A prisión, 2 policías de Acapulco por homicidio
A prisión, 2 policías de Acapulco por homicidio. Foto: La Prensa
A prisión, 2 policías de Acapulco por homicidio
A prisión, 2 policías de Acapulco por homicidio. Foto: La Prensa

Por homicidio calificado, se dictó auto de formal prisión contra Luis Fernando, “El Fénix”, y Bryan Antonio, “El Brayan”, quienes eran mandos de la Policía municipal de Acapulco; en tanto, el exedil, Evodio Velázquez Aguirre, sigue sin explicar la falta de 342 armas.

Así lo dio a conocer este martes, el vocero de seguridad del Grupo de Coordinación Guerrero (GCG), Roberto Álvarez Heredia, quien detalló que la medida fue establecida este 1 de octubre contra los probables responsables del asesinato de Fernando “N” y Verónica “N”.

Resaltó que, “de acuerdo con reportes periodísticos”, fueron denunciados públicamente “por sus nexos con el Cartel Independiente de Acapulco (CIDA); sin embargo el exalcalde perredista (…) los mantuvo en sus cargos.

Asimismo, permaneció como titular del Secretaría de Seguridad Pública (SSP) de Acapulco, Max Lorenzo Sedano Romano, pese a que “reprobó sus exámenes de Control y Confianza en dos ocasiones”.

Respecto al exalcalde, refirió que, al cierre de la fecha límite para que explicara la falta de 342 armas en la dependencia municipal, sólo remitió un reporte en que se afirma que “271 armas se encuentran amparadas por una averiguación previa”, sin aclarar el destino de las otras 71.

Posteriormente, a través de su cuenta de Twitter, Velázquez Aguirre aseguró que sólo faltaban 21 armas, que “están asignadas a policías que pasan revista en las instalaciones de la SSP municipal”.

No obstante, el GCG rechazó las declaraciones del perredista y adelantó que iniciará una revisión minuciosa del reporte, a fin de deslindar responsabilidades.

Cabe recordar que, el pasado 25 de septiembre, la Marina, el Ejército y la Policía Federal asumieron el control de la seguridad pública en Acapulco, Guerrero, y detuvieron al titular de la SSP, en tanto que la Fiscalía estatal capturó a los dos mandos policiales mencionados.

Editado por Luis Alberto Palacios