PrimerPlano-LoQueDicenLasColumnasDe-Mexico

Agarrón de Videgaray y Guajardo

Raymundo Riva Palacio en su columna Estrictamente Personal, publicada en El Financiero, indica que el establo político del presidente Enrique Peña Nieto está en llamas. Sus dos negociadores en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, los secretarios de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray, y de Economía, Ildefonso Guajardo, están confrontados. El primero quiere que salga el acuerdo, por encima de qué tanto perjudica a México; el segundo quiere el mayor beneficio para México, aunque se lleve más tiempo. No es nuevo que echen chispas. Lo que es inédito es que su pleito trascendió al despacho presidencial y se fue directo a la mesa de negociación en Washington. “Es sumamente difícil llegar a un acuerdo con México porque parece haber una división importante entre quienes quieren alcanzar un acuerdo y quien no”, dijo un funcionario estadounidense al periódico The Wall Street Journal.

El conflicto entre Videgaray y Guajardo debe ser tan intenso y notorio, que los negociadores estadounidenses decidieron airearlo en la opinión pública a través del Journal, para buscar reencauzar la negociación. “Una y otra vez los funcionarios mexicanos han dicho que están interesados en un acuerdo, y entonces retroceden”, agregó la fuente del diario financiero neoyorquino. El periódico deja entrever con quién se quieren aliar en aquél país, tanto en el gobierno como en el sector empresarial: Videgaray. A Guajardo lo calificaron de ser la pieza “intransigente” en la negociación y quien, por tanto, es el que ha provocado que no avance la negociación.

La publicación en el periódico neoyorquino confirma las informaciones en la prensa mexicana sobre este viejo diferendo entre los dos secretarios. Guajardo siempre había reconocido la jerarquía de Videgaray, empoderado así por el presidente Peña Nieto, hasta que llegó el momento en donde no era el equilibrio de poder interno lo prioritario, sino el juicio histórico que tendría que enfrentar cuando se analice cómo se renegoció el acuerdo comercial. El secretario de Economía no ha ocultado nunca su intención sobre qué tipo de tratado quiere. Si no entraba al Congreso de Estados Unidos por la vía del fast track para aprobarse antes de sus elecciones legislativas en noviembre, sería porque lo planteado perjudicaba los intereses mexicanos.

El diferendo está en las reglas de origen, donde Estados Unidos quiere que 70 por ciento de los componentes para la industria automotriz sean fabricados en regiones del TLCAN donde los salarios mínimos son de 16 dólares por hora. Lo que se puede colegir de la información en medios estadounidenses y canadienses, es que México, en voz de Videgaray, aceptó los términos impuestos por la Casa Blanca. Pero Guajardo ha dicho que no, porque ceder afectaría significativamente a la industria automotriz mexicana, quizás hasta en 40 por ciento. A esto se refiere el Journal. Mientras Videgaray acuerda con el asesor y yerno del presidente Donald Trump, Jared Kushner, las concesiones mexicanas, Guajardo le dice al negociador en jefe estadounidense, Robert Lighthizer, que eso no va a pasar.

La revelación del periódico dice mucho más, aunque no se percató el corresponsal del diario. En México, el diferendo ya había sido ganado por Guajardo, y convenció al presidente Peña Nieto que lo mejor que podía hacer era una buena negociación y no una entrega de concesiones que tendría repercusiones negativas en la industria mexicana. Personas que han hablado con Peña Nieto en las últimas semanas han comentado que el presidente da la impresión de haber asimilado que el TLCAN no va a ser aprobado durante lo que resta de su sexenio y tendrá que ser concluido el proceso por el próximo presidente. La prisa por firmarlo no es de él, sino de Videgaray. La pregunta entonces es si Videgaray decidió actuar por sí solo, sin tener la aprobación clara del presidente, para que saque el acuerdo a costa de lo que sea.

Aquí la columna completa

La fuerza de cada candidato en los estados

Leo Zuckermann en su columna Juegos de poder, publicada en Excélsior, señala que si las elecciones presidenciales fueran el día de hoy, López Obrador arrasaría en Tabasco, Chiapas, Ciudad de México, Quintana Roo, Nayarit, Guerrero, Oaxaca, Tlaxcala, Morelos, Campeche e Hidalgo. Con gran probabilidad se llevaría Baja California Sur, Puebla, Veracruz, Baja California, Colima, Sinaloa, Zacatecas y el Estado de México. Tendría una lucha apretada por ganar en Sonora, Michoacán, Chihuahua, San Luis Potosí, Durango, Nuevo León, Tamaulipas y Querétaro. Prácticamente estaría empatado con Anaya en Aguascalientes. La fuerza de AMLO es impresionante: podría llevarse nada menos que 28 de las 32 entidades del país.

Por su parte, Ricardo Anaya sólo arrasaría en Guanajuato y con toda probabilidad se llevaría Jalisco. Le pelearía el primer lugar a López Obrador, con un poco de ventaja, en Yucatán y Coahuila. Cuatro de 32 estados.

Lo de Meade es tristísimo: no ganaría en ni una sola entidad de la República.

Saco estos datos de un nuevo estudio de Javier Márquez, “La elección presidencial en los estados”, publicado a partir de ayer en oraculus.mx, sitio especializado en elecciones en México. Javier, creador del Modelo Poll of Polls de la página mencionada, ha metido un nuevo gol.

Como bien explica en su introducción, hay un número considerable de encuestas a nivel nacional que miden las intenciones de voto de la elección presidencial, pero pocas, por lo menos, públicas, a nivel estatal. Para subsanar esta carencia, Márquez tomó varias encuestas nacionales de ocho casas encuestadoras (Buendía&Laredo, Consulta-Mitofsky, GEA-ISA, Ipsos, Parametría, Mercaei, Reforma y Varela & Asociados) de tal suerte que pudo agregar un total de 15 mil 881 entrevistas levantadas entre enero y abril de este año. Luego estimó la intención de voto en cada estado por medio de un “modelo estadístico denominado regresión multinivel y postestratificación”. La metodología, que incluyó varios ajustes estadísticos, se explica con detalle en oraculus.mx.

Aquí la columna completa

¿Meade y AMLO, negociación en puerta?

La columna Bajo Reserva, publicada en El Universal, indica que nos cuentan que en el vuelo de Tijuana a la Ciudad de México en el que coincidieron el lunes pasado varios políticos como el candidato presidencial de la coalición Por México al Frente, Ricardo Anaya, el priísta Manlio Fabio Beltrones y la presidenta de Morena, Yeidckol Polevnsky, se dio un encuentro muy interesante. Doña Yeidckol, nos dicen, conversó brevemente con Dionisio Meade, papá del abanderado presidencial del PRI, José Antonio Meade, y le dijo que ojalá y pronto se puedan reunir. La pregunta que se hacen quienes escucharon a la morenista es qué asuntos tendrán que tratar ambos personajes ¿Algún acuerdo en puerta antes de la elección del primero de julio?

Las vacaciones de Andrés Manuel

El candidato presidencial de la coalición que encabeza Morena, Andrés Manuel López Obrador, ha advertido a su equipo de trabajo que solamente tendrán un día de vacaciones. Nos dicen que don Andrés, quien ya da como un hecho que ganará las elecciones, les ha dicho a sus cercanos que sólo podrán descansar el día 2 de julio, pues a partir del 3 iniciará una gira por todo el país. AMLO asegura que uno de los objetivos será reunirse con empresarios para llevarles el plan de becas y trabajo temporal para jóvenes.

Aquí la columna completa