Las Jornadas de Capacitación del Consorcio Nacional de Recursos de Información Científica y Tecnológica (Conricyt), con sede en la BUAP, ofrecen capacitación para el uso de las 69 plataformas y proveedores de información científica de su repositorio.
Así lo destacó este lunes el rector Alfonso Esparza Ortiz al inaugurar dichas jornadas, cuyos objetivos son que dicho acervo sea plenamente utilizado por la comunidad científica, en proyectos e investigaciones y apoyar a los académicos en los procesos de publicación.
Acompañado de la coordinadora general de Conricyt, Margarita Ontiveros y Sánchez de la Barquera, afirmó que este repositorio, que abarca las siete áreas de conocimiento, es una herramienta para hacer viable los propósitos de visibilidad internacional, desarrollar ciencia de calidad y mantener el compromiso con las comunidades.
Reconoció la presencia de docentes, científicos, estudiantes y bibliotecarios de la BUAP, quienes asumen el reto de aprovechar las plataformas del Conricyt, ya que esta jornada ofrece mejorar sus habilidades y competencias, durante los tres días programados.
“Planteamos el respeto a la propiedad intelectual e industrial como una política de integridad académica, que también considera el acceso abierto a la producción científica institucional, a fin de desarrollar en los usuarios habilidades en el uso y la gestión de los acervos”, concluyó.
Más de 300 instituciones asociadas
Por su parte, la coordinadora general del Conricyt comentó que el consorcio, con siete años de existencia, cuenta hoy con más de 300 instituciones asociadas e invierte arriba de 60 millones de dólares en información científica, lo que obliga al consorcio a ofrecer otro tipo de servicios no solo facilitar información.
Explicó que las actividades de las jornadas consisten en “trabajar sobre los contenidos de información con los investigadores, para que sepan cómo construir artículos” y, por otra parte, ayudar a los bibliotecarios a “trabajar con la información científica digital, para que a su vez auxilien a académicos y estudiantes en la búsqueda de información”.
El tercer bloque de capacitación está orientado a los académicos, para ayudarlos a incorporar información reciente dentro de su bibliografía básica y complementaria.
Asimismo, confió en que, conforme “investigadores y académicos utilicen la información, los estudiantes lo harán”, por lo que lamentó el pequeño número de quienes usan la información científica del consorcio.
Editado por Luis Alberto Palacios
