A pesar de que 94.3 por ciento de la población que acudió a las urnas votó a favor del cambio de nombre, Macedonia continuará llamándose igual, complicando así su integración a la Unión Europea y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
Este fin de semana, la población de Macedonia fue convocada a las urnas para contestar la pregunta ¿apoyas la membresía de la Unión Europea y OTAN mediante la aceptación del convenio entre Macedonia y Grecia? sólo el 5.7 por ciento votó que no estaba de acuerdo.
Lo anterior indicaría que este país estaría próximo a cambiar su nombre oficial a República de Macedonia del Norte, sin embargo, esto no pasó, ya que asistió poco más del 30 por ciento de electores, cifra que dista de la establecida en la constitución para reconocer la respuesta de un referéndum.
¿Por qué Macedonia se vería obligada a cambiar su nombre? Todo comenzó cuando esta nación se nombró de esa manera, entonces, Grecia apeló que esa nominación audía a su región norte llamada de la misma manera.
Lo anterior originó un trato mutuo hostil y abonó a una lucha diplomática que se fortaleció cuando Macedonia expresó su intención de unirse tanto a la OTAN como a la Unión Europea (UE).
Grecia pide no aceptar a Macedonia
Grecia, como miembro de ambas instituciones, solicitó a las autoridades no aceptar a un país que tiene el mismo nombre que una de sus regiones.
Lo anterior puso en pausa todo el procedimiento de integración en la UE y OTAN, pero la situación parecía resolverse en junio de este año cuando los mandatarios Alexis Tsipras de Grecia y Zoran Zaev de Macedonia firmaron un acuerdo en el que se estableció que el último país cambiaría su nombre, abriendo así la puerta para su futura suma a las dos instituciones.
El gobierno macedonio apoyó el sí en el referéndum, pero eso no le bastó, pues ni el 91.4 por ciento de los ‘sí’ aseguraron el cambio de nombre.
El siguiente paso consiste una votación en el parlamento del país, donde más de dos tercios de los legisladores tendrán que apoyar el cambio de nombre, de lo contrario, Macedonia observará de lejos a la UE y OTAN.