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Usan bodega del Capcee para imprimir propaganda del PRD

Rodolfo Ruiz en su columna La Corte de los Milagros, publicada en E-consulta, señala que un funcionario que ya de por sí está emproblemado por la denuncia de extorsión y amenazas que le presentó un proveedor, al que muy pronto se le podría complicar aún más su permanencia en el Comité Administrador Poblano para la Construcción de Espacios Educativos (Capcee) es Gustavo Guzmán Fernández.

El encargado de despacho del Capcee y sustituto de Jorge Benítez Cruz Bermúdez en esta dependencia, a raíz del nombramiento de éste como presidente del Comité Ejecutivo Estatal del PRD, tendrá que explicar algo que parecería inaudito sino fuera por las imágenes proporcionadas a este espacio.

La impresión de propaganda del PRD en el almacén del Capcee ubicado en la colonia Santa Cruz Buena Vista. Como el lector podrá apreciar, en esta bodega existe un plotter de impresión del que salen banderas en papel y carteles en vinil con los colores y emblema del Partido de la Revolución Democrática.

El almacén del Capcee se localiza en Calzada La Loma número 3521 de la colonia Santa Cruz Buena Vista, en el municipio de San Andrés Cholula. El lugar está vigilado por al menos tres policías auxiliares, uno en la puerta principal y dos en la bodega que se ubica a un costado.

El equipo de impresión, el plotter, con el que se han producido miles banderas de papel y lonas de vinil del PRD —y que por cierto se facturan al Comité Ejecutivo Estatal de este partido— está o estuvo instalado, como lo muestran las fotos dentro de la bodega del Capcee.

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“Ricky Riquín Canallín”, la historia del segundo debate presidencial resumida en tres palabras

Jorge Rodríguez en su columna A Puerta Cerrada, publicada en El Sol de Puebla, indica que una vez más, aquellos operadores y estrategas partidistas que esperaban la realización del segundo debate presidencial para modificar tendencias electorales en el estado, sobre todo a favor del PRI y en contra del Movimiento Regeneración Nacional, se han visto frustrados.

Que los cuatro candidatos a la Presidencia de la República discutieran desde Tijuana temas como los derechos de los migrantes, el comercio, la inversión y la seguridad fronteriza no parece que vaya a ser el punto de quiebre en la campaña de José Antonio Meade, el abanderado del PRI al que se le define como una “buena persona” pero que no encuentra la forma de escalar al segundo lugar de las preferencias por culpas propias y del grupo al que representa.

Por más que los priistas de Puebla digan lo contrario en redes sociales, el segundo debate no trajo ese “nuevo Meade” que les prometieron desde el arranque de campaña y que, se supone, tendría las cualidades para superar en el corto plazo al panista Ricardo Anaya Cortés.

Meade se mostró más seguro y fue más fluido en este encuentro que en el anterior, realizado el 22 de abril, pero lució todavía lejano del perfil que requeriría para competir con posibilidades reales de triunfo.

El segundo debate presidencial fue prácticamente una calca del primero, pero menos profundo, menos consistente en propuestas y menos entretenido.

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Un debate de primaria

Enrique Núñez en su columna Contracara, publicada en Intolerancia Diario, señala que sin temor a equivocarme, si el día de ayer sentamos a un grupo de personas que no conocieran las circunstancias electorales y únicamente los pusiéramos a ver el debate, seguramente evaluarían a los candidatos de manera inversa a lo que hoy dictan las encuestas sobre el comportamiento preelectoral.

En un símil escolar, en el debate presidencial de ayer vimos al rebelde, al repetidor, al aplicado y al listo de la clase.

Y aunque sobra explicar quién es quién de los cuatro candidatos, dedicaré este espacio para detallarlo.

El Bronco es el clásico rebelde sin causa. Un dolor de cabeza para sus compañeros, dicharachero, indisciplinado, pero siempre echado pa’delante. Y sobre todo, con la claridad de que con un 6 es más feliz que los demás. El panzazo no es un problema para él.

La poca o nula capacidad para debatir de Andrés Manuel López Obrador volvió a ser evidente. Es evidente que no es un hombre al que le guste estudiar y prepararse y que tras 18 años de campaña, su repetitivo discurso se ha convertido en un vetusto machote que lo mismo utiliza en un mitin con simpatizantes, que lo retoma ante empresarios, banqueros, migrantes y en el debate.

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AMLO ganó el debate en las redes sociales; acaparó el 40% de las tendencias

Fermín Alejandro García en su columna Cuitlatlán, publicada en La Jornada de Oriente, indica que Andrés Manuel López Obrador pasó anoche de manera exitosa, airosa, dos de tres aduanas para ganar la elección del 1 de julio, pues a la medianoche de ayer los números en las redes sociales lo colocaban como el contendiente más destacado del debate presidencial: tres de sus conceptos, entre ellos el de “Ricky Riquín, canallín”, dominaron entre 35 y 40 por ciento de las conversaciones que generaron alrededor de 3 millones de usuarios de Facebook.

Una hora después de que concluyó el segundo debate presidencial, realizado en las instalaciones de la Universidad Autónoma de Baja California, en la ciudad de Tijuana, las mediciones disponibles eran las siguientes:

Se estima que hubo entre 2.5 millones y 3 millones de usuarios en Facebook dando seguimiento al debate. Estos cibernautas generaron entre 10 y 11 millones de conversaciones, de las cuales en un poco más de un tercio, los temas dominantes fueron los que colocó el candidato de la coalición “Juntos Hagamos Historia”.

Entre 3.5 millones y 4 millones de conversaciones en redes sociales estuvieron motivadas por tres freses:

Tan solo la de “Ricky Riquín, canallín”, a eso de las 11 de la noche con 45 minutos del domingo, tenía 1.3 millones de reproducciones. Esa fue la frase con la cual Andrés Manuel López Obrador atacó al candidato panista Ricardo Anaya Cortés, en alusión a su supuesto enriquecimiento inexplicable y a que inventa datos para atacar a sus adversarios.

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La estafa universitaria

Alejandro Mondragón en su columna Al Portador, publicada en Status Puebla, señala que el próximo sexenio si no es el yugo morenovallista con Martha Érika Alonso, será la cárcel para la administración que encabeza Alfonso Esparza en la BUAP con Luis Miguel Barbosa.

Y es que nadie podrá justificar los millones que se han entregado a empresas para facturar “producciones varias”, “diplomados” y “cursos culturales”, por los que se pagaron millones de las arcas universitarias.

Por ejemplo, a un Corporativo CECA SA de CV con RFC CCE101130T77, ubicado en la 39 poniente 3515, piso 5, en Las Animas, le entregaron un millón 903 mil 005 pesos con 52 centavos en abril del 2014.

O el caso de Forum Capelli SA de CV con RFC FCA120118A18, con sede en la 66 poniente 1921, colonia La Loma, por “producciones varias” le pagaron un millón 788 mil 229 pesos con 64 centavos.

Está clara la compra de facturas para saquear las arcas universitarias. Se habla del pago del 8 por ciento en comisión por “servicios o insumos” que carecen de testigos.

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De cómo Morena valoró Puebla

Valentín Varillas en su columna La Tempestad, publicada en Status Puebla, indica que 12, fue el número mágico que colocó a Puebla como prioridad en el presupuesto electoral del Movimiento de Regeneración Nacional.

Son los puntos que -de acuerdo a la información interna con la que el partido define estrategias y toma decisiones- lleva de ventaja en la lucha por el gobierno estatal.

A la par, los mismos sondeos muestran que aquí, Andrés Manuel tiene un potencial de votos del 38%, lo que convierte a Puebla en la segunda entidad federativa qué más porcentaje de sufragios puede sumar a su proyecto presidencial, únicamente por debajo de Morelos.

Así como lo lee.

Las cifras, sin duda, coinciden con las que se manejan en el búnker moranovallista, ya que fueron el detonante principal de la intenta madriza mediática en contra de Luis Miguel Barbosa.

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Anaya Canallín: la risa como el arma fundamental de debate

Arturo Rueda en su columna Tiempos de Nigromante, publicada en Diario Cambio, señala que el momento queda para la historia: Ricardo Anaya se acerca a Andrés Manuel López Obrador en estilo bully, intimidante, para reclamarle algo de la inversión extrajera. Seguro el panista lo ensayó muchas veces. Pero el tabasqueño lo desarma con el recurso de la risa. Se saca la cartera del bolsillo y la protege entre sus brazos. “Voy a cuidar la cartera… no te acerques mucho”.

El país estalló en risas. Simplemente glorioso. El video de ese momento recorre con furia las redes sociales pues ese, el irónico, es el AMLO que estuvo ausente en el primer debate y todos esperaban en el segundo.

No falló el tabasqueño, que volvió a aplicársela al panista. Primero lo abofeteó con la portada de su libro fake. Luego, en medio de la polémica por la estancia de sus hijos en Atlanta, lo apodó ‘Ricky Rickyn… Canallín’. El país volvió a estallar en risas. Para terminar, le llevó la revista Proceso donde un excelente reportaje de Álvaro Delgado da cuenta de las finanzas oscuras del queretano y su esposa.

Probablemente Anaya tuvo razón cuando le dijo al tabasqueño que el problema no era su edad, sino lo viejo de sus ideas. Que el problema no era que no supiera hablar inglés, sino que no entendía cómo funcionaba el mundo. En muchos momentos López Obrador se vio así. Repetitivo y aferrado a sus concepciones del mundo.

El problema para Anaya es que, precisamente, así como millones de mexicanos. No entienden cómo funciona el mundo globalizado. No hablan inglés. Son aferrados a sus concepciones tradicionales. Estos mexicanos se sienten más cercanos a López Obrador que a Anaya, quien imposta conocer el mundo, habla inglés a la perfección y por su extremo pragmatismo es capaz de cambiar de ideas con rapidez.

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Breviario de los Chairos en las Redes Sociales (Primera Parte)

Mario Alberto Mejía en su columna La Quinta Columna, publicada en 24 Horas Puebla, indica que de pronto aparecieron en las redes sociales.

Combativos, delirantes, magnificados en sus faltas de ortografía.

Son los “chairos”.

El Colegio de México los define bien:

“Persona que defiende causas sociales y políticas en contra de las ideologías de la derecha, pero a la que se atribuye falta de compromiso verdadero con lo que dice defender; persona que se autosatisface con sus actitudes”.

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