Después de muchos conflictos y épocas de oro, el PRI ha llegado a su lucha final: quedar en manos de la élite que lo rescató en el 2006, lo llevó a la victoria en el 2012 y lo hundió a un nivel peor que el de 2006 o pasar a una militancia que tendría que construir otro partido para terminar con el caudillismo sexenal.

El debate viene fuerte. El grupo Democracia Interna, cuya cabeza visible es el exgobernador oaxaqueño Ulises Ruiz Ortiz, parte de tres hechos reales de la debacle:

1.- En el 2006 el PRI perdió la presidencia y quedó en tercer sitio legislativo, pero en el 2009 regresó a la primera minoría en la Cámara baja.

2.- Peña Nieto regresó al PRI el poder presidencial y el dominio legislativo en el 2012, pero para llevarlo al 2018 a perder todo.

3.- Y lo más grave: el control de Peña Nieto sobre el PRI llevó a priístas a realinearse en Morena. En la larga crisis 1997-2012 no había un partido similar al PRI; Morena aparece como un placebo priísta en cuanto a proyecto, funcionamiento, liderazgo y discurso y absorbió sin preguntas a priístas desencantados del PRI.

En la campaña presidencial del 2018, señala Democracia Interna, el PRI fue secuestrado por el presidente de la república y su grupo de interés: pero no sólo el candidato, el discurso y el equipo de campaña eran peñistas, sino que el gobierno de Peña Nieto le trasladó sus negativos (80 por ciento) al PRI; por eso el PRI nunca salió del sótano de tercer sitio.

En una entrevista que se transmitirá hoy en “Hablemos de Política con Carlos Ramírez”, en Efekto TV, Ruiz Ortiz define con precisión la ruptura que viene, sobre todo porque el grupo peñista quiere quedarse con los restos del PRI para las elecciones legislativas de medio sexenio y para las elecciones presidenciales del 2024. Para ello, señala, Peña Nieto impuso en candidaturas plurinominales a la élite peñista.

Por lo pronto, Democracia Interna parece ir con todo: “vamos a cerrarle el paso a quienes se quieren apoderar del PRI a través de sus supuestas influencias. Los ex dirigentes surgidos desde la cúpula ya tuvieron su oportunidad y nos dejaron un partido que tuvo que postular a un candidato ciudadano para lavarse la cara manchada de corrupción”. Es la primera vez que desde el fondo del PRI, desde la militancia, se asumen las acusaciones de corrupción contra el gobierno de Peña Nieto que fueron el factor electoral adverso que aprovechó López Obrador.

El estado de ánimo de la militancia priísta es hostil contra el presidente Peña Nieto y su clase política perdedora. El punto de ruptura estará en la próxima asamblea nacional donde los peñistas no sólo estarán en minoría, sino que no podrán ocultar su derrota electoral. En el 2000 Madrazo recogió el PRI de la derrota y en el 2006 fue paradójicamente Peña Nieto, desde la gubernatura mexiquense, quien asumió el liderazgo. Hoy la militancia quiere salvar al PRI… de la debacle de Peña Nieto.

El grupo Democracia Interna ya le puso el cascabel de la rebelión al gato del PRI de Peña Nieto.

Política para dummies: La política es lo que no se ve, pero que está a la vista de todos.

Si yo fuera Maquiavelo: “es preciso que el príncipe tenga una inteligencia capaz de adaptarse a todas las circunstancias, y que no se aparte del bien mientras pueda, pero que en caso de necesidad no titubee en entrar en el mal”.

Sólo para sus ojos:

· Recuerde revisar todos los días el sitio www.seguridadydefensa.mx para enterarse de los juegos geopolíticos de poder.

· Adquiera vía mercado libre el libro La crisis de México… más allá del 2018, de Carlos Ramírez, para entender lo que viene después de las elecciones https://buff.ly/2KeacRi

· Aunque le reconocen apertura, bases priístas reclaman que el candidato José Antonio Meade nunca hizo algo para incorporar a la base militante del partido a la campaña.

· Preocupación en algunos niveles del lopezobradorismo porque vieron como estrategia que el gobierno de Peña Nieto mirara hacia otro lado en los meses de campaña ante la ofensiva del crimen organizado. En esos niveles se cree que la jugada fue dejarle a López Obrador un país tiroteado por los crímenes políticos.

· No hay mucha confianza en el sector privado respecto a López Obrador. Las agresiones de campaña aumentaron el desprestigio de los inversionistas. Por eso es que algunos analistas creen que las grandes inversiones esperarán al segundo año de gobierno.

· Famosas últimas palabras: “se chingaron cabrones, porque quedaron como cucarachas fumigadas”: senadora electa por Morena en Baja California, Alejandra León.

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Periodista desde 1972, Mtro. en Ciencias Políticas (BUAP), autor de la columna “Indicador Político” desde 1990. Director de la Revista Indicador Político. Ha sido profesor universitario y coordinador...