El rescatista que, por salvar vidas, es acusado de tráfico de personas
El rescatista que, por salvar vidas, es acusado de tráfico de personas. Foto: Salam Aldeen

El rescatista que, por salvar vidas, es acusado de tráfico de personas
El rescatista que, por salvar vidas, es acusado de tráfico de personas. Foto: Salam Aldeen

Salam Aldeen dejó todo atrás para fundar en Grecia una asociación encargada de brindar rescate a los refugiados y migrantes que llegan por mar a suelo europeo; se puso en riesgo para salvar la vida de los demás, pero la justicia griega lo acusó de tráfico de personas.

En septiembre de 2015, Aldeen vio la foto de un niño sirio muerto en las costas europeas, dos días después se transportó a Lesbos, Grecia, para ayudar, pero tan pronto llevó a cabo el primer rescate afirmó que quiso “gritar y llorar al mismo tiempo”.

Regresó a Dinamarca y convocó a un grupo para formar la asociación Team Humanity (Equipo Humanidad), la cual comenzó sus actividades en ese mismo mes en Lesbos.

En enero de 2016, Aldeen y su equipo supieron que había dos botes perdidos que necesitaban ayuda, ellos se embarcaron y justo unos minutos después de dar con la ubicación de los navíos, la guardia costera griega los rodeó.

Trató de decirles que había que salvar a la gente en el mar e incluso les pidió que ellos lo hicieran, sin embargo lo callaron y le dijeron que estaba arrestado.

Idioma, barrera para su defensa

Sus compañeros y él fueron trasladados a las oficinas correspondientes, ahí –según entrevistas– las primeras horas de su detención, nadie les dijo nada; a esto se suma que las autoridades se dirigían a ellos en griego y no hablaban inglés, así mismo, les dieron papeles en el primer idioma mencionado.

El problema se repitió cuando fueron llevados a la corte, donde, quien fungió como su traductora, no hablaba inglés, por lo que no era entendible lo que ella les decía a los rescatistas.

Sus compañeros pudieron pagar una fianza, pero él no y tampoco se le permitió salir del país; le fue confiscado el bote y espera su juicio, el cual se realizará el próximo 7 de mayo en Lesbos. Si las autoridades deciden acusarlo, se desconoce la condena, pues podría ir de 10 años, hasta una década por cada persona traficada.

Además de los hechos que lo señalan como inocente, él ha asegurado que nunca ha traficado a personas: “el derecho internacional dice que debes ayudar a quien esté en necesidad, tienes que ayudar si alguien está muriendo y eso es lo que hice”.

En su defensa, también presentó papeles que lo reconocen como rescatista. En entrevistas ha dicho que su equipo ha salvado entre 10 mil y 15 mil personas.

Artistas y profesionales exigen su liberación

Además de salvar vidas, también ha enterrado a quienes no han podido llegar con vida a Europa. Salam ahora se encuentra en un proyecto de hogares para los refugiados, antes de la visita a sus seres queridos, se le veía llevando a las amas de casa a realizar sus compras o afinando detalles de las casas de mujeres y niños refugiados.

Artistas, refugiados que han sido salvados por él, doctores, así como sus compañeros han emprendido campañas de apoyo y solidaridad.

Aldeen ha dicho: “en mi caso, no soy sólo yo quien está en juicio, somos todos nosotros, nuestros valores y nuestra humanidad” y se ha preguntado: “¿qué le pasará al mundo si salvar vidas se convierte en un crimen, si criminalizamos el trabajo humanitario?”.

Se le ha preguntado en varias ocasiones si todo esto ha valido la pena incluso con su vida en juego, a lo que siempre ha contestado: “haría esto una y otra vez sólo para saber que he salvado una sola vida”.