PrimerPlano-LoQueDicenLasColumnasDe-Mexico

La Pax Narca de López Obrador

Raymundo Riva Palacio en su columna Estrictamente Personal, publicada en El Financiero, señala que los foros sobre paz y seguridad, a partir de los que el próximo gobierno de Andrés Manuel López Obrador comenzará a construir su estrategia de seguridad, comenzaron en Ciudad Juárez con un catálogo de buenas intenciones que van a llevar, ante la ingenuidad demostrada, a la creación involuntaria de un narcoestado. Las líneas generales que buscan ser legitimadas a partir de esta serie de encuentros durante los dos próximos meses y una eventual consulta popular, están ancladas en el otorgamiento de una amnistía a quienes están metidos en el negocio del narcotráfico, como lo propuso López Obrador en diciembre pasado durante una visita al Istmo de Tehuantepec.

En esa gira, dijo que “se van a explorar todas las posibilidades y no descarto que se someta a discusión que se consulte al pueblo sobre la posibilidad de una amnistía para lograr la paz. Ya no queremos la guerra, queremos la paz en el país”. La propuesta surgió, confiaron cercanos al presidente electo, como varias de sus grandes frases, a partir de lo que le gritaban los asistentes a sus mítines. Una señora en aquella región istmeña pidió que le dieran amnistía a narcotraficantes, de donde tomó la idea y la ventiló. Varios de sus asesores de comunicación e imagen le recomendaron que corrigiera rápidamente esa afirmación por las consecuencias que tendría, pero López Obrador, muy a su estilo, apretó el acelerador. Durante los siguientes meses fue ratificando la idea central, pero matizando el alcance que tendría la amnistía de marras.

Días después en Quechultenango, Guerrero, la prensa que lo acompañaba le preguntó sobre la amnistía. “Vamos a convocar a un diálogo para que se otorgue amnistía, siempre y cuando se cuente con el apoyo de las víctimas y los familiares de las víctimas”, respondió. “No descartamos el perdón. No hay que olvidar, pero sí se debe perdonar si está de por medio la paz y la tranquilidad de todo el pueblo”. El utilitarismo de John Stuart Mill en toda su extensión, con el bien mayor por encima de todo. Cuando la prensa le pidió especificaciones y si la amnistía incluiría a los jefes de los cárteles de las drogas, abundó: “Vamos a plantearlo. Lo estoy analizando. Lo que sí les puedo decir es que no va a quedarse ningún tema sin ser abordado, si se trata de garantizar la paz y la tranquilidad”.

Sus afirmaciones provocaron repudio en la sociedad política. Tras el primer debate presidencial, Alfonso Durazo, a quien propondría más adelante como su secretario de Seguridad Pública Federal, trató de explicar lo que su jefe político quiso decir. “López Obrador ha propuesto un proceso de paz y de reconciliación nacional, no un pacto con el crimen organizado”, afirmó. “Sin proceso de pacificación y reconciliación no habrá punto de inflexión en los niveles de violencia que definen la tragedia del país”. La pregunta era y sigue siendo: ¿qué quiso decir Durazo?

Lo que posteriormente varios miembros del equipo de transición explicaron, es que no se trataría de amnistiar a todos, sino a algunos. Amnistía habría para niños y campesinos, no para criminales, sin explicar si esa subcategoría perdonaría a sicarios, que también hay menores y campesinos, o no. Este juego de palabras, obviamente, es sarcástico, pero sirve para subrayar las deficiencias conceptuales e informativas en las que se encuentran López Obrador y su equipo de seguridad. Durazo resaltó el desconocimiento generalizado en la inauguración del foro en Ciudad Juárez, donde anunció que van a desarrollar una estrategia de Estado, no sólo de gobierno, para dar resultados en el corto plazo. “Proponemos construir una receta mexicana para la pacificación de nuestro país (y) por difícil que parezca buscaremos y encontraremos el entendimiento de todos los mexicanos para construir la paz”.

Aquí la columna completa

La tentación de cerrar una mala negociación del TLCAN

Leo Zuckermann en su columna Juegos de poder, publicada en Excélsior, indica que corre la versión de que podría haber un acuerdo en la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) en este mes de agosto. Este asunto es uno de los que causan mucha incertidumbre para la economía mexicana. Hay quienes piensan que, al terminar con la renegociación, se liquidaría la incertidumbre y los actores económicos volverían a invertir en México. Se trata, me parece, de un argumento simplista. Todo depende del resultado final. Nuestro país no puede ceder y tragarse las “píldoras venenosas” que ha puesto el gobierno de Trump sobre la mesa.

No debe aceptarse el objetivo del gobierno estadunidense para el nuevo TLCAN: bajar el déficit comercial con México y Canadá. El déficit comercial de un país no depende de sus arreglos comerciales, sino de una alta tasa de consumo interno que no puede ser satisfecha por las empresas locales. Si Trump quiere bajar sus múltiples déficits comerciales con diversas naciones, particularmente con China, tendría que implementar políticas para promover el ahorro interno. Desde luego que no lo hará. Para México será un error aceptar, como condición al firmar, que se disminuya la diferencia comercial entre los dos vecinos. Sería una primera “píldora venenosa” que no nos podemos tragar.

Segunda: la “cláusula de extinción”. Trump pretende que cada cinco años se termine el TLCAN, a menos que los tres países acuerden lo contrario. Es una tontería. Un tratado comercial debe darle certidumbre a las inversiones. Una cláusula como ésta haría exactamente lo contrario. ¿Qué compañía invertiría en México sabiendo que el régimen comercial con EU puede acabar en un lustro (que no es nada para una empresa)? Respuesta: ninguna de las importantes y serias. México no puede tragarse esta “píldora venenosa”. No le conviene a sus intereses.

Tercera “píldora”: que la resolución de las controversias comerciales ya no se haga por paneles trilaterales, sino en tribunales estadunidenses. Eso también afectaría la certidumbre de los inversionistas que hoy saben que pueden arriesgar su dinero protegidos por instituciones trilaterales y no por cortes de un país que podrían tener sesgos a favor de sus empresarios nacionales.

Cuarta: modificar las reglas de origen de la industria automotriz para obligar que en los autos producidos en México tengan más insumos provenientes de EU. Hoy, las cadenas de abastecimiento están perfectamente organizadas. Muchos contenidos incluso cruzan la frontera varias veces. Es lo que hace competitiva a la industria automotriz norteamericana versus las de sus pares asiáticos y europeos. A esto hay que sumar la pretensión estadunidense de incrementar los salarios en esta industria en México a niveles equivalentes de Canadá y EU (por lo menos 16 dólares la hora). Eso sería maravilloso para los trabajadores mexicanos, pero la dura realidad económica es que no se pueden establecer salarios por decreto. Si fuera así de sencillo, los actuales trabajadores ya ganarían eso. No lo hacen, aunque sí perciben más que los obreros de otros sectores. Suena horrible, pero aceptar el incremento salarial mexicano por decreto del TLCAN haría menos competitivo a México: se perderían incentivos para producir coches en este país.

Aquí la columna completa

Hoy, día de ensueño para López Obrador

Joaquín López-Dóriga en su columna En Privado, publicada en Milenio, señala que Nadie llega tarde ni temprano, todos llegamos a nuestro tiempo. Florestán

Cuando hoy a la una de la tarde, Andrés Manuel López Obrador acuda a la sede del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación para escuchar por primera vez en su vida una declaración de presidente electo de los Estados Unidos Mexicanos a su nombre, muchas cosas habrán quedado atrás.

Y no sé si le pasará la película de su vida, de las luchas en Tabasco con las derrotas electorales en ese estado, eran los noventa, sus plantones en los pozos petroleros y en el Zócalo de Ciudad de México, su primera victoria electoral, el domingo 2 de julio de 2000, cuando Vicente Fox con el PAN sacó al PRI de Los Pinos y él aguardaba su triunfo a la Jefatura de Gobierno del entonces Distrito Federal sobre Santiago Creel y el efecto Fox, que se formalizó con un reporte y una entrevista pasada la medianoche en la transmisión especial de aquel día de Noticieros Televisa.

Deberán correr aquellas escenas del desafuero y su discurso del Yo acuso, en 2005, en la Cámara de Diputados investida en Jurado de Procedencia cuya mayoría mostró su pulgar hacia abajo, condenándolo pero, a la vez, impulsándolo como candidato presidencial que perdería el 2 de julio de 2006, ante Felipe Calderón por un apretado y discutido 0.56 por ciento de los votos, lo que nunca aceptó, denunció el fraude, organizó el bloqueo Zócalo-Reforma y el 20 de noviembre se declaró presidente legítimo de México.

Y volver a la larga campaña de 2006-2012 cuando Enrique Peña Nieto le ganó por casi siete puntos, lo que tampoco reconoció y arrancar la tercera que lo llevó a la mayor victoria de un candidato presidencial con más de 30 millones de votos, 53 por ciento del total que se vio por última vez en 1982 con Miguel De la Madrid.

Aquí la columna completa

El diploma y la farra de AMLO

La columna Bajo Reserva, publicada en El Universal, indica que la tercera es la vencida, dijo una y otra vez en los últimos meses, tiempo en el que saboreó por anticipado el triunfo electoral del 1 de julio. Bueno, nos comentan, hoy es el gran día para Andrés Manuel López Obrador, quien este mediodía recibe en sus manos la constancia de mayoría, “el diploma” expedido por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, de Presidente electo. Nos dicen que la cúpula de Morena y el equipo de transición han convocado a la fiesta a diputados, senadores y representantes de los partidos de la coalición, el PES y el PT, para celebrar. La farra, nos comentan, será en grande y con el papelito, don Andrés Manuel y sus muchachos iniciarán formalmente los trabajos de transición con el gobierno saliente. La foto le dará la vuelta al mundo, nos anticipan.

Una historia distinta en el tribunal electoral

Un escenario completamente diferente al de hace 6 años, por cierto, le toca vivir hoy a Andrés Manuel López Obrador en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. Nos recuerdan que en agosto de 2012 la calificación presidencial implicó la resolución de 365 impugnaciones y la valoración de miles de pruebas. Al sótano del tribunal fueron a parar cajas con papeles, jaulas para pollos, decenas de despensas, electrodomésticos, utilitarios y cajas con las supuestas pruebas del fraude que entonces alegó la Coalición Movimiento Progresista del PRD, Movimiento Ciudadano y PT, con don Andrés Manuel como candidato. Hoy se espera comitiva de porras de Morena y felicitaciones al tribunal electoral y al Instituto Nacional Electoral, las dos instituciones que jugaron un papel fundamental en la elección de 2018, nos comentan.

Aquí la columna completa

La columna Trascendió, publicada en Milenio, señala que que en el Senado ya se protocolizó ante notario el acta con la que 50 legisladores electos de Morena respaldaron la designación de Ricardo Monreal como su próximo coordinador, luego de que Andrés Manuel López Obrador lo escogió para ese cargo. Ahora el pleito estará en la elección del presidente cameral, al que aspira Martí Batres, no solo porque se valora también a la maestra Ifigenia Martínez, sino porque es una posición que se deberá discutir con las demás bancadas.

Que, por cierto, quien está en duda es Miguel Ángel Mancera. No es bien visto ya por la dirigencia del PRD para coordinar la bancada, ni entre sus propios compañeros, que prefieren a Juan Zepeda, pero el ex jefe de Gobierno tiene hasta el 29 de agosto para resolver si se queda en ese grupo o en el de Acción Nacional. Por lo pronto, este sábado saldrá humo blanco en el PAN para elegir coordinadores camerales y a más tardar el martes entre los perredistas.

Que, a propósito, el reacomodo de las tribus del PRD coloca a Héctor Serrano como puntero en la contienda por la coordinación del grupo en la próxima Cámara de Diputados. El operador de Miguel Ángel Mancera se alista así para asumir el liderazgo de la bancada perredista, aunque ahora convertida en séptima fuerza.

Que el alcalde poblano de Venustiano Carranza, Rafael Valencia Ávila, se dio a la fuga junto con sus hermanos y abandonó a su esposa, Ilse Lucía Bernabé, quien fue detenida en su casa por el cargo de robo de combustible y lo que resulte, pues los agentes de la PF y de la Seido hallaron bidones, armas, cartuchos y hasta un centro de monitoreo.

Dos personas más, un presunto líder huachicolero, y su pareja, fueron aprehendidos, mientras que el padre del edil priista acabó hospitalizado por la impresión que le causó el operativo en este municipio que en su página electrónica presume el eslogan: “Capital del petróleo poblano”.

Aquí la columna completa