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La batalla por el TLC

Raymundo Riva Palacio en su columna Estrictamente Personal, publicada en El Financiero, indica que entre los más grandes ganadores en la negociación del acuerdo comercial norteamericano, escribió Margaret Wente en The Globe and Mail, el periódico más influyente en Canadá, está Chrystia Freeland, la cara del equipo negociador canadiense. “Freeland era vista y oída en todos lados en sus característicos vestidos largos y perlas, corriendo por aeropuertos, brincando escalones e informando a los medios”, añadió Wente, una de las columnistas más prominentes en su país. “El único lugar en donde no era popular era Washington, donde su visión del mundo chocaba claramente con la del negociador republicano, Robert Lighthizer”. “Chocar” es una descripción muy generosa. En realidad, ella y Lighthizer pusieron en riesgo el descarrilamiento del acuerdo comercial.

El presidente Donald Trump la tenía muy presente por las peores razones. “Estamos muy molestos con las negociaciones y con el estilo de negociación de Canadá”, dijo Trump la semana pasada. “No nos gusta nada su representante”. A Lighthizer no les gustaba nada, pero a Trump, según un funcionario canadiense, lo que más le molestó fue que a principio de septiembre, en un discurso en Toronto, habló en un panel llamado “Enfrentando al Tirano”, donde se sentó en el escenario mientras se proyectaba un video que comparaba a Trump con el ruso Vladimir Putin y el sirio Bashar al-Assad. Como recordó Wente, Freeland ha criticado casi todo lo que defiende Trump.

Para evitar que se levantaran de la mesa y acabara ahí toda la posibilidad del acuerdo, los secretarios de Relaciones Exteriores y de Economía, Luis Videgaray e Ildefonso Guajardo, tuvieron que servir como intermediarios, casi terapeutas, con Freeland y Lighthizer, mientras que Jared Kushner, yerno y asesor de Trump, hacía lo mismo con Lighthizer y Katie Telford, jefa de gabinete del primer ministro Justin Trudeau. El embajador de Canadá en Estados Unidos, David MacNaughton, también jugó un papel activo y crucial para su país, al sugerir que varios ministros hablaran personalmente con legisladores en el Capitolio y les explicaran por qué el acuerdo tenía que ser trilateral. Los canadienses creen que la presión que ejercieron sobre Lighthizer frenó su intención de que se pidiera al Congreso sólo la autorización para el acuerdo bilateral con México.

La incorporación de Canadá al acuerdo comercial estaba en entredicho. “La última semana fue de enorme indecisión por parte de los canadienses y de creciente impaciencia de los norteamericanos”, dijo una persona con conocimiento del detalle de lo que sucedió sin que nadie se diera cuenta. Uno de los momentos clave para que se desatorara fue el martes 25 de septiembre, cuando Trudeau se entrevistó con el presidente Enrique Peña Nieto en el marco de la 73 Asamblea de las Naciones Unidas, en Nueva York. Los líderes fueron acompañados por Telford y Freeland, Videgaray y Guajardo, donde los mexicanos expusieron cómo estaban viendo un camino hacia el cierre de la negociación, a partir de la experiencia que habían tenido semanas antes al concluir con Estados Unidos un acuerdo bilateral.

Los mexicanos explicaron que se tenía que acercar lo real a lo ideal, en el entendido de que habría que hacer concesiones difíciles –como admitió Trudeau esta semana que se hicieron– para poder lograr el objetivo de la firma de un acuerdo trilateral. Kushner, Telford y Videgaray sostuvieron conversaciones telefónicas continuas que tuvieron como propósito evitar el choque de trenes entre los negociadores canadienses y estadounidenses. Guajardo profundizó con Freeland durante 90 minutos. “Jugaron un papel clave para evitar que la creciente tensión entre Freeland y Lighthizer descarrillara el acuerdo”, dijo el funcionario cercano a la negociación trilateral.

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¡Vaya con el Tren Maya…!

Joaquín López-Dóriga en su columna En Privado, publicada en Milenio, señala que sí, es un solitario, pero no por decisión propia. Florestán

Yo aplaudo el anuncio de Andrés Manuel López Obrador para la construcción del Tren Maya, que con una extensión de mil 500 kilómetros cruzará la península de Yucatán para llegar hasta Palenque, en Chiapas, en medio de la selva.

Lo que no sé es de dónde sacará el dinero y el tiempo para hacerlo. Según lo que han dicho, el costo iría de 6 mil a 8 mil millones de dólares y estaría terminado en cuatro años, de lo que tengo dudas a partir de consultar a expertos.

Y doy estos antecedentes a la espera de que le sirva al Presidente electo, digo, ya instalado en esto de la información de dos vías, y no me refiero al tren, aunque sé que algunos de sus promotores lo negarán.

En tiempos de Vicente Fox, planteó a un grupo empresarial la construcción del tren México-Guadalajara que había anunciado. Los inversionistas se pusieron a trabajar en el desarrollo, lo que les llevó tres años con las mejores 32 empresas mexicanas y extranjeras y 200 técnicos de aquí y de afuera. El plan ejecutivo de la obra les costó mil millones de pesos. Cuando se lo presentaron a Fox se le habían terminado las ganas de hacerlo y ni el dinero recuperaron.

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El lío en el Conacyt

La columna Bajo Reserva, publicada en El Universal, indica que por dos vías, nos dicen, la doctora María Elena Álvarez-Buylla Roces recibió un golpe de realidad por el oficio enviado al Conacyt, en el que pide cancelar las convocatorias para el ejercicio de los recursos en 2019. La futura titular del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología tuvo una serie de críticas de la comunidad científica y en redes sociales por pretender hacer valer atribuciones que todavía no tiene —en todo caso puede hacer sugerencias en la transición. Pero el momento más complicado, que también ocasionó el alboroto, fue cuando se quejó por la “filtración” del documento por alguien que está en funciones en el Conacyt y por la “interpretación” que se está haciendo en las redes sociales. No cabe duda, nos comentan, que doña María Elena tiene mucho que aprender en las lides del servicio público. Bueno, pero ya falta poco para que asuma sus nuevas funciones y la preparación del presupuesto del próximo año está en marcha.

El regreso del hijo pródigo al PRD

El gobernador de Michoacán volvió a sacar del clóset la corbata amarilla. Ayer Silvano Aureoles posó sonriente junto al presidente del PRD, Manuel Granados, y varios de sus más distinguidos compañeros de partido. Atrás quedaron, nos dicen, las voces que pedían que don Silvano fuera echado del partido por haber cometido el pecado de no apoyar al entonces candidato del PAN, Ricardo Anaya, quien fue el abanderado del perredismo a la Presidencia de la República. Pero como todo pasa y las aguas siempre toman su cauce, Anaya perdió, el PRD requiere hoy de unidad y por lo tanto el hijo pródigo regresó a casa.

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La columna Trascendió, publicada en Milenio, señala que la bancada de Morena en el Senado presentará hoy una iniciativa que causará escozor en el Poder Judicial: fijar un máximo de seis años a los jueces para permanecer en una plaza a fin de evitar que se enquisten y creen cotos de poder.

La iniciativa del coordinador Ricardo Monreal busca modificar la Ley Orgánica del Poder Judicial para establecer un sistema de rotación, con duraciones máximas y mínimas por competencias geográficas de jueces y magistrados de circuito.

Se dice que solo en Guanajuato 38 de los 46 titulares tienen hijos, hermanos, concuños, cuñadas, primos y sobrinos en puestos administrativos.

Que la gripe no impidió que el próximo secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, bromeara con los senadores de Morena, con quienes tuvo una reunión privada para hablar del “entendimiento” comercial con Estados Unidos y Canadá.

Aclaró que como aún no está en funciones, no puede ser citado a comparecer ante la Cámara alta, por lo que todas las dudas las resolvería en esa “conversación”.

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