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Cartas a Gracia

Me asombra tu vitalidad, Gracia. No sólo te desempeñas frente a grupo y tienes que dedicarle tu atención a un número importante de niñas y niños con los que convives diariamente. Encima, te das tiempo para tomar todos los talleres de actualización profesional en línea que imparte la SEP y aceptas invitaciones para impartir algunas conferencias de género o de inclusión, a pesar de lo cansado que resulta viajar sábados y domingos para reintegrarte a la docencia los lunes muy de mañana. Tu formación académica y tu compromiso con la educación da para eso y más; pero, por si fuera poco, te das tiempo para visitar el museo Tamayo, el de Arte Moderno y el Jardín Botánico del Bosque de Chapultepec. Las fotografías que me compartes -vía Twitter- constituyen la evidencia; similar el papeleo, sin razón, que las autoridades educativas le exigen a las maestras y a los maestros, pese a incumplir la promesa nuñista, de limitar el poder de la burocracia educativa y eliminar al papeleo inútil a que se somete al personal docente, pero que, en tu caso, muestran el bagaje cultural del que disfrutan los chilangos: las obras de Cerith Wyn Evans en el Museo Tamayo; las pinturas de Leonora Carrington en el Museo de Arte Moderno; las fotografías de las majestuosas bromelías y de las orquídeas del jardín botánico. Acepto la sugerencia y pronto visitaré tan importantes espacios.

Resulta interesante -y pondría la palabra interesante entre comillas-, Gracia, que quienes se asumen como los poseedores de la verdad absoluta, los “únicos” interesados en defender la educación de calidad que debería impartirse a las niñas y a los niños y adolescentes; los representantes de la sociedad civil que nadie ha “elegido” para arrogarse esa responsabilidad, interroguen a los candidatos de las diferentes fuerzas políticas sobre el futuro de la educación y el devenir profesional de maestras y maestros, tus compañeras y compañeros, sin tomarlos en consideración.

Ironías de la vida, Gracia, que los representantes de las “más de 100 organizaciones civiles” convocantes, busquen lograr un “consenso en el avance de la transformación educativa”, entre quienes suspiran por la titularidad del ejecutivo federal 2018-2024 y que los cuestionantes, den por hecho que en las escuelas de educación obligatoria ya se aplica un nuevo modelo curricular previsto para instrumentarse -si bien nos va- en el ciclo escolar 2018 -2019. Inquieren, Gracia, sobre cuestiones que el personal docente, las instituciones y el sistema educativo deben realizar; vinculadas al logro de algunos derechos humanos de niñas, niños y adolescentes (aún aspiracionales) que muchas maestras y maestros comparten y que han demandado cotidianamente, pero que en la realidad, a pesar de 5 años de reforma educativa, no pasan de ser tan sólo una promesa de las autoridades -incluidas las educativas-. ¿Quién podría negarse a que niñas, niños y adolescentes aprendan un segundo y tercer idiomas adicionales -sin ser necesariamente el inglés- y dominen las nuevas tecnologías de la información? Al parecer nadie, Gracia. Aunque especialistas de la lengua expliciten que sería prioritario enseñar uso correcto del español y de las lenguas originarias, sin desechar un aprendizaje adicional. De la misma manera, Gracia, quienes como tú desempeñan su labor en una institución educativa, siempre nos recuerdan que, a pesar de los estipulado en los planes gubernamentales, muchas escuelas -muchísimas- carecen de energía eléctrica, equipo de cómputo y acceso a la señal de WiFi -Internet- que permita atender las necesidades educativas de alumnas y alumnos en este campo.

Empero, Gracia, a pesar del secuestro de la agenda educativa por parte de las organizaciones empresariales, de los foros organizados y de los compromisos adoptados por quienes con al carácter de candidatos, asistieran al evento realizado el 8 de mayo; coincido con ustedes: reforma educativa que no se concreta en la escuela, es pura demagogia. Cierto, va más allá de las declaraciones y de las promesas. Una reforma educativa requiere de un amplio consenso social -incluido el de quién tendrá que operarlo-, de quienes tienen la tutela o la patria potestad de niñas, niños y adolescentes y de los mismos interesados. Sin embargo, tu opinión es razonable, Gracia. Nada se podría lograr a pesar de la voluntad política que adoptara quien resulte ganador de la contienda, si no se concilian voluntades entre inquisidores y quienes fueran señalados como responsables por los malos resultados que niñas, niños y de los adolescentes en diversas pruebas nacionales e internacionales y, para lograrlo, se restituyen los derechos humanos y laborales de quienes fueron condenados a la perdida de la estabilidad laboral que les otorgaba el derecho social mexicano.

Pasando a otro rubro, Gracia, Mexicanos Primero y asociados no descubren nada nuevo cuando plantean la transformación de las escuelas formadoras de docentes -escuelas normales, la Universidad Pedagógica Nacional y otras que se dedican a la formación inicial-. Su enemiga favorita, Elba Esther Gordillo Morales, habría planteado hace algunos años, un “asalto” a las universidades. Reconocía que los maestros aprendían la forma de enseñar en las escuelas normales pero –señalaba- que habría llegado el momento para que las y los docentes se hicieran del conocimiento científico y se fortalecieran académicamente asistiendo a las Instituciones de Educación Superior.

El qué enseñar y el cómo enseñarlo se “concreta” en las escuelas, Gracia. Las maestras y maestros de los diferentes grados escolares requieren una mejor organización escolar que incluya la especialización de quienes se encuentran frente a grupo, acabando con los maestros todólogos -incluso en la escuela primaria-. Demanda que todas las escuelas cuenten con la infraestructura física -incluidos materiales educativos, talleres y laboratorios, rampas, contactos, mesabancos-, sin recurrir a deudas que comprometen por 25 años los recurso del Fondo de Aportaciones Múltiples. Exige contar con el presupuesto suficiente y en tiempo que evite que madres y padres de familia sostengan el gasto corriente de las escuelas –pago de agua y luz entre otros servicios- bajo la figura soterrada de aportaciones voluntarias, que se convierten en cuotas obligatorias. Te reitero, coincido con la opinión que vierten maestras y maestros: reforma educativa que no se concreta en la escuela, “es pura demagogia”.

*Las opiniones expresadas en esta sección son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan necesariamente la línea editorial del portal de noticias Ángulo 7.

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