*El gran dilema para sobrevivir: democratización, unidad y aprender a ser oposición
Raúl Torres Salmerón

Trágico y violento fue el principio del PRI y, también, trágico pero sin violencia puede ser el final. El nacimiento del Partido Nacional Revolucionario (PNR) fue en medio de las luchas revolucionarias.

Hoy día tras 89 años de existencia de los cuales la mayoría estuvo en el poder, el PRI, heredero del viejo PNR, se mira en el espejo y la historia lo coloca en el gran dilema: desaparecer como se inició, es decir, convertirse en pequeños partidos estatales al gusto de cada gobernador priísta en los 12 estados que aun gobierna o unirse, aprender la democracia y a ser oposición y eventualmente recuperar el poder.

Aprender de la historia, sería el mejor consejo para los militantes tricolores. Al final de la época porfirista, existían muchos partidos. Aparece en 1900 el Liberal Mexicano con Camilo Arriaga, al que se unieron Ricardo Flores Magón y Antonio Díaz Soto y Gama, que en 1902 se llamó Liberal Constitucionalista.

El Partido Democrático surge en 1909 con los dirigentes Benito Juárez Maza, Manuel Calero y José Peón del Valle; el Reeleccionista es impulsado en 1909 por Rosendo Pineda, Pedro Rincón Gallardo y Emilio Rabasa; el Nacional Democrático se opuso a Ramón Corral como candidato a vicepresidente; el Antirreeleccionista se organiza en 1909 con Francisco I. Madero; el Católico Nacional nace en 1911 y el Nacional Independiente que dirigen Alfonso Cravioto y José Pallares.

La corriente maderista decide liquidar el Partido Antirreeleccionista y crea el Constitucional Progresista. En 1916 irrumpe el Liberal Constitucionalista encabezado por los militares Pablo González y Benjamín G. Hill, quienes postularon a Venustiano Carranza a la Presidencia y en 1920 apoya a Álvaro Obregón.

En 1916 surge el Socialista del Sureste con Carlos Castro Morales y Felipe Carrillo Puerto; el Nacional Cooperativista aparece en 1917 dirigido por Jorge Prieto Laurens y el Socialista Obrero organizado por Luis N. Morones; el Partido Laborista surge en 1919 apoyado por la CROM y por Morones con apoyo del régimen de Plutarco Elías Calles.

El Partido Comunista Mexicano se funda en 1919 dirigido por José Allen, Manuel Díaz Ramírez y Rafael Carrillo, pero es proscrito en 1929. El Nacional Agrarista lo funda Antonio Díaz Soto y Gama en 1920 y en 1922 se une con el Laborista para formar la Confederación Nacional Revolucionaria y arrebata el poder al Partido Liberal Constitucionalista.

La creación del PNR

Cuando llegó al poder Plutarco Elías Calles, el 1º. de septiembre de 1928 dijo en el Congreso de la Unión: “Este templo de la ley parecerá más augusto y ha de satisfacer mejor las necesidades nacionales, cuando estén en estos escaños representadas todas las tendencias y todos los intereses legítimos del país”.

En diciembre encabezó el comité organizador del Partido Nacional Revolucionario, junto con Manuel Pérez Treviño, Aarón Sáenz, Bartolomé García, Manlio Fabio Altamirano, David C. Orozco, Basilio Badillo y Luis L. León. El 5 de enero de 1929 se citó a la convención constituyente, que inició el 1º. de marzo en el Teatro de la República de Querétaro y el día 4 de marzo quedó constituido bajo el lema “Instituciones y Reforma Social”.

El difícil entorno al surgir el PNR

El entorno de la fundación del PNR, al final de la Revolución Mexicana era de pobreza, desgobierno, proliferación de grupos y partidos, sindicatos y militares alzados en armas. El fundador, Plutarco Elías Calles fue secretario de Industria y Comercio con Carranza; Secretario de Guerra con Adolfo de la Huerta y Secretario de Gobernación con Álvaro Obregón.

Calles fue postulado candidato a Presidente por los Partidos Laborista y Nacional Agrarista. Luego de tomar posesión, reordenó el gobierno y sentó las nuevas bases con la aprobación de diversas leyes y tratados internacionales, reformó y modernizó el ejército, en el ramo económico instituyó la Comisión Nacional Bancaria y el Banco de México. Construyó caminos y en su periodo tuvo lugar la guerra cristera.

Antes de fundar el PNR, en el país imperaba el caos: asesinan al general Francisco Serrano y 13 personas en Huitzilac, Morelos; hay sublevaciones militares; el presidente electo Álvaro Obregón es asesinado en julio de 1928. Calles entrega el poder a Emilio Portes Gil en diciembre de 1928 y ese mismo mes celebran la convención fundadora del PNR, en medio de alzamientos militares en Veracruz, Sonora, Coahuila, Nuevo León, Durango, Oaxaca y Sinaloa. Calles fue nombrado secretario de Guerra y restableció la paz en mayo de 1929.

Con el nuevo partido y un gobierno consolidado, manejados en el llamado maximato callista, el país se pacificó y empezó la “dictadura perfecta”, con la fórmula de controlar a los políticos mediante puestos públicos, manejo del presupuesto, hacer negocios, imponer disciplina e institucionalidad.

El 30 de marzo de 1938 se disolvió el PNR y se formó el Partido de la Revolución Mexicana (PRM), con el lema “Por una Democracia de Trabajadores”, cuando era presidenteLázaroCárdenas. El 18 de enero de 1946 surgió el PRI con el lema “Democracia y Justicia Social”, bajo la presidencia de la república de Manuel Ávila Camacho.

Fuera de la presidencia del 2000 al 2012

Entre los años 2000 a 2012, con el ascenso del PAN a la presidencia de la República, muchos firmaron el acta de defunción del PRI, pero Enrique Peña Nieto logró devolverle el poder.

Sin embargo, en el 2018, el priísmo disfrazado como el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), con un auténtico líder encarnado por un ex priísta, Andrés Manuel López Obrador, ha llegado a la presidencia de la República. La mayoría de militantes y simpatizantes morenos tuvo un pasado tricolor. En la elección de julio, el electorado le volvió la espalda al PRI, aunque no son despreciables los 7.6 millones de voto que obtuvo José Antonio Meade.

Actualmente, el PRI podría desaparecer a mediano plazo y convertirse en varios partidos regionales si no existe un verdadero líder que aglutine, que aprendan a ser oposición, que mantengan la unidad en los procesos de elección y que adopten la democracia.

Dependerá en gran parte de los gobernadores de los estados que aun gobiernan el PRI como son Campeche, Coahuila, Colima, Guerrero, Hidalgo, Estado de México, Oaxaca, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tlaxcala, Zacatecas.

Pese al adverso panorama, no será fácil el entierro del PRI, al que muchos le han extendido nuevamente el certificado de defunción. Sigue vivo. Lo que no le perdona el ciudadano es la descarada y costosa corrupción de tantos años.

Hay otra opción muy sencilla, pero difícil de llevar a cabo. Unirse a Morena. Sería el regreso a los viejos postulados y principios del PNR, el PRM y el PRI. Pero, esa, es otra historia.

En fin, como escribió Lope de Vega (España, 1562-1635) en su Soneto V:

¿Qué ceguedad me trajo a tantos daños?
¿Por dónde me llevaron desvaríos,
que no traté mis años como míos,
y traté como propios sus engaños?

¡Oh puerto de mis blancos desengaños,
por donde ya mis juveniles bríos
pasaron como el curso de los ríos
que no los vuelve atrás el de los años!

Hicieron fin mis locos pensamientos:
acomodóse el tiempo a la edad mía,
por ventura en ajenos escarmientos.

Que no temer el fin no es valentía,
donde acaban los gustos en tormentos,
y el curso de los años en un día.

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Abogado egresado de la UNAM. Fue reportero de El Heraldo de México, director de La Voz de Puebla, subdirector y director de El Sol de Puebla, director de Comunicación Social de los alcaldes Jorge Murad,...