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Querer aprovechar hasta el último momento la sumisión política de la anterior legislatura para elevar a categoría de ley la voluntad del morenovallismo, ha orillado al grupo a hacer muchas cosas de prisa. Reformar al vapor la ley orgánica de la Fiscalía para burlar el procedimiento constitucional de selección del nuevo fiscal, trajo por consecuencia retorcer el significado y alcance jurídico del régimen de autonomía con el malsano propósito de conseguir que el fiscal saliente designara a su sucesor. Sustituyeron el régimen de selección constitucional, por una designación de cofradía. Con intención de ensanchar su militancia, el grupo en el poder tomó la decisión de jalar a Gilberto Higuera Bernal para labores de relevo una vez que Víctor Carrancá, sometido a un brutal desgaste político y social, dio lo que podía dar al frente de la institución. Sin embargo, los vicios jurídicos de esas premuras legislativas de última hora, y la conformación de la LX legislatura con los diputados de Morena como mayoría en el Congreso, no brindan los mejores augurios a su permanencia al frente de la Fiscalía.

No es solo gracias al torpe trabajo legislativo efectuado por el morenogalismo anfitrión que Higuera llegue con estigma en su designación. Sus altas credenciales curriculares tampoco parecen ser elemento principal de su arribo como “Encargado” de la Fiscalía General del Estado, sino su paso por la Procuraduría General de la República que se remonta a la administración panista de Vicente Fox cuando, siendo Rafael Macedo de la Concha el Procurador, Higuera obtuvo su más alto y destacado cargo de subprocurador general. Según se sabe hoy, un grupo de abogados liderado por el general Macedo habría sido el cuerpo asesor del ex gobernador Moreno Valle en la tarea de confección técnico jurídica de la recién abrogada Ley Bala. Esta parte de la trayectoria laboral de Higuera, sería la reveladora de las razones grupales e ideológicas más profundas de su llamado a Puebla.

Llega en momentos de crispación social derivados de la colocación del estado de Puebla en los primeros lugares de los índices delictivos nacionales como resultado de un nefasto proyecto faccioso de gobierno que, desviando los destinos del presupuesto público, sub ejerciendo los de seguridad pública y reduciendo las dimensiones de la estructura burocrática hasta dejar en huesos a las instituciones encargadas de las funciones estatales de procuración y administración de justicia, ha degenerado en circunstancias propiciatorias de los cotidianos horrores de nota roja.

Como queriendo apantallar al respetable público, de un día para otro el nuevo fiscal hizo saber a los poblanos su pronóstico, sin diagnóstico [Pretendo con un trabajo serio y profesional hacer un diagnóstico, revisar cuál es el estado general de la institución y tomar las medidas con decisión] sobre la situación de la institución; la postura sobre irregularidades de su nombramiento; un autoelogio y, la intención de resolver algunos de los casos más sonados en Puebla. A juicio del Doctor Higuera, son necesarios dos años para que la Fiscalía se consolide y mejore sus niveles de efectividad y eficiencia. Tal aseveración, reflejando el tamaño del desastre en que el morenovallismo convirtió a la procuración de justicia, trae consigo la decisión política de ocultar a los poblanos el verdadero estado administrativo, financiero y funcional en que Carrancá deja la institución. Nada mejor que esto explicaría los desfiguros legislativos hechos para modificar la ley orgánica.

Don Gilberto no tiene problema alguno de conciencia sobre las irregularidades legislativas que dieron pauta a su designación, en la medida en que resulta beneficiario de las mismas. De ahí que su único planteamiento al respecto sea estar dispuesto a hablar con los nuevos legisladores para exponerles su plan de trabajo. Asimismo, ha hecho presunción de estar especializado en el tema del robo de combustible “ya que era el encargado de darle seguimiento en la Procuraduría General de la República”. Sería conveniente que el señor Higuera pondere algunos hechos que rodean ese problema. El primero es que, desde hace tiempo, la entidad ocupa el primer lugar nacional en el robo de combustible; segundo, que mandos policiacos de alto nivel se han visto involucrados en la protección de los ladrones del combustible; y, tercero, que las cúpulas empresariales locales han justificado la inacción del gobierno poblano para combatir el delito, basándose en una cuestión formal de competencia alegando que se trata de un delito federal (http://www.lajornadadeoriente.com.mx/2017/05/09/empresarios-del-cce-defienden-moreno-valle-justifican-falta-combate-del-robo-combustible/). Bajo estas circunstancias toda su experiencia, quizá, sea insuficiente para saltar la valla política que, justificada con la incompetencia de fuero, sigue impidiendo la persecución de este delito.

Enorme extrañeza generaron las expresiones del nuevo fiscal al anunciar sus actividades “mientras tanto” se resuelve su permanencia al frente de la institución. Ha tenido la ocurrencia –por ahora no podría calificarse de otra manera- de sostener públicamente que los casos en que pondrá atención en resolver serán los más sonados en Puebla. Ha señalado -en este orden- los de Meztli Sarabia, Mara Castilla, y “de políticos asesinados”. Son casos de alta sensibilidad que han conmocionado a la sociedad poblana y que Higuera desconoce por la obvia razón de su lejanía. Particularmente el de la hija del líder de la 28 de Octubre, asesinada en el contexto de la demencial represión gubernamental desatada por más de tres años contra esa agrupación.

Los poblanos verían con muy buenos ojos que la Fiscalía pusiera su mayor empeño para resolver estos atroces crímenes cuya falta de persecución y detección de los responsables, según se aprecia, encuentra obstáculo en los propios ámbitos del poder político local. Sería ética y políticamente reprobable que, motivado por las circunstancias adversas que rodean su llegada a la Fiscalía, el señor Higuera hubiese optado por las promesas espectaculares para intentar abrirse paso entre las fobias sociales y políticas generadas por su antecesor. Su mayor reto profesional estará en demostrar claramente que su trabajo es de Fiscal, y no de simple guardaespaldas político.

Heroica Puebla de Zaragoza, a 21 de septiembre de 2018.

José Samuel Porras Rugerio

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