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La semana del 1 al 7 de agosto fue decretada por la OMS y la Unicef como la Semana mundial de la lactancia materna, con el fin de dar a conocer los múltiples e innumerables beneficios que aporta a la salud no solo del bebé, también de la madre.

Para promover, proteger y apoyar a la lactancia, la Alianza Mundial pro Lactancia Materna (WABA, por sus siglas en inglés) eligió como lema de la campaña 2018: “Lactancia materna, pilar de la vida” y tiene como fin dar a conocer el vínculo que existe entre la lactancia, la nutrición, la seguridad alimentaria y la reducción de la pobreza. Aunque a simple vista parecen puntos totalmente alejados, las investigaciones actuales han demostrado que cualquier intervención que se haga dentro de los 3 primeros años de vida del niño tendrá un alto impacto biológico, psicológico y social durante su infancia, adolescencia y edad adulta. Incluso la OMS desde el 2002 calificó a la lactancia materna como la conducta de salud más importante y “la forma más natural y la mejor manera de medicina preventiva”, ya que constituye el mejor factor nutricional y de protección inmunológica del bebé, quienes evidentemente son más sanos o se recuperan más rápido de las enfermedades que aquellos que son alimentados con fórmula láctea o que su periodo de amamantamiento es menor a los 6 meses.

Además, la lactancia materna es considerada la mejor forma de alimentación natural exclusiva para el recién nacido hasta los 6 meses de edad, siguiendo con la alimentación complementaria más idónea hasta los 2 años, cuando se incorporan otros alimentos específicos para el bebé. Es la mejor alimentación porque la leche materna contiene nutrientes que el bebé no puede generar por sí mismo entre los que se encuentran: la taurina, aminoácido esencial para el desarrollo del sistema nervioso; omega-3, un ácido graso imprescindible de las membranas celulares en nuestro cuerpo, sobre todo en cerebro y retina; carbohidratos digeribles y no digeribles, como los oligosacáridos que ayudan a alimentar y fortalecer a la microbiota (bacterias que viven en el intestino) del bebé y que sirve como barrera defensa. Además de estos nutrientes, la leche materna también transfiere factores inmunitarios, como los anticuerpos; factores tróficos, que permiten el crecimiento de los órganos, así como hormonas, enzimas e incluso células vivas.

Por otra parte, se piensa que el impacto de la leche materna sobre el crecimiento y desarrollo del bebé no es únicamente debido a los elementos presentes en la leche, sino a todo el contexto que involucra la conducta de amamantamiento, pues el bebé recibe una gran cantidad de estímulos por parte de la madre de origen visual, olfativos, auditivos, gustativos y táctiles; por lo que esta conducta sería la principal estimulación temprana que recibe el bebé en los primeros meses, permitiendo un mejor desarrollo de su cerebro y de sus órganos sensoriales. Inclusive, se ha visto que los niños amamantados tienen mayor IQ, un mejor desarrollo del lenguaje y son más sociales que los niños que son alimentados con fórmula láctea.

Además, el beneficio es recíproco, ya que también se han visto efectos positivos en la madre pues en la lactancia, al igual que durante el parto, se libera la hormona llamada oxitocina la cual actúa en diversas estructuras cerebrales involucradas con el ‘sistema de recompensa’, que se encargará de mantener el vínculo afectivo madre-hijo. Esta hormona también bloquea al cortisol, la ‘hormona del estrés’, y modula algunos sistemas de memoria. Se piensa que estos eventos neurbiológicos ocurren con el fin de que la madre tenga mayor sensibilidad hacia el cuidado del bebé, perciba mejor sus necesidades y pueda responder adecuadamente a estas. Algunos estudios han demostrado que, a mayor tiempo de amamantamiento, el sentimiento de seguridad del bebé será mayor, por lo tanto, podemos decir que la lactancia materna no solo benéfica la salud física del bebé, también su salud mental.

Y a pesar de no ser el único factor que influye sobre el bienestar de los individuos, si las m

adres tienen la opción de elegir entre la alimentación natural o artificial en esta etapa tan crítica del desarrollo siempre será mejor la primera, por eso es importante que las personas conozcan y se informen más sobre el impacto de la lactancia materna y el amamantamiento, para que así deje de considerarse como un hecho embarazoso para la propia madre y las sociedades, así que no dudes en compartir esta breve información. 

Evelina Torres García (@eve_tege)

El artículo también está disponible en NeuroBlue Blog

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Licenciada en Biomedicina por la BUAP. Maestra en Ciencias con especialidad en Neurobiología por la UNAM. Candidata a Doctora en Ciencias Biomédicas. Futura usuaria de la Estadística (UV) y divulgadora...