A pesar de que en mayo pasado fue asesinado, por cinco personas, un alumno de la BUAP al interior del Motel Miño, la imagen de los establecimientos dedicados al rubro no ha sido afectada, por lo que el protocolo de seguridad sigue siendo el mismo.
Lo anterior afirmó Gustavo Ponce de León Tobón, director ejecutivo de la Asociación Poblana de Hoteles y Moteles, quien refirió que sus afiliados no se han visto afectados, ya que el homicidio lo realizaron sujetos externos y no personal del lugar.
Explicó que cuando las personas entran al lugar no se sabe qué van a hacer, ya que no pueden tener cámaras al interior de los cuartos.
Aunque, aseguró, se cuenta con un protocolo para saber cómo se comporta el huésped “si está nervioso, tomado o drogado”; además las policías municipal, estatal y federal realizan pláticas exhaustivas, de motel en motel, sobre temas de trata de personas, extorsión telefónica, así como secuestro.
Y es que el 20 de mayo pasado fue hallado el cuerpo de Aldo Islas Todd, estudiante de contaduría de la BUAP, quien llegó voluntariamente al Motel Miño junto con otras cinco personas, dos mujeres y tres hombres, quienes lo asesinaron, para luego abandonar el lugar.
A pesar de que las cámaras del establecimiento captaron cuando las seis personas ingresaron al motel y que sólo salieron los cinco secuestradores, Ponce de León puntualizó que no saben qué ocurre en las habitaciones de los moteles hasta que concluye su tiempo de uso y cuando el personal se los informa.
Por ello, dijo que es “normal” que entren grupos de personas, siempre que avisen en la recepción, ya que existen habitaciones muy grandes para eventos de cinco o seis personas que hacen “despedidas de soltero” y hasta “pillamadas”.