El gobierno de Estados Unidos sostuvo que un empleado de la aerolínea Horizon Air habría robado el avión que se estrelló el viernes en Seattle contra una isla cercana al aeropuerto local, para un supuesto suicidio, aunque aviones de combate intentaron “guiarlo”.
Alaska Airline, una unidad aérea vinculada a Horizon, informó que un agente del servicio en tierra despegó la aeronave Bombardier Q400 el viernes por la noche, durante un procedimiento de mantenimiento en el aeropuerto internacional de Seattle-Tacoma y la piloteó haciendo acrobacias, a veces erráticas, alrededor de una hora.
Un portavoz de defensa aeroespacial local aclaró que dos cazas F-15 fueron desplegados desde una base en Portland, Oregon, y llegaron a la escena en minutos; estos iban armados pero no abrieron fuego, por lo que aseguró que no tuvieron responsabilidad en el choque del avión en la isla de Ketron, en Puget Sound.
Asimismo, la policía local descartó el carácter “terrorista” del incidente y aseguró que este hombre, funcionario en pista de la compañía Alaska Airlines, actuó solo porque tenía ciertas tendencias suicidas y al parecer logró su cometido.
Un mecánico de Alaska Airlines roba un avión y se estrella poco después mira como aviones caza de la USAF siguen el Dash 8 Q400 las maniobras que este hacía. https://t.co/joLpKfpEyh pic.twitter.com/9o5YaMnzWF
— Aꪜⅈꪖᥴⅈóꪀꫝ𝕣_Iꪀᠻꪮ 🌎 (@aviacionhr_info) August 11, 2018
Conversación delata tendencia suicida
Fuentes policiales citadas por varios medios estadounidenses afirmaron que se trataría de Richard Russell, de 29 años, quien llevaba tres años y medio trabajando para la aerolínea y contaba con una credencial de seguridad para entrar a aviones.
Y es que en las grabaciones parciales de sus conversaciones con el personal de tráfico aéreo, publicadas por Broadcastify.com, Russell dijo estar “quebrado” y que temía por las consecuencias, pero confesó que no quiere aterrizar porque los militares le harían “pasar un mal momento” y que no necesitaba ayuda porque había “jugado a algunos videojuegos antes”.
En otro instante de la conversación, decide disculparse con cada una de las personas que se preocupan por él, ya que “se van a sentir decepcionadas cuando sepan que hice esto”, agregó que tiene “algunos tornillos sueltos”, aunque “nunca lo supe realmente hasta ahora”.
La Administración Federal de Investigación, el FBI y la Junta Nacional de Transporte Aéreo (NTSB) continúan investigando el incidente.
Fuente: El Financiero, El País
Editado por Diana Lizeth Pérez Morales
