Más que un priista, un poblano gobierna Puebla. Guillermo Pacheco Pulido concilió intereses y pese a los bloqueos y las jugadas de última hora, el Congreso del Estado le designó Gobernador Interino con lo que muchos esperan se termine y se inicie una nueva etapa en la vida política de la entidad.

Las primeras líneas de su mensaje como Jefe del Ejecutivo sirven de primera lectura del nuevo escenario. Como si fuera asesorado por un tanatólogo, Pacheco definió la realidad, la gente muere, los deudos guardan luto, pero la vida sigue.

Para muchos el morenovallismo ha llegado a su tumba, para otros, apenas está siendo velado y aún hay quien considera que pueda resucitar, de donde los ojos, en una segunda lectura, están sobre quiénes acompañarán al gobernador actual en la tarea de transparentar, frenar la inseguridad, impulsar la democracia, garantizar elecciones limpias. ¿Acaso con la gente del viejo régimen, acaso con quienes operaron el robo de urnas, el fraude? Pareciera que la respuesta es un común denominador de los actores, el discurso necesita de avales, y esos avales serán los hechos inmediatos.

¿Qué les pasó a los panistas? ¿Cómo se presentaron con una propuesta insostenible, en la persona de Rodríguez Almeida, quien no pudo demostrar su calidad de poblano?

¿Cómo es que llegó a la final de la mal llamada “tercia” –luego terna en la corrección del boletín del Congreso- Gerardo Islas quien no se separó de la diputación en los tiempos legales?

Una cuarta lectura surge de estos últimos hechos. Marko Cortés estuvo presionado por los herederos del morenovallismo para sostener a Rodríguez Almeida, sabedor de que no reunía los requisitos, pero dejó crecer la versión, la sostuvo pese a las críticas de Humberto Aguilar Coronado o Eduardo Rivera Pérez representantes del panismo que exigía la posición para un verdadero militante.

Al perder Rodríguez Almeida, no pierde Marko Cortés, perdieron quienes lo presionaron, y para muchos panistas, se quitó la soga del cuello del morenovallismo.

Lo de Islas bien puede ser parte de un anecdotario, sólo eso.

Ahora bien, Guillermo Pacheco enfrenta desde la tarde del 21 de enero una realidad diferente, debe gobernar, debe hacer operar al gobierno, tomar las riendas, y eso significa meter las manos en la política, en la administración, y en consecuencia en los asuntos del dinero, donde hay vestigios de incongruencias serias.

Cabezas visibles para cortar las hay. Seguramente ya le habrán llegado datos.

El problema, es que, en una quinta lectura, una parte de los herederos del morenovallismo se preparó para los escenarios contrarios; el manejo de la información, que es poder, y la manifestación del poder a través de las plataformas digitales y los amarres con sus marionetas.

Y ese es un tema muy delicado y poco ventilado. Uno de los herederos aprovechó los cambios de gobierno municipal y luego estatal para colar a sus operadores digitales y clavarlos en dependencias que no despierten sospecha. La misión no es ser topos, es simplemente tener una cobertura para no ser detectados y desde esos cargos, además de cobrar y justificar su empleo, seguir manejando los bots y los troles que tanta huella dejaron en el pasado.

O por lo menos, así me lo parece.

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Video en: https://youtu.be/zXHcPfFOZgw

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