Si en el fondo Andrés Manuel López Obrador sueña con reconstruir el populismo de Lázaro Cárdenas, la falta de una base social de clase y la existencia de un empresariado fuera del sistema político priísta lo llevará a conformarse con los breves populismos de gasto público de Echeverría y López Portillo.

Los empresarios fueron dominados por la autoridad del Estado cardenista en 1936 cuando el presidente Cárdenas apoyó huelgas para mayores beneficios laborales y los empresarios de Monterrey escalaron confrontación, hasta que Cárdenas fue la capital de Nuevo León a fijar las reglas del juego: el Estado rige, el gobierno representa al Estado y los empresarios que no acepten esas reglas pueden entregarles las empresas a sus trabajadores.

La diferencia entre las confrontaciones de López Obrador con las cúpulas empresariales y las que existieron contra los gobiernos de Cárdenas, López Mateos, Echeverría y López Portillo se localiza en que hoy no existe clase proletaria, en tanto que los empresarios operan como clase dominante al margen del sistema político priísta.

Asimismo, Cárdenas tenía un diseño de Estado dominante y con capacidad de gestión de poder vía la clase obrera para imponerse como rector del desarrollo. Hoy, en cambio, ese Estado no existe porque lo destruyó el neoliberalismo de capitalismo salvaje de Carlos Salinas de Gortari, el sistema político priísta perdió el control de la lucha de clases en su interior por la disolución de la clase trabajadora, la clase empresarial declaró su autonomía y la élite gobernante se quedó sin masas conductoras de la hegemonía priísta.

El lumpen o masa de desclasados de López Obrador es numerosa y estridente, pero no participa en la lucha de clases que define, en la dialéctica de la lucha en el modo de producción, la dominación de clase y por tanto tampoco sirve para intimidar al capital. Por eso López Obrador ha acudido al insulto autoritario como sucedáneo del poder estatal.

La liquidación del Estado como poder, fuerza y autoridad (Passerin d´Entreves) derivada del control de las fuerzas de producción dentro del partido de Estado fue realizada por Salinas de Gortari y su neoliberalismo: el poder autónomo del Estado, liquidando su representación social y de clase. Hoy se ve a los empresarios como clase fuera del control del Estado. El Estado salinista actual es sólo un aparato administrador de asignaciones presupuestales.

Los empresarios liquidaron la economía mixta como estructura del Estado priísta después de la expropiación de la banca en 1982 al pasar de su función leal dentro del sistema priísta a una autonomía como base de la alianza con el PAN para la alternancia en el poder. Al perder el PAN su representación empresarial, los empresarios optaron también por el poder autónomo sobre el Estado. Por eso en esta campaña la clase empresarial busca dominar a los candidatos y sus partidos.

López Obrador anda en busca de la fijación de un espacio de poder del Estado, pero no tiene de un partido de clases y carece de clases obrera, campesina y popular como Cárdenas. Sin clases productivas fuertes dentro del Estado vía un partido de clases, López Obrador terminará derrotado como López Mateos, Echeverría y López Portillo, ahogándose en su propio autoritarismo sin base partidista.

Política para dummies: La política es el equilibrio de la lucha de clases, siempre que el Estado la administre.

Si yo fuera Maquiavelo: “De los nobles, si los tiene por enemigos, el príncipe no sólo debe temer que lo abandonen, sino que se rebelen contra él.”.

Sólo para sus ojos:

· Recuerde revisar todos los días el sitio www.seguridadydefensa.mx para enterarse de los juegos geopolíticos de poder.

· Puede encontrar el libro La silla endiablada, de Carlos Ramírez, en Sanborns en todo el país.

· Mientras siguen asesinando candidatos –además de los crímenes cotidianos de delincuentes y ciudadanos–, las campañas se niegan a fijar políticas adecuadas contra la inseguridad. El segundo debate del próximo domingo 20 de mayo tendrá como uno de sus temas la seguridad, pero desde ahora se deben estimar posicionamientos ambiguos y evasivos porque ninguno de los tres candidatos tiene una idea clara de lo que está ocurriendo y menos tiene una propuesta de solución.

· No se ve preocupación en las autoridades hacendarias mexicanas por el tsunami de crisis económica que viene por el alza en tasas de interés en los Estados Unidos. Argentina ya cayó en insolvencia y podría venir un Efecto Tango II.

· Famosas últimas palabras: “Dos candidatos buscarán anular la elección después del 1 de julio”: Lorenzo Córdova, consejero presidente del Instituto Nacional Electoral.

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Periodista desde 1972, Mtro. en Ciencias Políticas (BUAP), autor de la columna “Indicador Político” desde 1990. Director de la Revista Indicador Político. Ha sido profesor universitario y coordinador...