En la Sierra Norte, desde 2009, más de 400 productores encontraron en el bambú, que llaman el “oro verde”, otra forma de hacer más redituable sus tierras que sólo cultivar granos, ya que el costo del metro lineal para la construcción llega a alcanzar los 30 pesos; sin embargo “el sector” se estancó porque el gobierno estatal dejó de apoyarlos en los últimos ocho años.
Ana María Peña González, expresidenta del Sistema Producto Bambú en el estado, refirió que los últimos dos gobiernos, sobre todo el de Rafael Moreno Valle, menospreciaron su siembra pese al interés de empresas no sólo nacionales sino extranjeras para aprovecharlo con fines industriales, las cuales únicamente pedían que se incrementarán las extensiones de plantaciones para obtener la materia prima suficiente.
Dijo que sólo en el municipio de Hueytamalco se tienen 300 hectáreas destinadas para fines comerciales, con el fin de proveer para hacer muebles, artículos decorativos, construir cabañas y hoteles.
Aunque en la localidad también existe una reserva de otra cantidad similar, la cual es financiada desde hace un año por la empresa Volkswagen de México, esto como parte de sus compromisos para mitigar los efectos de contaminación que generen con su planta y que el objetivo a mediano plazo del proyecto es que pueda tener una vocación social para generar materia prima que permita construir mobiliario para escuelas en comunidades.
Estimó que al menos en diez municipios del norte del estado, los campesinos han comprobado las propiedades del bambú y lo que puede implicar en términos de desarrollo económico para ellos.
“Necesitamos que autoridades no apoyen con plantaciones de calidad, las cuales se pueden reutilizar para generar más materia prima a diferencia de lo que no pasa con los árboles que se cortan para hacer madera y eso implica tener que plantar otro”.
De acuerdo a la Sagarpa, Puebla se ubica en el segundo lugar nacional, detrás de Veracruz con mil hectáreas sembradas con un valor de 15 millones de pesos; sin embargo esa cantidad se puede incrementar porque existe un mercado.
Empresarios interesados
Recordó que un empresario chino les propuso comprarles bambú para fabricar block para la construcción; sin embargo pedía exclusivamente mil hectáreas para trabajar, lo cual no pudieron concretar debido a la falta de apoyos gubernamentales para comprar plantaciones, cuya maduración es de seis años.
También una marca mexicana que fabrica libretas pretendía trabajar con los productores, pero igual requería una extensión similar para obtener la celulosa para hacer papel, comentó.
Indicó que estos son ejemplos de que existe mercado, pero hace falta el apoyo, cuya inversión para cultivarla es mínima y con menos riesgos de pérdidas en producción, ya que a diferencia de otras cosechas es más resistente a las heladas, granizadas y calor excesivo, aunque requiere de tierras con suficiente humedad.
Peña González dijo que el promedio de tierras que destina cada productor son tres hectáreas; reconversión que se ha dado en Cuetzalan, donde los cafetaleros comenzaron a darles más importancia al bambú.
Destacó que algunos productores están vendiendo a empresarios de Jalisco, Querétaro y Veracruz para la construcción de cabañas en sitios ecoturísticos, debido al grosor del material que se requiere para esas obras.
Insistió que se debe promover la reconversión de tierras, porque mercado para el bambú existe, aunque no puede ser total por el tiempo que requiere para su maduración y los agricultores requieren en ese tiempo tener otra actividad productiva.
