada de Oriente, indica que esta semana ha sido crucial para el desmantelamiento del poder del morenovallismo, pues no solamente esta facción perdió el manejo de la gubernatura, sino también el dominio del erario, la obra pública y la operación política que controlaba a los ayuntamientos y los órganos electorales, junto con su alta influencia ante la dirigencia nacional del PAN. De esta manera, el último reducto que le queda es el Tribunal Superior de Justicia, en donde dos terceras partes de los magistrados llegaron al cargo por obra y gracia del extinto ex mandatario, Rafael Moreno Valle Rosas.

Con esta condición, el morenovallismo queda severamente mermado en sus posibilidades de recuperar la gubernatura en el próximo proceso electoral extraordinario y de ser un contrapeso con el suficiente poder para socavar la popularidad de los ayuntamientos de Morena.

Es decir, la expresión política que se formó bajo la batuta de Rafael Moreno Valle Rosas ha entrado en un estado crítico de supervivencia.

Mucho desconcierto generó el lunes cuando Guillermo Pacheco Pulido, al ser electo como gobernador interino de Puebla, se negó a hacer la más mínima definición de la forma que tendrá su corta gestión, lo cual desató la sospecha, el rumor, de que la abrumadora votación obtenida a su favor en el Congreso local –de 40 de 41 legisladores– se debía a que había existido una negociación entre el nuevo mandatario priista y el morenovallismo, consistente en respetar al gabinete que dejó instalado la anterior titular del Poder Ejecutivo, Martha Érika Alonso Hidalgo, antes de morir en un accidente trágico la tarde de navidad.

Eso aparentaba que habría “un gatopardismo” en torno al gobierno de Pacheco Pulido, en el cual se disimularía un cambio de mando, pero al final el grupo morenovallista seguiría controlando el presupuesto, la relación con los ayuntamientos, la obra y los programas públicos, que son fundamentales en la compra de votos durante un proceso electoral.

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Los negocios de “cachete” de Estefan

Alejandro Mondragón en su columna Al Portador, publicada en Status Puebla, señala que el priista Jorge Estefan Chidiac fue nombrado titular de la Secretaría de Finanzas del gobierno interino de Puebla, que encabeza Guillermo Pacheco Pulido.

El mandatario prometió en su toma de posesión ante el Congreso del Estado combatir la impunidad y aplicar el Estado de Derecho.

Una de varias grabaciones, en poder de Al Portador, revelan la forma en la que el ex presidente estatal del PRI ha amasado fortuna, por la vía de compras con efectivo, apropiación de concesiones con socios quebrados y tráfico de influencias para beneficio particular.

Ya se han documentado aquellos negocios ligados a gasolineras, cuyas concesiones obtuvo mediante prebendas con el morenovallismo.

Ahora, el caso más representativo ocurrió en Puebla en el llamado FBO, el primer operador de base fija ubicado en el Aeropuerto Internacional de Puebla.

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La dupla Bartlett-Yeidckol

Valentín Varillas en su columna La Tempestad, publicada en Status Puebla, indica que el presidente López Obrador estuvo consciente siempre de lo que tenía que hacerse para arrebatarle al morenovallismo el control político de Puebla.

Nunca dudó, jamás titubeó.

Operó, sin embargo, en dos pistas.

En la del aparente acuerdo, dejó correr a Olga Sánchez Cordero como interlocutora para supuestamente perfilar la continuidad de Rodríguez Almeida como interino y abonar a que el PAN y sus aliados conservaran “por derecho” la posición.

Mantuvo a su Secretaria de Gobernación hasta el final en la mesa de acuerdos, sin relevarla, ni quitarle un ápice de su poder de interlocución.

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La verdadera historia de cómo se perdió el interinato

Arturo Rueda en su columna Tiempos de Nigromante, publicada en Diario Cambio, señala que el día después del desastre, lo que queda del morenovallismo utilizó las pocas energías restantes en acusaciones mutuas de traición y el consecuente ajuste de cuentas. Como el hilo siempre se corta por lo más delgado, Marcelo García Almaguer ‘pagó los platos rotos’ por ser el coordinador y diputado panista al que le tocaba defender la elegibilidad de Jesús Rodríguez Almeida como la propuesta del CEN para interino. Pero no lo hizo. Y además, votó a la propuesta de Morena, dejando sin argumentos a Marko Cortés para reclamar el incumplimiento.

La estrategia fallida, por no decir desastrosa, se cristalizó en la derrota en la Comisión de Gobernación y luego en el pleno. Pero en realidad no comenzó ahí, sino en la pusilánime política de comunicación en las horas y días posteriores al accidente, cuando permitieron que la indignación por un aparente magnicidio desapareciera para ser sustituida por la fantástica versión de que Martha Erika Alonso y Moreno Valle fingieron sus muertes para fugarse a algún paraíso.

Si 51 por ciento de los poblanos no cree en la muerte de ambos personajes —Mas Data dixit— por tanto, no hay presión social para conocer las causas del ‘helicopterazo’. La posibilidad de que todo sea un homicidio, dado que a un mes no se explican las causas del fallo de la aeronave Agusta, se volvió un tema que prácticamente fue abandonado por las agendas de los medios de comunicación, pese al misterio que rodea la muerte del principal opositor a López Obrador y de una gobernadora.

Quienes propiciaron el abandono de la indignación fueron los morenovallistas con el bulo de que necesitaban espacio político para negociar al interino sin que López Obrador u Olga Sánchez se enojaran más, luego de los gritos en el funeral de la Plaza de la Victoria. Es decir, se autodesactivaron.

No se puede acusar de mala fe a la titular de Gobernación, quien en las horas posteriores al accidente frenó a Biestro y compañía que querían dar un ‘albazo’ con los cuerpos calientes. El espacio para la negociación fue real, y quizá también el compromiso de colocar a alguien cercano al gobierno de Martha Erika Alonso. Pero la presión social disminuyó dramáticamente en los días posteriores al trágico accidente, y con ello, la presión hacia López Obrador.

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