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La comunicación morena

Raymundo Riva Palacio en su columna Estrictamente Personal, publicada en El Financiero, indica que Jesús Ramírez Cuevas fue reportero desde que salió de la universidad, en 1991. Durante poco más de una década colaboró en La Jornada y con agencias internacionales de prensa. Incursionó en el documentalismo y se fue acercando a Carlos Monsiváis, quien lo arropó intelectualmente y lo recomendó al sempiterno candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador, quien lo invitó a trabajar con él. Ramírez Cuevas se convirtió en uno de sus más cercanos y de los pocos que podían contradecirlo sin caer en el ostracismo. López Obrador lo hizo director de Regeneración, el periódico que le sirvió a Morena como vehículo de movilización permanente, y le redactaba discursos. Por su pasado en la prensa, no fue raro que el presidente electo lo nombrara su vocero y próximo director de Comunicación Social de la Presidencia. Ahí es donde comenzaron sus problemas.

El martes, la Rayuela de La Jornada, criticó punzante: “No hay mayor ciego que quien no quiere ver. Asombra que el portavoz de AMLO haya dicho lo que dijo en la Cámara. Para sonrojarse”. En la víspera, Ramírez Cuevas estuvo con la bancada de Morena en San Lázaro donde explicó que la calificación que hizo López Obrador de la prensa al llamarla “fifí”, fue una descripción porque “algunos” medios no hacen explícitas sus líneas editoriales. De dónde sacó la interpretación, no se sabe, pero se equivocó. “Fifí” se refiere a alguien que “tiene modales y actitudes delicados y exagerados”. Su mezcolanza empeoró al trazar analogías.

Dijo que en otros países es pública la línea editorial de los medios, a qué intereses responde y qué simpatías políticas tienen. En México, agregó, se oculta como si no fueran partidarios de alguna idea, o que no defendieran ciertos intereses, carentes de neutralidad total porque hay un sesgo informativo. Ramírez Cuevas debía saber más del tema. Es muy imprecisa su analogía y, quizás, como durante casi una década ha practicado una prensa militante –que es legítima, por cierto–, piensa que sin importar los géneros periodísticos, todos deben hacer explícitas sus posiciones políticas. Se equivoca. Un medio que no es militante busca acceder a un público plural mediante una información justa, balanceada y plural. Un medio militante, que es el que expresa su posición política y filiación, no cumple ese propósito, porque es excluyente. Es útil para sus simpatizantes e inútil para el resto. Es exactamente lo contrario de lo que ha postulado en otras ocasiones como la responsabilidad del medio para informar mejor a la sociedad.

El desconocimiento más grande lo mostraron sus analogías. En Estados Unidos, posiblemente lo que traía en la cabeza, los medios dividen opinión de información, y mientras en la primera hay posiciones claras y políticamente transparentes, en los informativos se busca balance y equilibrio para la mejor aproximación a la verdad. A lo que probablemente se refería es a que en periodos electorales, los medios suelen endosar a un candidato o candidata a puestos de elección popular. Sin embargo, no lo hacen en función de líneas partidistas, sino del mejor programa que tengan para sus electores. Por ejemplo, el USA Today, el periódico de mayor circulación con línea conservadora, no endosó a la demócrata Hillary Clinton, pero su editorial fue tajante: “No Donald Trump”. El Wall Street Journal, partidario por Trump, no apoyó a ningún candidato en 2016, como ha sido su política editorial de nunca endosar a nadie.

Los periódicos ingleses tampoco “transparentan” sus filiaciones partidistas o ideológicas, lo que no obsta para que sus lectores desconozcan en qué parte de la geometría ideológica están, no por su información, sino por su jerarquización de noticias, columnas y artículos de opinión. Un reportaje que publicó el año pasado The Times –propiedad de Rupert Murdoch, dueño del Wall Street Journal y de Fox News, entre otros– sobre la ideología de los diarios, reflejó las percepciones de los consumidores sobre ocho diarios nacionales, donde cinco fueron vistos predominantemente de derecha y tres predominantemente de izquierda, a partir de sus opiniones, no de sus informaciones, que mantuvieron equilibrio, pluralidad y balance.

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Una locura tocar al Banco de México

Joaquín López-Dóriga en su columna En Privado, publicada en Milenio, señala que aquí se equivocaron de pendejo. Vayan a otro lado. Florestán

Se ha registrado una intensa discusión en redes a partir de la propuesta del diputado del PT por Oaxaca, Benjamín Robles, para cambiar el marco jurídico del Banco de México, darle función dual, utilizar las reservas de ese banco central para combatir la pobreza y proveer de los recursos de emisión de dinero, en forma de crédito, para los proyectos estratégicos del Plan Nacional de Desarrollo y otros que el Poder Ejecutivo establezca, cuando el mismo Presidente electo se ha comprometido a no hacerlo.

Esa propuesta fue rechazada por varios economistas, entre los que destaco a Isaac Katz con argumentos tan rotundos como este: Dos cosas quedan claras: el artículo 2 —que Robles quiere cambiar— no trata sobre las reservas internacionales, sino de procurar la estabilidad del poder adquisitivo de la moneda y el buen funcionamiento del sistema de pagos; y, b) Necesita unas clases de banca central y política monetaria.

El argumento de Katz es impecable y Robles vivió las devastadoras crisis de fin de sexenio de 1976, con Luis Echeverría; de 1982, con José López Portillo; de 1987-88, con Miguel de la Madrid, y de 1994, con Ernesto Zedillo-Carlos Salinas.

En los cuatro casos fueron saqueadas las reservas del Banco de México y en los tres primeros se echó a andar la impresora de billetes.

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La impunidad del senador pornochat

La columna Bajo Reserva, publicada en El Universal, indica que algunos panistas dejaron de ser pecadores estándar, también dejaron de ser meones de agua bendita, como decía el fundador del PAN Manuel Gómez Morín, para pasar a ser calenturientos de Whatsapp. Es el caso del senador Ismael García Cabeza de Vaca, quien fue captado por fotorreporteros cuando chateaba en el pleno del Senado con un par de amigos sobre los atributos de una joven mujer. Pero nada le va a ocurrir a don Mayito, nada de sanciones ni castigos, porque tiene su fuero, fuerote como legislador, y en la dirigencia azul, a cargo de Marcelo Torres Cofiño, tampoco hay delito qué perseguir. Vaya, nos comentan, ni siquiera un jalón de orejas por utilizar su tiempo en el escaño para estar intercambiando mensajes subidos de tono en horas de trabajo. Todo hace pensar, nos dicen, que el senador pornochat camina por el sendero de la impunidad.

Otra baja en San Lázaro

Una nueva baja está en puerta en el área administrativa de San Lázaro. Ahora, nos adelantan, toca el turno al secretario de Servicios Administrativos y Financieros de la Cámara de Diputados, Carlos Olson San Vicente, quien en esta misma semana presentará su renuncia a la Mesa Directiva, a cargo del legislador morenista Porfirio Muñoz Ledo. Apenas la semana pasada el secretario general, Mauricio Farah, dio a conocer su dimisión, lo mismo que el secretario de Servicios Parlamentarios, Juan Carlos Delgadillo, quien por cierto reculó y aceptó quedarse en el cargo tras un diálogo con la Junta de Coordinación Política, que encabeza el también morenista Mario Delgado. Nos comentan que don Mario metió la mano para lograr convencer a don Juan Carlos, quien tiene a su cargo un área altamente especializada.

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La columna Trascendió, publicada en Milenio, señala que el próximo secretario de Turismo, Miguel Torruco Marqués, fue uno de los personajes más solicitados en la recepción que organizó la embajada china, con motivo del 69 aniversario de la fundación de la República Popular, a la que acudió acompañado de quienes serán sus subsecretarios: Simón Levy y Humberto Hernández-Haddad.

El embajador Qiu Xiaoqi, anfitrión del encuentro en el que también se vio a Yeidckol Polevnsky y a Héctor Vasconcelos, aprovechó para destacar las bondades de los 40 años de socialismo con peculiaridades chinas, como gustan llamarlo, entre ellas el sostenido crecimiento del PIB, la cifra mayor mundial de científicos e ingenieros y la meta de erradicar la pobreza en 2020.

Que por cierto, la próxima administración de la Secretaría de Turismo no solo está trabajando en el Tren Maya, sino que ya cocina un nuevo proyecto: crear un barrio chino en Mexicali, Baja California, ya que en ese destino hay una gran población asiática.

El producto será todo un complejo especializado de restaurantes, tiendas, zonas de entretenimiento y hasta un hotel, de lo que ya se tiene el proyecto ejecutivo y a partir del 1 de diciembre se avanzará en su construcción.

Que la fracción del PAN en el Senado tendrá que tomar este jueves un “curso de ética” obligatorio como medida de emergencia ante el escándalo que provocó la difusión de una conversación por WhatsApp del senador Ismael García Cabeza de Vaca en la que bromea sobre temas de prostitución.

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