Enrique Soto Eguibar, titular del Laboratorio de Neurofisiología Sensorial del Instituto de Fisiología de la BUAP, desarrolló sensores que ayudarán a personas con daño vestibular a recobrar la estabilidad postural y a los astronautas “a no perder el piso”.
En entrevista, detalló que la mayoría de sus aportaciones en neurociencias corresponden esencialmente al área de neurofisiología sensorial –auditivo y vestibular–, para lo cual estudia las propiedades de las células en las neuronas y sus tipos de receptores en las membranas para conocer cómo responden a estímulos y cambios químicos en el cerebro.
En el Laboratorio de Neurofisiología Sensorial, junto con colegas de la Facultad de Ciencias Físico Matemáticas (FCFM) de la BUAP, propuso la patente del diseño de una prótesis vestibular, en los sensores internos del oído, ante la Oficina de Patentes y Marcas de Estados Unidos.
Parte de este diseño es utilizado para un prototipo que se probará en la Estación Espacial Internacional, a fin de contribuir a devolver a los cosmonautas la sensación de “lo que es arriba y lo que es abajo; estabilizar la mirada mediante estímulos con electrodos en la región periauricular, para devolver la sensación de dirección”.
En otro tema, indicó México necesita de la ciencia para resolver sus problemas y que las universidades deben decidir localmente el rumbo de sus investigaciones, de manera que si en Puebla se destaca la física, las grandes inversiones deber ir hacia ahí, pues “intentar ser buenos en todo, nos lleva a ser buenos en nada”.
Agregó que el papel de la universidad pública es formar cuadros académicos para crear a los profesionales que se necesitan para que el país pueda vivir en paz y haya desarrollo social, lo cual funciona, pero cuestionó la función de las instituciones privadas, “porque le han dado un gran espacio para ser un negocio enorme”.
Editado por Diana Lizeth Pérez Morales