Aunque la concesión otorgada a la empresa Agua de Puebla fue para mejorar el servicio, su eficiencia es de menos del 60 por ciento, pues se desperdicia más del 40 por ciento, cuando hace 6 años funcionaba al 70 por ciento, indicó el exsecretario de medio ambiente, Francisco Castillo Montemayor.
Señaló que lo anterior es de acuerdo con el Instituto Mexicano de Tecnologías del Agua (IMTA), que cada año presenta sus indicadores en el tema del agua, lo que muestra que la entrega del servicio por parte del exgobernador Rafael Moreno Valle Rosas no ha dado los resultados que se esperaban.
Reiteró que cuando él estuvo como funcionario estatal, en el sexenio de 2016 a 2012, el manejo del Sistema Operador de Agua Potable y Alcantarillado de Puebla (Soapap) tenía una eficiencia del 70 por ciento, es decir 10 puntos porcentuales más que actualmente.
“Todos los millones que se han invertido no han servido para nada, y menos en la eficiencia física, se siguen perdiendo grandes cantidades de agua; se contrató, se firmó un convenio para privatizarla y no ha servido de nada”, pronunció.
Pérdidas de más de 50 litros
Castillo Montemayor recordó que antes se lanzaba a las redes hidráulicas 220 litros por persona y cuando esta llegaba a los domicilios eran 160 litros, pero ahora se inyectan 170 litros y llegan 115, por lo que se están perdiendo más de 50 litros, aunado a que la distribución es menor.
Aunado a esto, refirió, es que los usuarios han percibido la mala calidad en el servicio, los malos tratos por parte de la empresa, así como las tarifas altas que ha impuesto la firma, cuando se suponía que todo tendría que ser al revés.
Detalló que cuando todo lo anterior se conjunta representa un “fracaso” y más cuando se trata de un servicio público vital para los ciudadanos, por lo que urge que las autoridades tomen medidas para que se corrija.
Esto no significa, puntualizó Castillo Montemayor, que se le quite la concesión a la empresa, sino que se meta en orden para que esta sea eficiente y cumpla con lo que se estableció en el contrato.
“Supuestamente vino una empresa que traía buenas prácticas y mucho dinero para invertir, modernizar los sistemas, reparar las fugas, sustituir las redes, para construir la segunda etapa de la planta de tratamiento, pero no ha pasado nada de eso”, concluyó.
