Violencia en Canadá contra mujeres indígenas, una constante
Violencia en Canadá contra mujeres indígenas, una constante. Foto: rcinet.ca
Violencia en Canadá contra mujeres indígenas, una constante
Violencia en Canadá contra mujeres indígenas, una constante. Foto: rcinet.ca

Desde esterilizaciones forzadas, familiares de víctimas que buscan cuerpos en el río, hasta un pasaje de la Carretera Transcanadiense en el que desaparecen mujeres indican que en ese país la violencia, desaparición y homicidio de indígenas son una constante.

Los ojos del mundo se han puesto en Canadá, luego de que defensorías de derechos humanos visibilizaron el caso de al menos a 60 indígenas en la provincia de Saskatchewan, quienes fueron esterilizadas sin su consentimiento.

Fue en noviembre cuando se difundió que las mujeres acudieron a la justicia canadiense y que los grupos de la sociedad civil presionarían incluso en la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para obligar al Estado a respetar los derechos humanos de esta comunidad.

Sin embargo, esta situación es sólo una de las muchas expresiones de violencia a las que están expuestas las mujeres originarias; el último reporte de Policía Real Montada, que data de 2014, confirmó mil 181 casos de agresiones contra ellas, compuestas de mil 17 asesinatos y 164 desapariciones.

Esta publicación informó que la comunidad indígena representa el 4.3 por ciento de la población canadiense, sin embargo, el 16 por ciento de todas las mujeres asesinadas perteneció a los primeros pueblos del país; la misma tendencia ocurre con las desapariciones, pues el género femenino conforma el 11.3 por ciento.

No obstante, la sociedad civil cuestionó el número de agresiones y algunos grupos contabilizaron hasta 4 mil.

Lo que es un hecho es que familiares de las víctimas y cuerpos de voluntariado hacen rondines en lancha en el Red River de Winnipeg, donde la comunidad construyó artefactos que les hacen posible sujetar un cuerpo humano y ascenderlo a la superficie de la lancha.

“La autopista de las lágrimas”

En videos colgados en la red se observa que del río se extraen restos humanos, de ropa y otras pertenencias y hay evidencia de que la policía no dio un tratamiento correcto a los casos de desaparición, pues continuamente las familias denuncian que al momento de informar la desaparición de las mujeres, la autoridad no iniciaba la búsqueda diciéndoles que le dieran algunos días para regresar por sí mismas.

La violencia no termina aquí: hasta la prensa internacional reconoció uno de los lugares donde más desaparecen mujeres, principalmente indígenas; se trata del tramo de la Carretera Transcanadiense, el cual incluso ha sido llamado Highway of Tears (autopista de las lágrimas en inglés).

De las actuales acciones gubernamentales destaca que el primer ministro, Justin Trudeau, formuló una comisión especial para investigar el actuar de la policía en estos casos de desaparición y asesinato.

Uno de los más emblemáticos es el de una menor indígena que huyó del lugar donde estaba a cargo del sistema de bienestar infantil y luego la encontraron asesinada.

La violencia sería uno de los tantos factores que aquejan a la primera población canadiense, ya que la pobreza es otra amenaza.

Según información disponible del 2010 en Statistics Canada, la agencia estadística del gobierno, el 4.7 de familias no indígenas vivía con menos de 10 mil dólares canadienses al año, mientras que el porcentaje de las originarias ascendía a 7.1, es decir, si se compara a esta última comunidad con el resto de la población, se identifican grandes desigualdades.

Destacar que el Canadian Centre for Policy Alternatives dio a conocer que el 60 por ciento de la infancia indígena viviendo en las reservas vive en un estado de pobreza.