Para mi amigo Arturo Rueda y a la memoria
de su padre Arnulfo Rueda Astudillo

1.- Las vacilaciones, los avances y retrocesos y la falta de confianza en su propio proyecto llevaron al presidente López Obrador a fracasar su propuesta-eje de seguridad pública: la Guardia Nacional.

2.- Se dijo desde el principio: las consultas y audiencias públicas sirven para fortalecer una decisión ya tomada o como pretexto para destruirla.

3.- La decisión presidencial durante las audiencias cambiaron el sentido original. El gobierno federal cedió en las tres partes fundamentales que le darían al nuevo cuerpo la fortaleza que perdieron las instituciones de seguridad en doce años de lucha contra el crimen organizado y treinta y cinco años desde que estalló la crisis en 1984 con la revelación de los mariguaneros en el campo y el asesinato del columnista Manuel Buendía cuando se disponía a publicar datos de las complicidades oficiales con los cárteles.

4.- Los cuatro retrocesos dejaron las cosas como estaban antes del compromiso presidencial de la GN: mando civil de la GN a pesar de que el comisario general actual de la Gendarmería es un marino, fragmentación de competencias institucionales para no quitarles el poder y acceso a recursos presupuestales a gobernadores y alcaldes, demasiados controles que llevarían al nuevo cuerpo a operar evitando recriminaciones y no combatiendo al crimen organizado y exclusión de los superdelegados federales de temas de seguridad dejándole a gobernadores y alcaldes manos libres en ese tema.

5.- El mando civil a la GN no haría más que regresar al modelo fracasado de policía federal con mando civil.

6.- El problema operativo mayor estará en la incorporación de severos policías militares y navales como parte fundamental de los efectivos de la GN, pero ponerlos ahora bajo el mando de un civil acotado por las restricciones prioritarias y funcionamientos burocráticos.

7.- A pesar de que las quejas, sentencias y recomendaciones de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos contra las fuerzas de seguridad civiles-militares desde 2007 han sido proporcionalmente menores al total de efectivos desplegados, número de operaciones desarrolladas y desarticulación del crimen organizado con la mayoría de sus cabecillas muertos, presos o extraditados. Con la GN el congreso privilegió el respeto vigente a garantías y derechos por encima de la capacidad criminal de las bandas delincuenciales.

8.- La GN era el eje del Plan de Paz del gobierno del presidente López Obrador porque anunciaba una fase de ofensiva contra la delincuencia en general –carteles de narcos y bandas delictivas en otras especialidades– aprovechando el entrenamiento de las policías militar y naval en tareas de investigación y confrontación, pero con mando civil el espíritu castrense de disciplina, lealtad y valores no será utilizado porque los efectivos castrenses tendrán que descender a los niveles de policías federales preventivos.

9.- El debate sobre la militarización de la GN fue falaz porque en la conformación de la Policía Federal y en la Gendarmería ya había habido un traslado de policías militares a labores de seguridad civil.

10.- El debate sobre violaciones de derechos humanos por efectivos militares en operaciones del 2006 al 2018 fue menor en cifras con respecto a la estridencia mediática. De 10 mil 637 quejas presentadas en dos sexenios, la CNDH concluyó apenas 133 recomendaciones de casos investigados y probados (1.2 por ciento), sobre un total de casi 215 mil efectivos militares y sólo 45 mil asignados a la lucha contra el crimen organizado civil. La estridencia de la CNDH magnificando casos ha servido sólo para posicionar en escalas burocráticas a su presidente Luis Raúl González Pérez –ahora busca la rectoría de la UNAM– y para ocultar su incapacidad para defender a la sociedad ante el abuso policiaco a costa de debilitar a los organismos de seguridad. Hay una correlación entre las denuncias de la CNDH contra el aparato de seguridad y el aumento de la inseguridad en zonas acotadas por disminución de operatividad.

11.- Del asesinato del columnista Manuel Buendía en mayo de 1984 al 10 de diciembre de 2006 que arrancó la guerra del gobierno de Felipe Calderón contra el narcotráfico usando fuerzas militares en nombre de la seguridad interior, el crimen organizado se había asentado en zonas territoriales de la soberanía del Estado nacional y gobernaba municipios y hasta estados en su totalidad y lo hacía con la complicidad de políticos, funcionarios, policías y la misma sociedad. Hoy, doce años después de esa guerra, el Estado recuperó esos territorios, encarceló y deportó a capos y desarticuló los carteles.

12.- López Obrador tuvo muchas oscilaciones respecto a la seguridad y avanzó-retrocedió en materia de la GN. Su propuesta de nuevo cuerpo con efectivos militares en labores de seguridad policiaca fue audaz y era el paso necesario para una nueva fuerza de seguridad; sin embargo, aceptar el mando civil para limitar la acción federal demeritará la autoridad del próximo jefe civil policiaco de la GN.

Política para dummies: La política se mide por sus resultados, y los medios sólo sirven para saber en qué se fracasó.

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@carlosramirezh

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Periodista desde 1972, Mtro. en Ciencias Políticas (BUAP), autor de la columna “Indicador Político” desde 1990. Director de la Revista Indicador Político. Ha sido profesor universitario y coordinador...