Cuarta y última parte

¿Se puede lograr la autosuficiencia alimentaria a nivel local para la población rural y la soberanía alimentaria del país? La respuesta es sí.

Veamos algunos datos. En México se siembran alrededor de 7.5 millones de hectáreas de maíz. De éstas, 82% se siembra bajo condiciones de temporal con un rendimiento promedio de 2,4 toneladas por hectárea, que generan un volumen de producción de 14 millones de toneladas por año. Resalta que el rendimiento de maíz de temporal en 35 años (1980 a 2014) creció apenas 660 Kg, 0.82 por ciento en promedio anual, insuficiente para garantizar la autosuficiencia alimentaria a nivel local y la soberanía alimentaria de México.

Estos bajos rendimientos han derivado en mayor importación de maíz amarillo de los Estados Unidos de Norteamérica, que actualmente representa 12 millones de toneladas.

Se trata de un maíz de baja calidad nutricional, originando mayor obesidad y desnutrición.

En México no hay registro de cuántas hectáreas se siembran como milpa, pero de acuerdo con algunos cálculos que hemos realizado existen cerca de 4 millones de hectáreas que producen al año aproximadamente 8 millones de toneladas de maíz.

La milpa exige un modelo tecnológico ad hoc que se corresponda con las condiciones generales y concretas que influyen en su manejo a nivel local. El Modelo Productor Innovador (MP-I), es un patrón tecnológico que no es ajeno a la forma de manejo de la milpa ni a la forma de vida de los milperos a nivel local.

Si se identifica, transfiere y mejora el MP-I se podría llegar a producir, en un periodo no mayor a 10 años, entre 16 y 20 millones de toneladas de maíz en los cuatro millones de hectáreas. Esta cantidad, sumada a otros 20 millones de toneladas de maíz al año que pueden producir los 3.5 millones de hectáreas que restan y que son sembradas bajo condiciones de riego y de buen temporal, serían suficientes para que México pueda conseguir la autosuficiencia alimentaria de las familias rurales y la soberanía alimentaria del país.

Además, en la milpa, junto con el maíz se cosecha frijol, chile, pepita de calabaza, alaches, chipiles, amomoles, papaloquelite, verdolagas, etcétera, alimentos nutritivos que forman parte de la dieta habitual de las familias campesinas.

Un nuevo régimen político, encabezado por AMLO, que se ha planteado realizar la 4ª transformación histórica en México, debe de alentar el diseño y ejecución de políticas públicas que tengan como meta garantizar el derecho a alimentación de los productores más pobres, mediante la implementación de programas agrícolas que promuevan una relación armónica entre sociedad-naturaleza y campo-ciudad. Al respecto el Modelo Productor-Innovador (MP-I) plantea:

1. Crear faros agroecológicos que operarán como vitrinas tecnológicas para escalar y, a la vez, mejorar el MP-I, para incrementar la productividad, la sostenibilidad y la captura de gases efecto invernadero (GEI).

2. El deterioro de la sinergia agricultura-ganadería y la pérdida de estiércol en el campo, es una gran oportunidad para alentar el uso de desechos orgánicos generados en la ciudad como abonos. Según el Sistema Nacional de Información Ambiental y de Recursos Naturales, en México se generan más de 20 millones de toneladas de basura orgánica, que pueden producir más de 10 millones de toneladas de composta.

Se plantea que esta composta, elaborada por microempresa, sea adquirida con recursos públicos para ser otorgada a los milperos y devolverla al suelo agrícola, y de esta forma potenciar aún más la producción de granos, mitigar el cambio climático y atacar las causas estructurales de la separación campo-ciudad, que dio origen a la primera gran ruptura del metabolismo sociedad-naturaleza. Además, como Marx destaca, se atacarían de raíz el origen primario del trabajo alienado que convirtió a la naturaleza en algo extraño al hombre, en un “mundo ajeno”, “hostilmente contrapuesto al trabajador”.

3. La fabricación de compostas sería una importante cadena productiva para crear miles de empleos en el campo y la ciudad que atacaría las causas estructurales de la inseguridad y violencia que hay en el campo, así como el de la migración campo-ciudad. A la par, eliminaría algunos problemas que produce la basura orgánica en las ciudades: generación de metano (GEI 25 veces más potente que el dióxido de carbono), taponamiento de drenajes, inundaciones, problemas de salud pública y contaminación ambiental y de ríos.

Para evaluar el manejo de la milpa y para diseñar/ejecutar el MP-I, se propone que las diversas universidades del país que están formando cuadros técnicos afines a la agroecología, involucren a estudiantes como prestadores de servicio social y tesistas; de este modo, la aplicación de este programa agrícola, no resultaría oneroso para los contribuyentes mexicanos.

Se trata de una alternativa posibilista ya que desde el punto de vista:

a) Científico, se cuenta con una metodología para evaluar el uso de tecnologías aplicadas en el manejo del maíz y para identificar a los maiceros eficientes y su patrón tecnológico.

b) Técnico, la mayoría de los maiceros de temporal conocen el manejo de la milpa.

c) Económico, la aplicación del MP-I es más económico, respecto a la siembra del monocultivo del maíz.

d) Sociocultural, los maiceros tienen condiciones de vida y culturales similares. En síntesis, el MP-I debe ser considerado dentro del “Plan de Ayala del Siglo XXI”, como una fuerza productiva sobrada de posibilidades técnicas para: potenciar la productividad de los milperos y producir maíz de mayor calidad nutritiva que el importado; promover la colaboración entre naturaleza-sociedad y campo-ciudad; crear empleos; retener mayor cantidad de suelo y agua; reducir la contaminación ambiental y los problemas de salud; atenuar el cambio climático; abatir la insuficiencia alimentaria y el hambre en el campo; y colocar al país a la vanguardia para alcanzar los objetivos expuestos por la ONU en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, tales como la protección de los derechos humanos y los del planeta y de la naturaleza.

* Extracto de mi ponencia que expondría en el 2º Simposio Internacional de Agroecología, organizado por la #UNFAO.

Aquí la tercera parte del artículo: http://www.angulo7.com.mx/2018/05/21/milpa-agroecologia-proyecto-vida/

*Las opiniones expresadas en esta sección son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan necesariamente la línea editorial del portal de noticias Ángulo 7.

Miguel Ángel Damián Huato es profesor-investigador del Centro de Agroecología del Instituto de Ciencias de la BUAP. Fue Premio Estatal de Ciencia y Tecnología 2011 y es miembro del Sistema Nacional...