Las defensas de la tierra, medioambiente y territorio en México representan un alto riesgo, pues de 2010 a 2016, 33 activistas fueron asesinados, de los que ocho sucesos acontecieron tan solo en los primeros meses del año, informó Brigadas Internacionales de Paz (PBI).
Dicha organización, con presencia en suelo mexicano desde 1999, dio a conocer su informe, iniciando con el asesinato, en enero de este año, de Isidro Baldenegro López, quien fue activista en contra de la tala de árboles en Chihuahua.
PBI advirtió que el escenario para los activistas defensores de la tierra ha empeorado al recordar los 33 asesinatos, situación que, dijo, se ha tornado de este modo debido al ingreso de las empresas extractivistas que buscan privar a las comunidades de sus recursos naturales, e incluso apuntó que algunos proyectos, como los de energía limpia, también han obligado al desplazamiento.
Y es que, las mujeres e indígenas defensoras son un grupo que es objetivo de agresiones y detenciones; asimismo, se informó que las personas defensoras de la tierra son comúnmente estigmatizadas pues incluso se les llega a calificar de “opositores al desarrollo” y se encuentran bajo denuncias de las empresas que desean instalar megaproyectos en sus comunidades.
306 defensores agredidos en 4 años
El documento señala que, en suelo mexicano, del periodo comprendido entre 2012 y 2016, 306 activistas por la tierra sufrieron algún tipo de violación contra sus derechos, por lo que el PBI advirtió que el Mecanismo Federal para la Protección de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas tiene retos en los ámbitos de financiamiento y recursos humanos,
Además de que la publicación tiene por fin llamar al Estado mexicano a cumplir sus obligaciones en materia de protección y acceso a la justicia, se exponen algunas resistencias a proyectos que contravienen un equilibrio en el medio ambiente.
Algunos casos que citan son los de la Sierra Tarahumara, el estado de Oaxaca; la zona carbonífera de Coahuila; el área rica en recursos mineros de Guerrero y la comunidad de San Francisco Xochicuautla en el Estado de México.
También recoge las experiencias de colectivos defensores, que brindan acompañamiento a poblaciones específicas, como también los centros que otorgan consejo jurídico a las personas defensoras.