El Ayuntamiento de Puebla capital inició este fin de semana el experimento de cerrar parcialmente algunas calles aledañas al zócalo de la ciudad en un intento por convencer a los usuarios de las bondades de convertir al Centro Histórico, o una parte de él, en zona privilegiada para los peatones.

La idea no es mala, aunque ha sido desechada siempre por las anteriores autoridades municipales pese a las recomendaciones de urbanistas y expertos en la materia.

Dos grupos de poder han obligado a los presidentes municipales cambiar de idea; una la fuerza de los comerciantes temerosos del crecimiento del ambulantaje, los otros, los transportistas, primero los de pasajeros urbanos cotidianos, y recientemente los autobuses de turistas, cuyo poder está ligado a otros órdenes de gobierno.

El anunció del programa llamado “ándale” se hizo a través de pasacalles de plástico en clara contaminación al paisaje urbano.

Las calles seleccionadas fueron divididas en dos, una para el peatón donde se suman los conductores de bicicletas, triciclos y diablitos de transporte.

El tráfico vehicular, lento, enormes colas para cruzar las esquinas y entrar a los estacionamientos.

Total, un experimento que, como el agua tibia, ni fría ni caliente.

El ayuntamiento debía irse a fondo, cerrar totalmente las calles aledañas al zócalo, incentivar que los estacionamientos abran más horas y evitar la llegada de vehículos particulares, sólo que entren los taxis normales o ejecutivos y tener consideraciones para los hoteles.

Hace muchos años la 5 de Mayo era la arteria principal que unía a la Reforma con el norte de la ciudad, estaba llena de autobuses de pasajeros, Garita, Rojo Plata Santa María, San Antonio, etcétera, el comercio de la zona se quejaba del ruido y la contaminación. Hasta que un día, urbanistas y autoridades avalados por la Junta de Mejoras y el Ayuntamiento tomaron la decisión de convertirla en peatonal.

La primera prueba se hizo en la 5 de Mayo de la Reforma a la 2 poniente; luego hasta la 4 y finalmente se abarcó hasta la calle frente a Santo Domingo y se dividió de la 6 a la 8 para permitir el paso parcial de vehículos privados que daban vuelta de la calle de Santa Clara.

Años después la 5 de Mayo se amplió en su uso peatonal hasta la 18 poniente, donde está el Señor de las Maravillas.

El éxito es innegable, el comerció floreció, las rentas aumentaron, actualmente la 5 de Mayo es la calle de mayor circulación peatonal de Puebla.

Ojalá el experimento de este fin de semana, se repita, pero de manera más integral, más completa y sin contaminación visual con los pasacalles de plástico.

O por lo menos, así me lo parece.

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Video en: https://youtu.be/q7Dqyp1sbkg

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