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El odio contra Beatriz

Raymundo Riva Palacio en su columna Estrictamente Personal, publicada en El Financiero, señala que el odio no tiene ideología. Lacera, divide, enfrenta, polariza y finalmente rompe. Hubo un momento en que quien esto escribe apuntó: “El discurso del odio se ha vuelto tan recurrente en nuestra vida cotidiana y es parte tan natural del paisaje nacional, que no nos detenemos a pensar hacia dónde vamos. Es abusivo, insultante, intimidador y hostiga. Discursos de odio siempre han puesto su marca sobre las sociedades, y suelen subir de intensidad cuando van acompañados por tensiones políticas o asuntos públicos que de sí polarizan. En México, el discurso de odio se desató con la combinación de dos disparadores que coincidieron en tiempo y espacio”. Fue la lucha política cuando el entonces presidente Vicente Fox se empeñó en meter a la cárcel al entonces jefe de Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador.

“Esa lucha se inscribía en los prolegómenos de la sucesión presidencial –se precisó entonces–, que se tradujo en una polarización social y política, donde inclusive muchos mexicanos que no compartían las ideas de López Obrador, se sumaron a sus legiones de defensores ante lo que veían como un abuso de poder. Al hecho político se le sumó en ese momento el despegue de la comunicación horizontal entre los ciudadanos y los medios de comunicación, donde se empezó a desmantelar la estructura vertical y filtrada que durante generaciones caracterizó a la prensa, que se vio forzada a dejar de hablar sólo con los gobernantes y empezar a dialogar con los gobernados.

“La polarización que mostraron los medios en la lucha política se trasladó a la sociedad. Desde entonces desaparecieron los grises y todo se enmarcó en el blanco y el negro. No había adversarios sino enemigos; quien no era incondicional era un rival. La belicosidad con la que trataban los periodistas a los actores políticos tuvo un reflejo en la belicosidad con la que grupos sociales trataban a los periodistas. Varios políticos contrataron servicios de call centers para que tan pronto como saliera un comentario negativo de su patrón, se saturara con spam e insultos el correo electrónico o los comentarios en donde aparecía su opinión. Lo notable no era sólo la partición de la sociedad, sino los grados de violencia que alcanzaba una discusión que muy pocas veces fue racional y muchas, en cambio, apasionada y beligerante. Junto con ello llegaron amenazas de muerte a periodistas. La polarización ya no desapareció”.

Este fragmento forma parte de “Se nos metió el odio”, publicado el 13 de enero de 2010, hace ocho años y medio. Podría haber sido escrito hoy o mañana, porque nada ha cambiado. Peor aún, se agudizó. Durante un largo tiempo se adjudicó la radicalización al discurso pendenciero de Andrés Manuel López Obrador, desde los 90, cuando perdió la gubernatura de Tabasco y comenzó la carrera que lo convirtió en jefe de la izquierda social. Durante los gobiernos de Vicente Fox y Felipe Calderón se vio que el discurso de odio cruzaba las líneas partidistas. En el de Enrique Peña Nieto se sumó la retórica del rencor.

Por muchos años la responsabilidad primaria del discurso de odio se inventarió a la frustración de López Obrador por no ganar la Presidencia. Hace mes y medio la ganó, pero el odio continuó. El 1 de agosto, Salvador Camarena escribió una columna en El Financiero, donde reflexionó: “Son tiempos raros. Los que ganaron en la elección de hace un mes, varios de ellos, demasiados de ellos, muestran un día sí y otro también señales de enojo. Los que perdieron, muchos de ellos, la mayoría de ellos, apenas si chapurrean inverosímiles pretextos, o irrelevantes promesas, vengadores de huecas soflamas que no atinan a ver que la realidad los rebasó, y que si algo toca es reagruparse, pensar, entender”.

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¿Triunfó el amor entre AMLO y los hombres del dinero?

La columna Bajo Reserva, publicada en El Universal, indica que todo parece indicar que quedaron atrás las diferencias entre el presidente electo Andrés Manuel López Obrador y el Consejo Mexicano de Negocios. Incluso, después de la reunión de ayer, nos cuentan que el empresario Claudio X. González salió del encuentro con un libro del tabasqueño en mano. Nos hacen notar el hecho de que el empresario haya resaltado que quedó impresionado por los 30 millones de votos que obtuvo López Obrador el 1 de julio. Así que aquellos dimes y diretes entre ambos al parecer han quedado sepultados. ¿Será que triunfó el amor y la paz o que el dinero no tiene corazón?

No es saqueo, es mudanza en la Cámara

En la Cámara de Diputados juran y perjuran que en el éxodo de los diputados que dejan la 63 Legislatura, nadie se lleva nada que no sea suyo. Aseguran que hasta el momento no se tiene registro de que alguien tome algo que esté en el inventario del recinto legislativo y que no sean las televisiones y refrigeradores que los mismos diputados trajeron y son de su propiedad. Por si las dudas, nos aclaran, la Secretaría General ya tomó sus precauciones: además de revisar las cámaras de videovigilancia, instruyeron a la Dirección General de Protección Civil y Resguardo para que tomen “los cuidados correspondientes”. Ya ven que con las mudanzas no falta qué se les pueda olvidar. Así que si usted pensó que los diputados salientes estaban saqueando San Lázaro, ¡qué mal pensado!

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La columna Trascendió, publicada en Milenio, señala que vaya chamba la que tendrá David León Romero, ex colaborador del gobernador de Chiapas, Manuel Velasco, como coordinador de logística de giras del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador.

Ya se verá qué tanto efecto tienen las habilidades de este hombre, que es atleta de alto rendimiento con pruebas como maratones, triatlones y hasta de Ironman, en la delicada tarea de trazar y prever escenarios para los recorridos de su nuevo jefe, que gusta de placearse entre multitudes.

Que hablando de AMLO, se le vienen citas fundamentales en la semana que comienza el lunes 20 de agosto, en la que se reunirá por separado con los titulares de Marina, Francisco Vidal Soberón, y de Defensa, Salvador Cienfuegos, quienes se prevé le entreguen sus ternas de candidatos a sucederlos.

El lunes siguiente, 27 de agosto, se reunirá con los integrantes de la Confederación Nacional de Gobernadores, donde es previsible que salte el tema de la polémica figura de los próximos delegados o coordinadores federales para los estados.

Que mucha tensión se vivirá en el Senado debido a la credencialización de los nuevos legisladores, que empezará a partir de la próxima semana, ya que aún no se sabe, por ejemplo, si hará acto de presencia para tomarse la foto el cuestionado Napoleón Gómez Urrutia.

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