Por la violencia constante en los últimos años y su ineficacia para la reinserción social, el gobierno de Nuevo León planea el cierre del Penal del Topo Chico en 2020 y la ampliación de las cárceles de Apodaca y Cadereyta para trasladar a los reos.
Así lo anunció este lunes el secretario de Gobierno estatal, Manuel González Flores, durante la glosa del tercer informe del gobernador Jaime Rodríguez Calderón, donde indicó que hay un proyecto penitenciario de mil 900 millones de pesos para contrarrestar los señalamientos sobre la violencia en las penitenciarías estatales.
Al referirse a Topo Chico, lo calificó como “un penal que tiene 80 años sirviendo, que dejó de ser eficaz y dejó de ser el lugar donde podríamos lograr la reinserción de los reos”.
Detalló que dicho monto se destinaría a ampliar el número de dormitorios de los penales de Apodaca y Cadereyta, así como a brindar un servicio profesional administrativo, de alimentación y limpieza a los internos.
Cabe mencionar que el penal del Topo Chico fue inaugurado en 1943 y, al menos desde la década de 1980, ha sido escenario de motines y masacres. El incidente más sangriento se registró el 11 de febrero de 2016, cuando 49 reos murieron durante una riña entre grupos rivales.
Editado por Luis Alberto Palacios