“Opta permanentemente por la ruptura para vencer la rutina que nos obstaculiza”.
Abel Pérez Rojas.

La rutina diaria nos priva de alcanzar lo que nos proponemos, ya que equivocadamente creemos que el puente para alcanzar nuestras metas y propósitos de vida, es hacer muchas veces, sin descanso y con mucho esfuerzo lo que hacemos todos los días, pero para acabar con la rutina debemos elegir permanentemente con la ruptura.

Intentar acabar con la rutina desde lo repetido es como pretender apagar un fuego con baldes de gasolina.

¿Cuántas veces te has preguntado por qué sigues sin avanzar pese al empeño y esfuerzo que le impregnas a lo que haces?

La rutina nos lleva a la obsesión y a la inercia que terminan agotándonos en nosotros mismos, pero no progresamos, nos quedamos varados dando vueltas en el mismo punto.

Las inercias pocas veces dan cabida a hacer una alto en el camino para meditar con visión profunda quiénes somos, qué hacemos y por qué lo hacemos.

Si no nos damos la oportunidad de reflexionar profundamente, no vamos a estar en condiciones de evaluar sin apasionamientos nuestro desempeño y el de los demás, ni podremos romper con lo que nos aprisiona.

Lo lamentable es que esa falta de introspección, planeación y evaluación nos ciega hasta de las cuestiones más obvias y básicas.

A propósito, te comparto un breve cuento titulado Afilar el hacha, tomado de terapiapsico-corporal.com (7/04/2018), para ilustrar lo que vengo desarrollando:

En cierta ocasión, un joven llegó a un campo de leñadores con el propósito de obtener trabajo. Habló con el responsable y éste, al ver el aspecto y la fortaleza de aquel joven, lo aceptó sin pensárselo y le dijo que podía empezar al día siguiente.

Durante su primer día en la montaña trabajó duramente y cortó muchos árboles.

El segundo día trabajó tanto como el primero, pero su producción fue escasamente la mitad del primer día.

El tercer día se propuso mejorar su producción. Desde el primer momento golpeaba el hacha con toda su furia contra los árboles. Aun así, los resultados fueron nulos.

Cuando el leñador jefe se dio cuenta del escaso rendimiento del joven leñador, le preguntó:

-¿Cuándo fue la última vez que afilaste tu hacha?

El joven respondió:

-Realmente, no he tenido tiempo… He estado demasiado ocupado cortando árboles…

¿Te das cuenta que vamos por la vida “cortando árboles” obsesivamente y además con “hachas sin filo”?

Optemos permanente por una actitud de ruptura, es decir, de cambiar estrategias, de desmenuzar los problemas, de poner en duda lo que elegimos en el pasado, de cuestionar nuestras creencias, de no desechar prejuiciosamente explicaciones alternativas a la realidad.

Entendamos que por otra parte, la ruptura es la afectación de las relaciones establecidas entre los componentes que integran algo, en este caso, de la forma como estamos encarando alcanzar lo que nos hemos propuesto.

Una vez que has descompuesto las partes de lo que sea, por ejemplo la forma cómo vives y cómo estás pretendiendo alcanzar tus propósitos, podrás establecer nuevas relaciones entre los componentes, de tal manera que encuentres nuevos caminos, nuevas formas de hacer las cosas y con ello no sólo te percates de lo básico, como “afilar el hacha”, sino de tus obsesiones, de tus miedos, de tu ignorancia.

Bien se dice que si quieres obtener resultados diferentes habrá que hacer cosas diferentes, yo agrego que optemos por la ruptura permanente para vencer la rutina que nos obstaculiza.
Romper es reinventarse.

¿Estás dispuesto?
Abel Pérez Rojas (@abelpr5) es escritor y educador permanente.

*Las opiniones expresadas en esta sección son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan necesariamente la línea editorial del portal de noticias Ángulo 7.

Nació en Tehuacán, Puebla, el 6 de enero de 1970. Es poeta,conductor de programas de radio, académico y gestor de espacios educativos. Funda y coordina Sabersinfin.com