Investigadores de BUAP crean harinas con naranjas y lechugas
Investigadores de BUAP crean harinas con naranjas y lechugas. Foto: Especial
Investigadores de BUAP crean harinas con naranjas y lechugas
Investigadores de BUAP crean harinas con naranjas y lechugas. Foto: Especial

A partir de residuos de naranja y lechuga, investigadores del Cuerpo Académico Bioquímica-Alimentos, de la Facultad de Ciencias Químicas de la BUAP, elaboran harinas, con las cuales hicieron galletas y conos de helado con un alto valor nutricional.

Addí Rhode Navarro Cruz, investigadora de la FCQ, señaló que, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), mil 300 toneladas de comida se desperdician al año, es decir, una tercera parte de la producción total, y es necesario aprovechar estos desechos para transformarlos en subproductos que sirvan de materia prima para preparar otros alimentos.

Las harinas de bagazo y cáscara de naranja, así como de lechuga, sustituyen 20 por ciento de cada 100 gramos de harina de trigo para la elaboración de galletas y barquillos, además de que se optó por usar sucralosa para disminuir contenido calórico, se agregó hasta 20 por ciento de fibra en forma de inulina y se redujo la cantidad de mantequilla que se requiere para su preparación.

En cuanto a su valor nutricional, un barquillo tradicional contiene 1 por ciento de proteína o menos, pero el preparado por los investigadores de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) tiene 1.85 por ciento; asimismo, Navarro Cruz informó que los cítricos como la naranja aportan muchos compuestos funcionales buenos para salud, aunque esté casi podrida.

Explicó que, una vez obtenidos los residuos, estos son desinfectados para luego ser deshidratados en un horno secador Excalibur, a una temperatura de 63 grados centígrados y durante 18 a 36 horas, según la humedad, y una vez que se encuentran crujientes, se pasan a un molino.

El proyecto aún está en etapa de desarrollo y se trabaja en las formulaciones para determinar la cantidad de harina que es posible introducir a las galletas, sin que tengan un sabor amargo, sólo falta medir su capacidad de formar emulsiones, la estabilidad de la espuma, la solubilidad en agua y de las proteínas, así como la viscosidad, para decidir qué otros productos pueden elaborar.

Editado por Diana Lizeth Pérez Morales