Cuentan que entre los pasillos del Congreso del Estado, hay un diputado local que tiene un gran sueño, que consiste en gobernar Puebla, aunque sea de manera interina.

Y dirá el refrán “soñar no cuesta nada”, sin embargo hay de sueños a sueños y este diputado local está muy lejos de cumplirlo.

Se trata del diputado local de Morena, Héctor Alonso Granados, quien a sabiendas de que no tiene el apoyo del bloque de Juntos Haremos Historia para ser gobernador interino, se propuso para el cargo tras el fallecimiento de la gobernadora Martha Erika Alonso.

Insisto, soñar no cuesta nada.

Tan es así que el diputado, dicen las malas lenguas, anda presumiendo que tiene grandes posibilidades de recibir el respaldo para encabezar la posición.

Tan emocionado está, que anda presumiendo con algunos medios de comunicación, que es un honor estar incluido en la terna, cuando él solito se propuso para el particular.

Pero ¿por qué no tiene posibilidades de ser gobernador interino?

No lo digo yo, lo dicen sus compañeros de coalición que en ocasiones se decepcionan de las actitudes que asume el propio Alonso Granados.

Un ejemplo del nepotismo que tiene el diputado local, fue durante el análisis de la Ley de Egresos 2019 del gobierno del estado avalada el 31 de diciembre en la madrugada, que si bien no apoyó el tema de los moches, si atacó con fuertes críticas a sus homólogos que en ese momento hablaban del tema.

Tan ofensivas fueron las palabras del diputado Héctor Alonso Granados, que hasta la priista Rocío García Olmedo, tuvo que pedirle mesura a este representante popular que tiene un historial negro en su desempeño como político.

Como olvidar sus comentarios homofóbicos en contra de un trabajador del Congreso de Puebla durante la LVII Legislatura del Poder Legislativo.

Cómo olvidar los empujones que dio a un reportero gráfico para sacarlo del pleno del Poder Legislativo, luego que por accidente chocaron de frente.

Cómo olvidar cuando amenazó a golpes a dos reporteros de la fuente política en la misma LVII Legislatura.

Cómo olvidar que estuvo a punto de golpearse con el ex diputado del PRD, Eric Cotoñeto Carmona.

Cómo olvidar que antes de ser integrante de Morena, perteneció al PRI y Nueva Alianza.

Insisto, soñar no cuesta nada y Héctor Alonso Granados no pierde nada con aspirar a ser gobernador, aunque sea interino.

Hasta aquí mi reporte.

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La frase

“Soñaba el ciego que veía, y soñaba lo que quería”.

Refrán

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