Referéndum en Burundi: entre la intimidación e imposición
Referéndum en Burundi: entre la intimidación e imposición. Foto: Reuters

Referéndum en Burundi: entre la intimidación e imposición
Referéndum en Burundi: entre la intimidación e imposición. Foto: Reuters

La próxima semana, Burundi realizará un referéndum con una campaña que se ha distinguido por vetar a ciertos medios de comunicación internacionales; el resultado podría ser clave para la extensión de la gestión de Pierre Nkurunziza, quien suma 12 años como presidente.

De acuerdo con un reporte de Human Rights Watch (HRW), durante la campaña previa a la votación, las fuerzas de seguridad y el partido en el poder “han intimidado, pegado y matado a sus aparentes opositores”.

De ganar el referéndum, Pierre Nkurunziza podría permanecer en el poder hasta 2034, que se sumarían a los 12 años que lleva en el poder, es decir que acumularía 29 años en el poder.

Respecto al veto de los medios internacionales, la hipótesis de HRW sugiere que es parte de una estrategia para impedir que salgan a la luz los abusos cometidos por el gobierno federal. Dentro de los imposibilitados a cubrir el evento están la BBC y Voice of America (VOA).

La institución encargada de regular las comunicaciones dijo que ambas agencias informativas violaron las leyes de prensa; sin embargo, el tema en contra de la prensa no termina ahí, pues el gobierno advirtió a Radio France Internacional que podría enfrentar consecuencias debido a su postura “poco imparcial” durante la cobertura del suceso histórico.

Obstáculos a la prensa

Asimismo, diversos medios locales denunciaron que la entidad reguladora les ha cuestionado sus fuentes.

Mientras que otros anunciaron la suspensión de sus contenidos y declararon responsables a los entes del gobierno, por lo que, a nivel internacional existe preocupación. Son cinco millones de personas las que se encuentran en posibilidad de ejercer el voto.

A los ciudadanos se les preguntará si están de acuerdo en emprender los cambios constitucionales necesarios para permitir la extensión de cinco a siete años de gestión presidencial que, de aceptarlo, el actual presidente, cuyo mandato terminará en 2020, podría presentarse de nuevo en las elecciones.

No obstante, este no es el único problema que enfrenta el país africano, pues desde la reelección de Nkurunziza, la situación se agravó, presentándose violaciones a derechos humanos, entre las que destacaron ejecuciones extrajudiciales, violencia sexual y desaparición forzada.

Para ese año, 69 mil 734 personas habían sido directamente afectadas, sin embargo, a comienzos del 2018, la crisis de este país se veía agravada por una epidemia de malaria e inseguridad alimentaria.