La Junta de Coordinación Política (Jucopo) de la Cámara de Diputados planearía despedir anticipadamente a mil 500 empleados por honorarios del Palacio de San Lázaro, sede de esta soberanía, a fin de “ahorrarse” bonificaciones para fines desconocidos.
Así lo acusaron este martes trabajadores de la Cámara Baja, quienes tomaron el patio central del recinto, en protesta porque la Dirección General comenzó a entregarles “cartas de renuncia voluntaria”, válidas a partir del 31 de mayo, pese a que los contratos que firmaron terminan el 31 de agosto.
“Me permito informarle que en forma voluntaria y por así convenir a mis intereses, con efectos a partir del 31 de mayo del 2018, doy por terminada anticipadamente el Contrato de Prestación de Servicios Profesionales que celebré con la Cámara de Diputados”, dice una de las misivas que mostraron los inconformes, quienes negaron haber acordado esta redacción.
De acuerdo con los trabajadores, identificados como “asesores de diputados”, la Jucopo pretende quedarse con el dinero de los bonos que se entregan al final de casa legislatura, pese a que son recursos que están etiquetados en el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2018.
Somos profesionistas al servicio de los diputados
Sobre sus funciones, expusieron que son “profesionistas que cumplen todos los días con tareas para impulsar al legislador en sus gestiones diarias”, para lo cual laboran “hasta más de 12 horas diarias ejerciendo diversas actividades tanto dentro de la Cámara como en los distritos”.
Asimismo, alegaron que su sueldo no se ha incrementado en 15 años “como lo hace el salario mínimo, en conjunto con el encarecimiento de los productos básicos”.
Los empleados pedían ingresar al Salón de Plenos para ser recibidos por los coordinadores parlamentarios de los partidos a fin de buscar un acuerdo, pero los elementos de seguridad cerraron con cadenas y candados todos los accesos.
No obstante, durante la sesión ordinaria de este martes, diputados del PRD y MC se pronunciaron por un trato justo y respetuoso para los asesores y trabajadores de San Lázaro.
Editado por Luis Alberto Palacios
