Por tercera vez desde que ganó la Presidencia, Andrés Manuel López Obrador criticó el gobierno que recibió de Enrique Peña Nieto: ahora lo comparó con un “toro viejo y reumático”, debido a su lentitud para transferir recursos federales a municipios.
Lo anterior, durante la presentación del Programa Nacional de Pavimentación de Caminos a Cabeceras Municipales, en Oaxaca, donde criticó la “maraña de burocracia” que se tiene que atravesar para que el dinero de la Federación llegue a los estados y municipios del país.
Sin mencionar nombres, refirió que en la administración anterior se aprobaba un presupuesto para municipios y se le asignaba a una secretaría; posteriormente, “se hacía el compromiso con una empresa contratista que tenía que dar un moche y cuando se hacían, contrataban a externos”.
Ante esta situación, aseguró que su gobierno entregará los recursos para infraestructura y apoyos directamente a las alcaldías, sin la intervención de gobernadores o secretarías, a fin de eliminar los moches y agilizar las obras.
En este sentido, entregó los primeros cheques a los municipios de San Juan Evangelista Analco y Santa María Pápalo, que formar parte de las 300 cabeceras municipales que contempla el programa, en los estados de Puebla, Oaxaca, Chihuahua, Guerrero e Hidalgo.
Para 2019, el presupuesto federal asignará una partida de 2 mil 500 millones de pesos para la construcción de caminos entre 188 comunidades oaxaqueñas y sus cabeceras municipales. En total, se prevé invertir 14 mil 200 millones de pesos para construir 5 mil 531 caminos.
Cabe recordar que, el 22 de septiembre pasado, el Senado reformas a la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, con lo cual se creó la figura de los “superdelegados”, quienes estarán encargados de la entrega y supervisión de los programas del gobierno federal en el país.
Bancarrota y fracaso neoliberal
La primera vez que López Obrador cargó contra su predecesor fue durante el periodo de transición, el pasado 16 de septiembre, cuando aseveró que México está en bancarrota debido a las políticas implementadas desde 1988.
Esta declaración, inaudita en un presidente mexicano, causó tal revuelo y polémica que incluso fue desmentida por parte del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), economistas y autoridades del pasado gobierno.
No obstante, durante su toma de protesta, el 1 de julio, volvió a cargar contra Peña Nieto, quien estaba sentado a unos paso de él, acusando que los gobiernos neoliberales habían fracasado y reiterando su compromiso de cambiar sus políticas.