La CNDH señaló que, en 2016, el 20 por ciento de adultos de 60 años o más fue víctima de algún delito y que la violencia contra las mujeres mayores se mantiene en 56.6 por ciento, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Lo anterior, en el marco de un evento por el Día Mundial de Toma de Conciencia de Abuso y Maltrato en la Vejez –15 de junio–, donde la CNDH exhortó al gobierno que ratifique la Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores e implemente medidas que incluyan la perspectiva de género.
Y es que, refirió que el Consejo Nacional de Población (Conapo) registró que en 2017 había 12 millones 973 mil personas de 60 o más años, 53.9 por ciento mujeres y 46.1 hombres, pero para el año 2050 serán casi 32 millones 222 mil, por lo que indicó que se deben generar las condiciones para que todas ellas disfruten de salud, seguridad e integración.
La Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV) evidenció que entre 2010 y 2015, dos millones 549 mil personas fueron víctimas de violencia sexual, de las que 7.1 por ciento eran adultos mayores; en tanto, la Encuesta Nacional de Envejecimiento de la UNAM del 2015 subrayó que la violencia contra ese grupo es principalmente ejercida por los familiares cercanos.
Factores socioculturales aumentan violencia
La Organización Mundial de la Salud (OMS) destacó que hay factores socioculturales que aumentan el riesgo de violencia, entre ellos, considerar que son frágiles, el debilitamiento de los vínculos entre las generaciones familiares, los sistemas de sucesión del patrimonio, y la migración de los integrantes jóvenes que abandonan a sus mayores.
Asimismo, la calidad de la atención sanitaria, de los servicios sociales y los centros de asistencia social que brindan alojamiento temporal o permanente a las personas mayores, inciden en la mayor o menor probabilidad de que sean víctimas de exclusión, violencia o conductas negligentes.
Por lo anterior, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) pidió a las autoridades y a la sociedad a unir esfuerzos para erradicar la violencia contra las personas mayores, la cual a veces es imperceptible o tolerada, y que se refleja en lesiones físicas, secuelas psicológicas a largo plazo, abandono, aislamiento, disminución en la calidad de vida, e incluso, la muerte
Editado por Diana Lizeth Pérez Morales