Si la propuesta de Ricardo Anaya con la alianza PAN-PRD no logra pasar el reten de la alianza PRI-PGR-Pinos, entonces el panredismo va a tener en el Senado su única posibilidad de evitar que López Obrador restaure el ancien régime priísta y configurar la transición del régimen autoritario priísta y pronto priísta-morenista a un nuevo equilibrio opositor con cambio de régimen y gobierno de coalición

La pieza de este proyecto de transición la representa Miguel Ángel Mancera, quien desde el proceso de armado de la alianza PAN-PRD definió el gobierno de coalición, la única idea de nuevo régimen ante el intento del PRI de ganar Los Pinos y el posicionamiento neopriísta de López Obrador como jefe de Morena, un partido-Babel formado por ex priístas, ex panistas y ex perredistas.

A lo largo de la campaña López Obrador ha mostrado la reconstrucción del viejo presidencialismo autoritario, centralista y caudillista. El achicamiento del viejo presidencialismo a través de mejores equilibrios democráticos y de organismos constitucionales autónomos sería desandado por López Obrador que quiere gobernar por decreto, desde el poder coercitivo de la presidencia de la república y sin consensos como obligación.

Si López Obrador mantiene su ventaja y gana la presidencia, entonces desde ahora se perfila Mancera como la única posición legislativa que debería encargarse de armar un trabuco legislativo para evitar que López Obrador use su experiencia priísta para construir una nueva zona autoritaria de confort presidencial.

Inclusive, aún en su tercera posición potencial que señalan las encuestas, el PRI estaría casi obligado a pactar con Mancera-PAN-PRD-MC una agenda legislativa para frenar el avasallamiento que prepara López Obrador y para impulsar un proceso primero de contención del populismo lopezobradorista y luego de reformas transicionista y luego para frenar la restauración del viejo priísmo.

La agenda PAN-PRD que permitió la construcción de un frente opositor a finales de 2017 se basó en la gestión de Mancera en el gobierno de Ciudad de México sin haber pertenecido al PRD. Ahora, en el congreso, Mancera tiene la tarea de evitar la jibarización del PRD por la separación de importantes contingentes para ir a engrosar Morena.

Aún sin ser militante, desde el Senado y como legislador del Frente PAN-PRD Mancera tendrá la tarea de definir la nueva posición ideológica del PRD con planteamientos de izquierda moderna, socialdemócrata, alejada al populismo lopezobradorista que no es más que un priísmo echeverrista-lopezportillista.

La tarea legislativa del Frente PAN-PRD debe evitar una mayor fragmentación de partidos en el congreso y oponerse a que Morena, como en los tiempos del PRI, construya una mayoría absoluta con partidos chicos. Al contrario, Mancera sería la única personalidad política que puede encabezar una nueva alianza progresista con los priístas desencantados con el papel mediocre de José Antonio Meade en la campaña.

Por ser la figura con mayor experiencia de gobierno, Mancera tendría que rehacer el PRD para evitar que la falta de liderazgos acelere el éxodo hacia Morena, un partido-Babel que estará atrapado entre los radicalismos anti sistema de Nestora Salgado y el conservadurismo panista del neomorenista Germán Martínez Cázares.

La tarea de Mancera será catapultar a la bancada del Frente hacia la transición a un nuevo régimen con gobierno de coalición.

Política para dummies: La política es la habilidad para perder ganando y ganar perdiendo, o sea ganar-ganar.

Si yo fuera Maquiavelo: “Como a menudo el uso de las leyes no basta, es forzoso recurrir a la fuerza. Un príncipe debe saber entonces comportarse como bestia y como hombre”.

Sólo para sus ojos:

· Recuerde revisar todos los días el sitio www.seguridadydefensa.mx para enterarse de los juegos geopolíticos de poder.

· Antes de votar lea los perfiles de los candidatos a la presidencia en el libro La silla endiablada, de Carlos Ramírez, de venta en las secciones de libros de las tiendas Sanborns en todo el país.

· Un torpedo de Ricardo Anaya dio en la línea de flotación del porcentaje electoral de López Obrador con la revelación de contratos sin licitación a la empresa del constructor José María Rioboó, quien luego quiso participar en licitaciones del nuevo aeropuerto, perdió, se llevó información confidencial y ahora asesora al candidato de Morena en contra del aeropuerto.

· Famosas últimas palabras: “¡Cerdo!”, grito de José Ramón López Beltrán contra Ricardo Anaya en el aeropuerto de Mérida, al día siguiente del debate.

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Periodista desde 1972, Mtro. en Ciencias Políticas (BUAP), autor de la columna “Indicador Político” desde 1990. Director de la Revista Indicador Político. Ha sido profesor universitario y coordinador...