Entre rechiflas, pancartas y gritos en el Palacio Legislativo de San Lázaro por supuesta corrupción, Rosario Robles Berlanga, titular de la Sedatu, compareció y se declaró víctima de violencia política de género por parte de los diputados.
Con motivo del análisis del VI y último Informe de Gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, la secretaria federal fue cuestionada por el trabajo periodístico de la “Estafa Maestra”, respecto a la que Robles Berlanga afirmó “vivir en la misma casa y no tener más propiedades”.
En cuanto a los convenios que dieron las secretarás de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) y de Desarrollo Social (Sedesol) a universidades públicas, defendió que fueron legales y realizados conforme a la Ley de Adquisiciones” y resalto que “no requiere de ninguna de amnistía”.
Luego de que los diputados le echaron en cara los presuntos daños al erario provocados por dicha corrupción, se declaró víctima de violencia política de género.
Las contestaciones de Robles Berlanga –quien también estuvo al frente de la Sedesol—provocaron, al inicio de la primera de tres rondas de preguntas, que los legisladores comenzaran los enfrentamientos y mostraran las pancartas contra la funcionaria (excepto los del PRI y el PVEM).
Ante más señalamientos de corrupción, durante la comparecencia que duró 8 horas, exigió a los legisladores que pidan por transparencia su evolución patrimonial para que se den cuenta que no se ha enriquecido.
Fuentes: Excélsior/El Financiero
Editado por Dulce Margarita Blanco Rivera
