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Normales públicas: muchos maestros y pocos alumnos

Rodolfo Ruiz en su column La Corte de los Milagros, publicada en E-consulta, señala que algo raro pasa en las escuelas normales públicas de la entidad: con los años, el número de alumnos matriculados ha disminuido pero no así las plazas docentes de los encargados de formarlos.

Esta irregularidad no es un asunto menor: es resultado de la corrupción y la entrega discrecional de plazas docentes a profesionistas o líderes magisteriales que no tienen la formación ni la preparación correspondiente, pero sí padrinos o madrinas políticas.

Según el Sistema de Información Básica de Escuelas Normales (SIBEN) la matrícula escolar en los últimos diez años se ha reducido a la mitad: bajó de 11 mil 117 alumnos a 5 mil 803 en el ciclo escolar 2017-2018.

Las instituciones que más han perdido alumnos son las normales particulares. En el ciclo escolar 2007-2008 tenían inscritos a 4 mil 712 de un total de 11 mil 117, es decir tenían una cobertura del 42.38%.

Sin embargo en el ciclo escolar 2017-2018 sus matriculados cayeron a 1 mil 282, lo que bajó también su cobertura a un 22.09% de un total de 5 mil 803.

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Punto final del morenovallismo

Jorge Rodríguez en su columna A Puerta Cerrada, publicada en El Sol de Puebla, indica que la caída del helicóptero Agusta en el que viajaban Martha Erika Alonso Hidalgo y Rafael Moreno Valle, además de otras tres personas, significó la muerte política del morenovallismo, que no pudo prolongar su hegemonía más allá de ocho años, con todo y el angustioso fallo de los magistrados electorales federales, mismo que dos semanas antes había conseguido a su favor.

El exmandatario ahora fallecido desafió las reglas no escritas de la política, que dictan que “gobernador no pone gobernador”, y perdió.

Puso a José Antonio Gali, un minimandatario de apenas 22 meses, que en realidad le serviría de instrumento de transición para conseguir el objetivo principal: la siguiente gubernatura de seis años bajo el control de su esposa, Martha Erika Alonso.

Dos semanas después de alzarse con la victoria en tribunales, de mostrarle a la clase política del país que en Puebla había un personaje lo suficientemente hábil para salirse con la suya, aun en contra del presidente, Andrés Manuel López Obrador, y el partido mayoritario, Morena, y de venderse a sí mismo como el incipiente defensor de las causas democráticas en el Senado, un hecho dramático vino a poner fin a ese foco de poder que se mostraba siempre hambriento e insaciable.

Al final, Moreno Valle tampoco pudo poner gobernador de seis años, más por insólitas circunstancias que aún habrá que aclarar, para despejar cualquier tipo de duda, que por la pericia y destrezas de sus adversarios.

El desplome de esa aeronave en las horas previas a Navidad puso punto final al morenovallismo.

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Moreno Valle y su maldita herencia

Enrique Núñez en su columan Contracara, publicada en Intolerancia Diario, señala que hasta para heredar, Rafael Moreno Valle fue maquiavélico.

A sus fieles herederos políticos decidió legarles una bomba de tiempo, derivada de su estilo totalitario con el que vivió y gobernó.

A sus deudos, Rafael les dejó un testamento, en el que si se escuchara su voz, en tono irónico les diría: “para que me extrañen”.

Hagamos un recuento.

Desde su retorno a Puebla, después de su efímera carrera de banquero por Nueva York, Moreno Valle inició una obsesiva carrera por el poder.

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Biestro, a la cabeza por la carrera del gobernador interino

Fermín Alejandro García en su columna Cuitlatlán, publicada en La Jornada de Oriente, indica que esta semana será decisiva en la elección del gobernador interino de Puebla, y quien va en la cabeza, hasta ahora, en la posibilidad de ganar la votación del Congreso local para ocupar ese cargo es el legislador y líder estatal de Morena, Gabriel Biestro Medinilla. Son tres factores que tiene a su favor: el método de selección que se utilizará, el número de diputados que lo apoyan y la falta de cohesión en el PAN y el PRI.

Quien se ubica como la segunda posibilidad es el ex presidente del Tribunal Superior de Justicia (TSJ), Guillermo Pacheco Pulido, quien tiene a favor su buen prestigio, su amplia experiencia, que posee carácter conciliador y que tendría el respaldo de un importante número de diputados de Morena, el PRI y el PAN. Es hasta ahora el único aspirante que tendría asegurado un apoyo pluripartidista en el Poder Legislativo.

El problema que enfrenta la propuesta de Pacheco Pulido –que hasta ahora no la ha hecho oficial ninguna bancada del Congreso local– es que la dirigencia nacional de Morena no confía en el priista por su cercanía con el ex mandatario y ex embajador Melquiades Morales Flores, a quien luego de la muerte trágica del ex gobernador Rafael Moreno Valle Rosas, se le ha visto como una de las figuras que estaría operando para reagrupar y fortalecer al grupo morenovallista.

Pacheco Pulido había sido visto por la dirección nacional de Morena como una buena opción cuando existía la posibilidad de un gobernador interino antes del fallo del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación sobre la contienda de Puebla. Luego del accidente fatal del 24 de diciembre, en que murió la gobernadora Martha érika Alonso Hidalgo, cambió la visión hacia el ex presidente del TSJ.

Algo muy parecido ocurrió con el diputado federal Héctor Jiménez y Meneses, quien hasta finales de la semana pasada era visto como la propuesta más fuerte de Morena para ganar la votación del gobernador interino. Tenía a su favor que siempre ha sido un político institucional y que guarda una buena relación con Morena, el PRI y en menor medida con el PAN.

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Estadista o jefe de campaña, AMLO

Alejandro Mondragón en su columna Al Portador, publicada en Status Puebla, señala que la familia Moreno Valle Alonso resolvió que fuera Luis Banck Serrato y nadie más la carta para retener Puebla, después de los hechos trágicos del 24 de diciembre del año pasado.

No hay que hacerse pelotas, menos especular, sólo basta leer los hechos para saber que la familia decidió no sólo a Banck, sino el tono del discurso en los funerales.

Ninguno de los más cercanos a Rafael Moreno Valle lo hizo: Eukid Castañón y Roberto Moya, sus principales operadores de mil batallas. Tampoco salió del círculo íntimo de Martha Érika Alonso: Sandra Izcoa o David Rosas Armijo. Menos el ex gobernador Antonio Gali Fayad.

El morenovallismo está en la orfandad, porque quienes lo cohesionaba eran sus jefes: Moreno Valle Alonso, por lo que el grupo o se une o terminará en los brazos de Miguel Ángel Osorio Chong, impulsando a Juan Carlos Lastiri en el 2024.

El presidente Andrés Manuel López Obrador y Morena están en riesgo de tener un diagnóstico erróneo y perder de vista el enorme voto oculto que habrá.

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La urgencia de un conciliador

Valentín Varillas en su columna La Tempestad, publicada en Status Puebla, indica que para muchos, el proceso de selección del gobernador interino no es más que un apetitoso botín que les permitirá tener el control del presupuesto y de la estructura oficial de operación política, de cara a la elección extraordinaria de medio año.

Para los de mayor talante y estatura, el criterio de selección tendría que darse bajo la lógica de generar las mejores condiciones en lo social y lo político, para que la elección del próximo gobernador sea en verdad una auténtica fiesta democrática.

El antecedente inmediato dista mucho de haberlo sido.

El proceso del 2018 generó una polarización importante de grupos y sectores, directa e indirectamente relacionados con la actividad política, fácilmente palpable en el ánimo y comportamiento de los poblanos.

Si bien esta realidad puede interpretarse como una consecuencia del ambiente político nacional, en el estado, la fractura ha alcanzado ya niveles de escándalo.

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El trono vacío y la guerra civil

Arturo Rueda en su columna Tiempos de Nigromante, publicada en Diario Cambio, indica que señalarlo parece una obviedad, pero se trata de la verdad analítica más contundente tras la tragedia: el trono político de Puebla está vacío. La consecuencia metodológica es que se ha iniciado el festín de cuervos para llenarlo otra vez. Las ambiciones sin control se han desatado, y desde los herederos del morenovallismo, pasando por sus grupos rivales, llegando hasta los ‘don nadie’ y los bucaneros de la política, todos se sienten con derecho a sentarse en el trono vacío.

El caos es la anarquía, un pozo sin fondo de violencia, dice Varys La Araña en Juego de Tronos, a lo que replica Meñique, el caos es una escalera, una oportunidad para trepar. Varys tiene razón, pero también Meñique: en los próximos meses, quizá en los próximos años, viviremos entre la anarquía y la oportunidad para trepar teniendo una guerra civil como telón de fondo.

La primera consecuencia del trono vacío, según el análisis histórico, es la guerra civil entre aquellos que se sienten herederos del soberano caído. El discurso de Luis Banck en el funeral, construido en el tono solicitado por los padres de Rafael Moreno Valle, le garantizó la lealtad de la familia, pero también de los intereses que representan el ahora senador Roberto Moya, Max Cortázar y Eukid Castañón. Son los herederos directos.

Pero no son los únicos con capacidad de aglutinar. Antonio Gali Fayad, por mucho, es el hombre más querido de Puebla, que terminó su breve periodo sin escándalos, sin hacerse de enemigos, y mantiene una cordial relación con el gobierno federal de la 4T.

Si en el funeral de Martha Erika Alonso y Moreno Valle, Luis Banck encarnó la indignación del morenovallismo por el maltrato a la gobernadora, Tony Gali fue el hombro en el que todos querían llorar. De camino a Casa Puebla para la misa privada, alrededor del ex gobernador se arremolinaron los dolientes, y fue él quien dijo que el mejor homenaje para la pareja era ganar las próximas elecciones, encendiendo así las esperanzas del panismo.

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Miguel Barbosa: Limpiecito de Pensamiento y en Estado de Luto Permanente (Memorias Tristes de un Hombre Alegre)

Mario Alberto Mejía en su columna La Quinta Columna, publicada en 24 Horas Puebla, señala que Miguel Barbosa Huerta maneja un doble juego tras la muerte de Martha Érika Alonso.

A los pocos minutos del deceso, inició una ronda de entrevistas con conductores de noticieros radiofónicos nacionales sobre el terrible accidente.

Tras lucrar abiertamente con el siniestro, en el que también perdió la vida su odiado Rafael Moreno Valle, dijo en una reunión privada con diputados de Morena que la doble muerte era “justicia divina”.

(Así lo consignó en una columna el periodista Rodolfo Ruiz).

Barbosa no ha dejado de operar en lo oscurito para amarrar su nueva candidatura a la gubernatura de Puebla.

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